tag:blogger.com,1999:blog-56667723217928118942024-02-20T19:10:20.155-08:00Lectio Divina Padre Fidel OñoroEn este blog se colocará la lectio divina elaborada por el Padre Fidel OñoroPadre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.comBlogger18125tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-320875566233415812011-07-05T18:14:00.000-07:002011-07-05T18:14:35.562-07:00Décimo Quinto Domingo ordinario<div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Estudio Bíblico de base para la Lectio Divina del Domingo</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Domingo XV del Tiempo Ordinario – </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">CÓMO SE DEBE ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En la escuela de los verdaderos oyentes</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“¡Mi corazón está preparado, oh Dios,</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">para producir treinta, sesenta y cien por uno!</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Que sea más o menos, ¡pero que sea siempre trigo!”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(San Agustín)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Introducción</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Comienza una nueva sección del evangelio de Mateo. Se trata del tercer gran discurso formativo de Jesús a sus discípulos. Los dos primeros, el Sermón de la Montaña (Mt 5-7) y el Manual de la Misión (Mt 10), constituyeron como dos escalones en el camino de maduración de los discípulos. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este nuevo discurso se centra en un aspecto importante del discipulado: Jesús no sólo dice lo que hay que hacer sino –teniendo en vista la maduración de la fe de los suyo- también los enseña a discernir la voluntad de Dios en cada circunstancia de la vida. Para ello sirven las parábolas, las cuales son verdaderos ejercicios de discernimiento espiritual que tratan de captar el acontecer discreto del Reino en medio de las diversas circunstancias de la vida y motivan para hacer la elección correcta de la voluntad de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es así como se descubre la naturaleza sorprendente del Reino de Dios. La enseñanza de Jesús se despliega a lo largo de siete parábolas bien ordenadas. Después de una breve introducción (13,1-2), comienzan las parábolas: </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(1) El sembrador (13,1-9), </div><div style="text-align: justify;">(2) El trigo y la cizaña (13,24-30), </div><div style="text-align: justify;">(3) El grano de mostaza (13,31-32), </div><div style="text-align: justify;">(4) La levadura (13,33), </div><div style="text-align: justify;">(5) El tesoro escondido en el campo, </div><div style="text-align: justify;">(6) La perla del mercader (13,45-46) y </div><div style="text-align: justify;">(7) La pesca en la red que atrapa todo (13,47-50). </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Finalmente encontramos conclusión igualmente breve (13,51-52).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las cuatro primeras parábolas, basadas en motivos vegetales, educan en el discernimiento propiamente dicho; las otras tres están dichas para motivar el paso, la decisión, ya que es posible tener claro lo que hay que hacer pero nunca llegar a hacer. La última parábola confirma que éstas están presentadas en clave de discernimiento: es como el pescador que cada día se sienta a la orilla del mar a recoger de la red lo que le sirve y devolver al mar lo que no sirve o todavía no está maduro. Así la vida del discípulo todos los días y en este esfuerzo continuo debe perseverar para conducir una vida según la voluntad del Dios del Reino.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. Ambientación del discurso. Notemos la ambientación del discurso: </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“Aquél día, Jesús salió de casa y se sentó a orillas del mar” (13,1). Jesús sale de la casa en la que estaba y se va a la orilla del mar, recordamos se evoca el pasaje de la tempestad calmada (8,23). La multitud que se reúne en torno a Él es grande (13,2). Con él subido en una barca y la gente sentada a la orilla. En este bello escenario comienza la enseñanza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La parábola del sembrador (13,3b-9), la primera en contarse, distingue diversos tipos de terreno en los cuales caen las semillas arrojadas por el sembrador, destacando al final un terreno que es apto para la inmensa producción de que es capaz una simple semilla.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Diversos tipos de terreno.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. Al caer en el camino donde no puede ser cuidada, cae de superficialmente, así son las personas que oyen la palabra, pero no llega al corazón, no se arraiga no tiene raíz y el maligno la arranca.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. La semilla que cae en un terreno rocoso donde no puede hacer raíz y con el sol inclemente se seca, es el hombre que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría, pero no admite la raíz es superficial, es incoherente en su actuar y por tanto no germina.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Aunque el suelo es bastante profundo para hacer raíz se encuentra con hierba, compara con el que oye la palabra, pero las preocupaciones personales y del mundo sofocan la palabra y no da frutos. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. La semilla sembrada en la tierra es buena, en suelo profundo, no tiene abrojos, es la persona que abre su corazón, escucha la palabra y da diferentes frutos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. Comportamiento del sembrador.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El comportamiento del sembrador, que es un profesional en la materia, ciertamente parece extraño cuando deja caer algunas semillas en terreno impropio para el cultivo. Sin embargo, esto corresponde a la realidad del evangelio: antes que la calidad de la tierra, lo que vale es la calidad de la semilla. Así obraba Jesús: arrojaba su semilla en corazones sobre los cuales los fariseos ya habían dado su dictamen negativo y consideraban excluidas de la salvación. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Entonces la imagen de un sembrador arrojando las semillas en los tres primeros terrenos es un retrato de la obra de Jesús quien no ha venido “a llamar a justos, sino a pecadores” (9,13). Ante todo se proclama la bondad de Dios, quien no tiene límites para ofrecer sus bendiciones (ver 6,45), pero esto implica de parte de cada hombre el hacerse a sí mismo “buena tierra” para que la semilla de la Palabra pueda crecer.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Palabra de Dios se nos da como un don, él no cuenta con la respuesta del hombre, la semilla cae en diferentes corazones pero a pesar de ello tendrá éxito en la mayor parte. Es un relato que nos lleva a la esperanza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“Para conseguir esta vida beata, la misma verdadera Vida en persona nos ha enseñado a orar, no con muchas palabras, como si por ello fuésemos a ser mejor escuchados cuanto más prolijos seamos (…). Puede parecer extraño que Dios os ordene hacerle peticiones cuando Él conoce, antes de que se lo pidamos, lo que necesitamos. Debemos, sin embargo, considerar que a él no le importa tanto la manifestación de nuestros deseos, cosa que él conoce perfectamente, sino más bien que estos deseos se reaviven en nosotros mediante la súplica para que podamos obtener lo que ya está dispuesto a concedernos (…)” </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(San Agustín)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. ¿Cuál es la causa de no escuchar y entender la Palabra de Dios?</div><div style="text-align: justify;">2. ¿Qué me pide el Señor con relación al evangelio de hoy?</div><div style="text-align: justify;">3. ¿Cómo escuchamos la Palabra del Señor? ¿Abrimos el corazón al mensaje que nos transmite?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Anexo 1</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pistas para las otras lecturas del domingo</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Sumario: Isaías compara la Palabra de Dios con la lluvia que baja del cielo para abrevar la tierra. Para el salmista, Dios es un agricultor que trabaja la tierra. Así como los autores del Antiguo Testamento, Jesús usa las mismas imágenes agrarias: habla de un sembrador que sale a sembrar. Pablo también habla de la tierra, pero en el sentido de cosmos. Asocia el universo entero con la liberación que nos ha traído Jesucristo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura: Isaías 55,10-11</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">“Así como la lluvia fecunda la tierra, así mi Palabra…”</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">El capítulo 55, conclusión de la obra del llamado “Segundo Isaías” (Is 40-55), lo leemos también en la vigilia pascual. Lástima que para la liturgia le hayan cortado los vv.12-13, donde se dice cuál es la misión para la cual la Palabra es enviada: “Sí, con alegría saldréis, y en paz seréis traídos…”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Se trata del regreso del exilio que es visto como un “nuevo éxodo”, como una nueva pascua que se hace acontecimiento gracias a la fuerza exclusiva e irresistible de la Palabra de Yahvé.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">En la Sagrada Escritura encontramos con frecuencia imágenes y metáforas para señalar la fuerza de la Palabra de Dios. Recordemos a Jeremías, quien compara la Palabra con el fuego y el martillo (Jr 23,29) o al autor de Hebreos que recurre a la metáfora de la “espada de doble filo” (4,12).</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Aquí Isaías se inspira en el mundo rural: para un campesino que se empeña todos los días contra la rudeza de una tierra árida, no hay nada más deseado y amado que la lluvia, inicio y condición de cualquier ciclo de vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">El profeta nos presenta la Palabra de tal manera, que nos hace pensar en Aquel que es la Palabra plena, definitiva, creadora y recreadora de Dios: Jesús (ver Jn 1,1-18). Es en la liturgia, celebración del misterio pascual, que se manifiesta y actúa esta vitalidad de la Palabra.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Salmo 64</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Así como el profeta Isaías, el Salmo describe las actividades de un Dios que cultiva su tierra. Él abre las ventanas de lo alto y por los “riachuelos de Dios” corren aguas benefactoras. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Como buen campesino, Dios prepara la tierra y “bendice las semillas”. El agua es el símbolo de la vida. Todo chorrea en el Salmo: las tierras agrícolas, las hierbas y el desierto mismo. Esta tierra en fiesta es una parábola de la fecundidad de la Palabra y de la acción de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura: Romanos 8,18-23</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Tenemos una magnífica página de Pablo en la que contempla el impacto cósmico del proceso de la redención y divinización del hombre. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Con un lenguaje algo atrevido, Pablo nos describe la ansiedad y el sufrimiento con que la creación expectante suspira por el surgimiento de una nueva humanidad de los hijos de Dios. De hecho, el hombre pecador --Adán-- “abusó” de las realidades terrestres que le habían sido entregadas por Dios, instrumentalizándolas en función de su egoísmo. Se transformó así en un tirano que esclavizó el mundo, frustrándolo en su orientación natural para la gloria de Dios, encerrándolo en la “vanidad”, en el vértigo de la corrupción, del absurdo, de la muerte. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Es en este contexto que se anuncia una buena noticia: va a surgir sobre la tierra un hombre nuevo, verdaderamente libre y, entonces, también el mundo podrá levantar la cabeza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Este hombre nuevo es Cristo. Ese hombre nuevo somos nosotros los bautizados, quienes recibimos las primicias del Espíritu Santo. Pero las primicias, siendo el principio y la garantía de la cosecha, no son todavía una posesión completa. Todavía estamos en proceso de llegar a ser lo que somos (o seremos). La gloria de la redención plena todavía no ha sido alcanzada. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">(V. P. - J. S. – F. O.)</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Anexo 2</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Meditemos la Palabra con un Padre de la Iglesia</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">“¿Por qué una parte de la semilla cayó en el camino, otra en tierra pedregosa y otra entre espinos?</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Si el sembrador temiese esas tierras difíciles tampoco habría llegado a la tierra buena. Mirémonos a nosotros para que no seamos camino, ni peñasco, ni matorral, sino tierra buena. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Mi corazón está preparado, oh Dios, para producir treinta, sesenta y cien por uno! Que sea más o menos, ¡pero que sea siempre trigo! </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No seamos camino donde el enemigo, como un ave, arrebate la semilla pisada por los transeúntes. Ni roca donde la tierra escasa después haga germinar lo que después no resistirá el sol. Ni espinas que son las codicias del mundo y los cuidados de una vida viciosa. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">¿Qué puede ser peor que los cuidados de la vida, que impiden llegar a la vida? ¿Qué puede ser más miserable que perder la vida preocupándose con ella? ¿Qué puede ser más infeliz que caer en la muerte temiendo la muerte? </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">¡Que se arranquen los espinos, que se prepare el campo, que se reciba la semilla, que se recoja la mies, que se desee el granero y que no se tema al fuego!</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">(San Agustín, Sermón 101,3)</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Anexo 3</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una bella aproximación homilética al evangelio de este domingo</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">“En este y en los próximos dos domingos escuchamos el capítulo 13 de Mateo, que recibe algunas parábolas con las que Jesús anuncia ‘los misterios del Reino de los cielos’.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Jesús, sale de la casa de Cafarnaún donde acostumbraba retirarse con su comunidad y viene al mar de Galilea, donde lo rodea la multitud. Decide sentarse en una barca y desde allí pronuncia su enseñanza. Jesús no hace discursos largos y complicados, se basa en breves parábolas, creaciones sapienciales y literarias que nacen de su capacidad de gratuidad y de contemplación de la realidad. Esto lo hace un maestro singular: con sus parábolas proclama de forma sencilla ‘cosas escondidas desde la fundación del mundo’ (Mt 13,35). </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La primera parábola, la que narra la semilla que cae sobre diversos tipos de terreno, es la más importante y de ella dependen las sucesivas. Es, de hecho, una especie de parábola en acto: cuando Jesús afirma que el ‘sembrador sale a sembrar’ está hablando de su sembrar ‘la semilla del Reino’ en cuanto lo escuchan sobre la orilla y, por tanto, está describiendo su acogida o rechazo. Por esto le dirige a la inteligencia de sus corazones la exhortación: ‘Quien tenga oídos, ¡escuche!’.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Según las costumbres de Palestina la semilla venía antes que el terreno fuera arado: el campesino esparcía la semilla por doquier. Así –dice Jesús—una parte de la semilla cae a lo largo del camino, donde es devorada por los pájaros; otra parte cae entre las zarzas y enseguida germina pero, con el sol, se seca por falta de raíz; otra parte cae entre los espinos, que enseguida la sofocan; otra parte cae sobre la tierra buena y da fruto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Después Jesús vuelve a casa y les explica a los discípulos el significado de lo que ha narrado, enseñándoles cómo se debe escuchar la Palabra de Dios. Pero los cuatro terrenos de que habla Jesús están todos representados en nuestro único corazón, ¡son cuatro posibles respuestas a las Palabra!</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En primer lugar uno tiene que interiorizar la Palabra, “rumiarla” con atención, de otra manera el Maligno enseguida se la roba: una escucha superficial no es una verdadera escucha, es infructuosa como la semilla sembrada a lo largo del camino. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Es necesario perseverar en la escucha: es fácil acoger la Palabra con alegría y dejar que ella de fruto por un instante, así como la semilla entre las piedras; pero de esa manera uno es persona “de un momento”, sin raíces, incapaz de enfrentar la prueba del tiempo y las tribulaciones que una auténtica escucha comporta. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Hay que luchar contra los ídolos seductores, como la acumulación de riquezas, de otra manera la Palabra es ahogada como la semilla por las espinas y no llega a dar el fruto de una fe madura.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En fin, ‘el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende; éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta’. Esta es la escucha hecha con un corazón ‘recto y bueno’ (Lc 8,15), que se contrapone a aquella, según la Escritura, es la enfermedad más peligrosa: la dureza de corazón.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Se requiere un ejercicio diario de escucha, un predisponer todo para que la Palabra de Dios pueda obrar en nosotros. Para ello uno tiene que ser consciente de que la Palabra siempre es eficaz y que su potencia nunca deja lo que encuentra en misma situación inicial. Frente a ella no se puede ser neutral o indiferente: o uno la acoge y se convierte o, si ella es rechazada, endurece el corazón de quien la rechaza. </div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Esto es lo que ocurre también ante la persona de Jesús, Él es la Palabra hecha hombre, ‘el misterio del reino de los cielos’. De la comunión con él depende la fecundidad de nuestra vida.”</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">P. Enzo Bianchi</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Comunidad de Bose</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(Trad. y Adap. FOC)</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Anexo 4</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para los animadores de la liturgia dominical</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">I</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La preparación de la liturgia, incluyendo sus “pormenores”, siempre es una necesidad, pero mucho más en este tiempo. No caigamos en la tentación de abreviar por omisión o por aceleración. Ojala aseguremos en nuestras celebraciones un ritmo sereno y reposado que favorezca la interiorización.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">II</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El evangelio de este domingo nos presenta una temática que también es una metodología y un modelo de predicación homilética. Llamemos la atención sobre lo concreto, démosle valor a la imaginación y a la memoria de los oyentes, apoyándonos en imágenes cotidianas y usando un esquema narrativo sencillo y breve y la apertura del leguaje simbólico, profundamente respetuoso de la trascendencia de las realidades que comunica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">III</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sugerimos llamar la atención de la comunidad sobre la próxima jornada mundial de la juventud que tendrá lugar en Sydney-Australia del 15 al 20 de julio. Que sea la oportunidad para estimular con mayor ahínco y dándole todo el valor que se merece a la pastoral juvenil en nuestras comunidades.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">IV</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para la liturgia Eucarística sugerimos el prefacio V (La creación) o el VI (La prenda de la Pascua eterna) de los domingos del Tiempo Ordinario, o el de la Oración Eucarística II (Cristo es la Palabra).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">V</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para las Eucaristías con niños y para la catequesis les sugiero un video sobre el evangelio del hoy (personalmente me ha gustado mucho, se los recomiendo!):</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">http://www.youtube.com/watch?v=tq4s1NBKQRM</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">VI</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para los lectores.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Palabra exige hoy y siempre buenos lectores. Prepárense bien!!!</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura: El elemento más importante de la frase es la segunda parte. Para hacerlo notar, el lector hará una interrupción al final de la primera parte (antes de “así la palabra”), para darle énfasis a la segunda parte.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura: Comprender el texto debe ser el primer esfuerzo del lector. Hay que evitar, en lo posible, lectores aparecidos “a última hora”. Atención a algunas palabras que no son de fácil pronunciación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(V. P. – F. O.)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Anexo 5</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Para prolongar la meditación y la oración</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un don de Dios (Mt 13,1-23)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“La semilla divina</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">estaba en mí </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">desde mi nacimiento; </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">un día </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">comencé </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">a escuchar la Palabra;</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">mi amor adormecido </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">se desarrolló en la esperanza; </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">con el Espíritu, </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">camino, </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">quiero cumplir mi misión,</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">ser óbolo”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(Franck Widro)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-65999946359222788832011-06-17T15:24:00.000-07:002011-06-17T15:24:13.330-07:00Fiesta de la Santísima Trinidad<div style="text-align: center;">Pequeño estudio bíblico de apoyo para la Lectio del Evangelio</div><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Solemnidad de la Santísima Trinidad –</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">SANTÍSIMA TRINIDAD:</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Un Dios Amor que nos invita al gozo de su vida en comunidad</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFQInRD5fAQn22DOd83i-pCKq7mdM8aeV46buCouS7v2EtYokWVNXAtJ_Geo_iRMelMbUdUm4WB7KNeMUNfrC_MO59oN1lXWgNBg4mlCeRpy87766bQW79zJ_rscH-H9DEZ8BHtL2Klls/s1600/Sant%25C3%25ADsima+Trinidad.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="307" i$="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFQInRD5fAQn22DOd83i-pCKq7mdM8aeV46buCouS7v2EtYokWVNXAtJ_Geo_iRMelMbUdUm4WB7KNeMUNfrC_MO59oN1lXWgNBg4mlCeRpy87766bQW79zJ_rscH-H9DEZ8BHtL2Klls/s320/Sant%25C3%25ADsima+Trinidad.JPG" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">“Sumerjámonos en esta trinidad Santa,</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">en este Dios todo amor.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Dejémonos transportar hacia aquellas regiones </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">donde no está sino Él, sólo Él”</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">(Sor Isabel de la Trinidad)</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa”</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Oremos…</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">“Dios Padre, que al enviar al mundo </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">al Verbo de verdad y al Espíritu de santidad, </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">revelaste a la humanidad tu misterio admirable; </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">concédenos que al profesar la fe verdadera, </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">y adoremos a la unidad de su majestad omnipotente”</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">(Oración colecta de la Solemnidad de la Trinidad)</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><br />
<br />
Introducción<br />
<br />
<br />
<br />
Después de haber contemplado ampliamente la obra de Jesús en su misterio pascual, realización del proyecto salvífico del Padre, y de acogerla en el don de su Espíritu, colocamos hoy nuestra mirada en el misterio de la Santísima Trinidad. <br />
<br />
<br />
<br />
“Tres personas distintas, un solo Dios verdadero”, así confesamos al Dios en quien nuestra vida fue sumergida bautismalmente. En un día como hoy proclamamos que la vida trinitaria, la intimidad del Padre y del Hijo y su Amor, es la medida, la gracia y la inspiración de nuestras relaciones con Dios y entre nosotros. <br />
<br />
<br />
<br />
Es tan claro que se trata de un misterio inagotable que conocemos experiencialmente, en la medida en la medida en que se impregna en nosotros, que San Pablo saludaba a su comunidad –quizás la más complicada en materia de relaciones comunitarias- con una frase que le recordaba lo esencial de su fe y el estilo que debía caracterizar todas sus relaciones: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Corintios 13,13). <br />
<br />
<br />
<br />
Pero, ¿Qué cambia el hecho de creer en la Trinidad? ¿Qué experiencia de vida se inscribe detrás de esta revelación del ser de Dios? ¿Cómo vivir de esta vida trinitaria?<br />
<br />
<br />
<br />
1. Una revelación que proviene de Jesús, el Hijo<br />
<br />
<br />
<br />
Ante todo tengamos presente que si nosotros confesamos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo hacemos gracias a la enseñanza, la vida y el misterio de Jesús. Pero ya desde antes –en el Antiguo Testamento- el pueblo de la Biblia lo presiente y, después, poco a poco, cuando los apóstoles hacen la experiencia pascual, la vida y la fe de las primeras comunidades cristianas lo comprenden de manera inequívoca.<br />
<br />
<br />
<br />
La experiencia de un Dios Trino es fe y vida, vida y fe. No hay duda que la intimidad de los Tres fue vivida espontáneamente por los primeros cristianos después de la Pascua cuando ya se había cumplido la promesa de Jesús sobre la venida del Paráclito: “Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa” (Juan 16,13). Pero después de la experiencia viene la “formulación” de lo vivido y comprendido; es así como se va llegando poco a poco a la confesión de que Dios es Trinidad Santa. <br />
<br />
<br />
<br />
Es verdad que Jesús ya había dado muchas pistas. No es sino que recordemos algunas de sus revelaciones más significativas que meditamos el mes pasado en el evangelio de Juan:<br />
<br />
• “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre… Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (14,9.11) <br />
<br />
<br />
<br />
• “Si alguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (14,23)<br />
<br />
<br />
<br />
• “El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo” (14,26)<br />
<br />
<br />
<br />
• “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros” (15,9)<br />
<br />
<br />
<br />
• “Que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (17,21)<br />
<br />
<br />
<br />
• “Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios” (20,17)<br />
<br />
<br />
<br />
• “‘Como el Padre me envió, también yo os envío’. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’” (20,21b-22).<br />
<br />
<br />
<br />
A partir de Pentecostés, plenitud del tiempo pascual, cuando Jesús y el Padre han entregado lo más íntimo de sí, el amor infinito del uno por el otro, el Espíritu Santo, nos guía “hasta la verdad completa” (16,13) y es en el ámbito de este don que proclamamos y celebramos esta solemnidad de hoy. <br />
<br />
<br />
<br />
Nuestro conocimiento de Dios proviene en definitiva de Jesús. Por eso volvamos al Cenáculo para escuchar maravillados y agradecidos, de la boca de Jesús, la revelación sobre el amor de los Tres.<br />
<br />
<br />
<br />
2. Frente a la fe imperfecta de los discípulos, Jesús les promete el Espíritu de la Verdad<br />
<br />
<br />
<br />
“Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello” (16,12). <br />
<br />
<br />
<br />
Esta frase de Jesús suena extraña a primera vista, puesto que Él ya antes había dicho: “todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (15,15). Pero el sentido es éste: si bien Jesús ya lo dijo “todo” en la confidencia de la amistad con sus discípulos, todavía está faltando la comprensión profunda y vital. <br />
<br />
<br />
<br />
La frase “ahora no podéis con ello” (16,12b), o más exactamente “no lo podéis soportar”, tiene como trasfondo la imagen de una persona que carga un objeto pesado (ver Hechos 15,10; Gálatas 5,10). De hecho la expresión tan conocida “cargar la cruz” está relacionada con esto. La situación, entonces, es dramática porque –según el evangelio- a la meta sólo se puede llegar caminando detrás de Jesús que carga con la Cruz (ver Juan 13,36).<br />
<br />
<br />
<br />
Pero aquí el sobrepeso está relacionado con la capacidad de entrar en todo lo que implica la relación del Padre y del Hijo (“Todo lo que he oído a mi Padre”, 15,15): es conocimiento de (1) las confidencias entre ellos y (2) de la obra de ellos en el mundo, pero también (3) de la vivencia de esta revelación de amor y salvación. Es como un avión que, para poder volar alto, no puede llevar sobrepeso.<br />
<br />
<br />
<br />
Tengamos en cuenta que el problema no está únicamente en “saber” la enseñanza de Jesús sino en el poder llevarla a la práctica; y también es verdad que sólo cuando se lleva a la práctica, ésta se comprende plenamente. Esto es propio del conocimiento que se deriva de la fe. <br />
<br />
<br />
<br />
Por lo tanto, nos encontramos ante una doble dificultad: (1) la que proviene de nuestra capacidad limitada para entender las enseñanzas de Jesús y (2) la que proviene de nuestra capacidad limitada para practicarlas. La única solución posible es la pedagogía: hacer itinerarios, recorrer el camino gradual de maduración de la fe. Esta es la obra del “Paráclito”: precisamente este título significa “el que ayuda”.<br />
<br />
<br />
<br />
3. El Espíritu Santo es “pedagogo” que nos conduce hasta el profundo misterio de Dios<br />
<br />
<br />
<br />
“Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la Verdad completa” (12,13).<br />
<br />
<br />
<br />
La obra del Espíritu tiene tres acentos:<br />
<br />
<br />
<br />
(1) Es pedagógica. Hay un leve matiz en la frase: “Os guiará progresivamente”. Se trata de una labor de inducción, hecha poco a poco.<br />
<br />
<br />
<br />
(2) Está centrada. Su horizonte es la “Verdad”. Se trata de la “Verdad” de la presencia del amor de Dios en el mundo, llevada a cabo en el Verbo encarnado (“Yo soy la Verdad”, 14,6).<br />
<br />
<br />
<br />
(3) Es completa. El objetivo que pretende alcanzar es “la Verdad completa”: se trata de una globalidad, o mejor, de una visión global y perfecta de la obra que Dios –en su fidelidad con la creación y el pueblo con el cual hizo alianza- ha querido llevar a cabo. <br />
<br />
<br />
<br />
Un camino para un profundo anhelo<br />
<br />
<br />
<br />
El anhelo de todo ser humano es ver a Dios, ver su gloria. Estamos llamados a la unificación de la vida y a caminar a hacia una plena realización. Como lo expresa el orante del Salmo 24,5, “Guíame hacia la verdad” (ver también el Salmo 143,10), tenemos una sed ardiente por conocer el camino del Señor, con la certeza de que sólo en Él está la vida. <br />
<br />
<br />
<br />
Y así como sucedió con el pueblo de Dios en el desierto, este camino de vida no se puede recorrer si Dios mismo no es quien lo guía (ver Éxodo 15,13; Isaías 49,10). Esta ruta pascual se le debe al Espíritu Santo: “El Espíritu de Yahveh los llevó a descansar. Así guiaste a tu pueblo para hacerte un nombre glorioso” (Isaías 63,14).<br />
<br />
<br />
<br />
Entonces, la “guía pascual” del Espíritu consiste en introducir en medio de la fragmentación de la vida humana, de las situaciones históricas, una fuerza transformadora y orientadora que lo unifica todo en la plenitud de Cristo en la historia. <br />
<br />
<br />
<br />
La vigencia y la pertinencia de la eterna novedad del Resucitado<br />
<br />
<br />
<br />
Bajo la clave pascual comprendemos mejor la obra del Espíritu: la cristificación del mundo. El Espíritu “guía” a cada discípulo y a la comunidad de los creyentes para hacer presente el “hoy pascual” de la obra de Jesús, el Señorío de Cristo, en cada una de las circunstancias que se dan en la humanidad y también en cada uno de los nuevos desafíos que van apareciendo en cada nueva etapa de la historia. <br />
<br />
<br />
<br />
Camino abierto hacia la plenitud<br />
<br />
<br />
<br />
Lo que aquel día en el cenáculo los discípulos no estaban en condiciones de “soportar” tenía que ver, entonces, con la captación de la gran unidad de la revelación que, a pesar de haber sido dada plenamente en Jesús, no se capta sino en la medida que va entrando en contacto con todas y cada una de las realidades humanas que emergen a lo largo del caminar histórico.<br />
<br />
<br />
<br />
En fin, el Espíritu Santo lo centra todo en el Plan de Dios y por lo tanto en la persona de Jesús que, como Verbo encarnado, lo ha llevado a cabo en el mundo mediante el doble movimiento de “salida” del Padre y “subida” al Padre (ver 16,28). Su “salida” es venida que inserta el amor de Dios en las tinieblas y las estructuras egoístas del mundo. Su “subida” –pasando por la Cruz- lleva a los que entran en su camino hasta la comunión de amor, luminosa y gozosa, de Dios, en la plenitud de la vida.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
4. Cómo el Espíritu nos sumerge en los tesoros del amor del Padre y del Hijo<br />
<br />
<br />
<br />
Digámoslo de otra forma: ¿De qué manera el Espíritu nos guía hasta la “Verdad completa”? <br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
(1) Con una fuente de alta fidelidad<br />
<br />
<br />
<br />
El Espíritu “hablará”. La voz del Espíritu comienza a partir del silencio de Jesús. Jesús calla (16,12) pero su mensaje está ahí resonando por medio del Espíritu. Por eso “hablará lo que oiga” (16,13b).<br />
<br />
<br />
<br />
“No hablará por su cuenta”. Notemos la gran fidelidad que caracteriza al Espíritu con relación a Jesús. Su actitud es similar a la que Jesús tiene con el Padre: “el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo” (8,26).<br />
<br />
<br />
<br />
El Espíritu “anunciará lo que ha de venir”: más que todo lo que va a pasar en el futuro, se trata ante todo de cómo tienen que reaccionar los discípulos frente a lo que va viniendo. El Espíritu no permite que las eventualidades de la historia desvíen a los discípulos de Jesús, sino por el contrario, los lleva a hacer presente y actual la Palabra del Maestro en todo lo que les va pasando. Para ello mantiene la sintonía –con la mayor nitidez posible- de los discípulos con Jesús.<br />
<br />
<br />
<br />
(2) Sumergiéndonos en la gloria de la Trinidad<br />
<br />
<br />
<br />
El Espíritu “me dará gloria” (16,14a). Se trata de la gloria dada por el Padre al Hijo desde la eternidad: “la gloria que tenía a tu lado, antes que el mundo fuese” (17,5b). El “dar gloria” a Jesús resume lo que se había dicho anteriormente sobre el Señorío de Cristo en el mundo, esto quiere decir que, llevando a plenitud la obra de Jesús en el mundo, el Espíritu está anticipando su plenitud final en la historia. Él nos lleva de brazos abiertos ante Dios.<br />
<br />
<br />
<br />
¿Y qué es lo que trae la “gloria”? Pues la misma vida de Dios y sus tesoros inagotables. <br />
<br />
<br />
<br />
Jesús dice “Todo lo que tiene el Padre es mío” (16,15a). Este “mío” o “de mi propiedad” indica hasta dónde es capaz de llegar el amor: hasta compartirlo todo. Cuando dos se aman se entregan mutuamente –con absoluta confianza- todo lo que son y tienen: “Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío” (17,10; ver también las últimas palabras en la parábola del Padre Misericordioso en Lucas 15,31). La comunidad de amor es también comunidad de bienes; lo segundo es consecuencia de lo primero. <br />
<br />
<br />
<br />
¿Y el Espíritu? Como lo muestra el texto: si bien el Espíritu y Jesús son dos, también son “uno” en el obrar.<br />
<br />
<br />
<br />
El discípulo de Jesús participa entonces de la vida que está en el Padre y el Hijo, la que sólo les pertenece a ellos en propiedad: “Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo” (5,26). Y más aún: todo lo que cabe en la relación del Padre y el Hijo, su estima, valoración, admiración, escucha/obediencia, el estar contentos el uno del otro, todo esto el Espíritu lo transmite a los discípulos. Por eso dice: “Recibirá de lo mío y os lo anunciará (transmitirá) a vosotros” (16,14c.15c). <br />
<br />
<br />
<br />
Se realiza así el deseo de Jesús: “Quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria” (17,24). Bajo la luz de esta gloria, la comunidad de los discípulos queda envuelta en la fuerza y la intensidad del amor que es propio de Dios. <br />
<br />
<br />
<br />
Ahora vemos que el Espíritu no nos llega solamente a los oídos sino hasta el corazón. Es el Espíritu –Dios mismo vaciándose en nosotros- quien coloca en los más hondo de nuestro ser al Ser mismo de Dios.<br />
<br />
<br />
<br />
Fuimos creados para “vivir”. Porque fuimos creados en el Verbo (1,3) -que es eterna relación- vivimos sedientos de amor: por eso lo que más nos duele es una mala relación. Es algo que llevamos impregnado dentro. Pues bien, por la entrada y permanencia de Jesús en nuestra vida, Él como Verbo lleno de amor, nos rescata de nuestras soledades y aislamientos, sana nuestras incomunicaciones y malas relaciones al colocarlas en el plano superior del amor primero y perfecto que viene de Dios. Todo lo hace converger allí y de Él, de lo alto, brota una nueva capacidad de amar. Y si bien pasamos por el trauma de la muerte física, viviremos para siempre porque en esa relacionalidad no hay lugar para la muerte, y esto: porque el Cielo de la Trinidad ya está en nosotros. <br />
<br />
<br />
<br />
Así, la misión del Hijo queda “completa”, esto es, darnos la vida eterna de Dios: “Para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos” (17,26).<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
5. En conclusión…<br />
<br />
<br />
<br />
La Trinidad Santa nos habita de manera inefable. Gracias a la “guía” del Espíritu que todo lo conduce “hasta la Verdad completa”, nuestra vida se va paulatinamente cristificando, impregnando en nosotros el rostro del amor. La identidad con el Hijo, la participación en su gloria, nos hace posible unirnos al amor de los Tres, compartir su vida de alabanza recíproca, de amor y de gozo, y meditar largamente y en profunda paz las confidencias del Uno y del Otro a través de la escucha de lo que el Espíritu nos coloca en el corazón. <br />
<br />
<br />
<br />
Siendo todo esto así, no se puede ser cristiano completo sin vivir en la Trinidad, porque la novedad de la vida bautismal –somos bautizado “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”- está iluminada por un amor transformante del Dios familia: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Romanos 5,5). ¿Qué más se puede desear? No queda sino adorar y suspirar hondamente. Como bien decía Sor Isabel de la Trinidad:<br />
<br />
<br />
<br />
“Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, <br />
<br />
Soledad infinita, Inmensidad en que me pierdo… <br />
<br />
Sumérgete en mí para que yo me sumerja en Ti, <br />
<br />
hasta que vaya a contemplar en tu Luz el abismo de tus grandezas”.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
6. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón<br />
<br />
<br />
<br />
6.1. ¿Quién es Dios? ¿Cuál es la cumbre de la revelación que Jesús nos hace del Misterio de Dios? ¿Qué significa la frase de Jesús: “El Espíritu de la Verdad os guiará hasta la Verdad completa”?<br />
<br />
<br />
<br />
6.2. ¿Cuál es al mayor anhelo de mi vida? ¿La Trinidad Santa es respuesta esa búsqueda? ¿Qué debo contemplar en Dios?<br />
<br />
<br />
<br />
6.3. ¿Mi esfuerzo por el bienestar personal sacrifica la felicidad de otras personas?<br />
<br />
<br />
<br />
6.4. Según el evangelio de este Domingo, ¿Cómo debería ser la vida de una familia?, y también, ¿Cómo sueño mi familia? ¿Qué hago para lograrlo?<br />
<br />
<br />
<br />
6.5. ¿Cómo ilumina la Trinidad Santa, comunidad perfecta de amor, la vida comunitaria de la Iglesia (de las comunidades religiosas, de nuestras parroquias, de las pequeñas comunidades a las cuales pertenecemos) y el estilo de vida que la sociedad necesita? ¿Qué imagen de Iglesia se deriva de la revelación de un Dios Trinidad?<br />
<br />
<br />
<br />
6.6. Nuestra sociedad ha alcanzado altos niveles de comunicación global, pero esto no ha hecho más que poner de relieve las fragmentaciones sociales, los fracasos familiares, la marginación, las profundas y absurdas soledades. ¿El anuncio de un Dios amor –amor que unifica, que comparte todo, que envía, que salva- está contradiciendo el estilo de vida individualista de una sociedad de masas pero sin comunión de amor? ¿Qué debemos promover los discípulos de Jesús? ¿Qué tenemos que anunciar proféticamente?<br />
<br />
<br />
<br />
6.7. Sabiendo que hay una relación estrecha entre la “comunitariedad” y la “vida plena”, ¿Cuál es el papel de una Iglesia-comunidad en medio de la sociedad? ¿Por qué y de qué manera está llamada a ponerse al servicio de la defensa y la promoción de la vida? <br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
P. Fidel Oñoro Consuegra, cjm<br />
<br />
Centro Bíblico del CELAM<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Anexo 1<br />
<br />
<br />
<br />
Para prolongar la meditación y la oración<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en el Tríptico que Benedicto XVI regalo a los Obispos de Latinoamérica y el Caribe la inaugurar la V Conferencia General<br />
<br />
<br />
<br />
“Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Ti, inmóvil y tranquilo, como si ya mi alma estuviera en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti, oh mi inmutable, sino que cada minuto me sumerja más en la hondura de tu Misterio. <br />
<br />
<br />
<br />
Pacifica mi alma, haz de ella tu cielo, tu morada de amor y el lugar de tu descanso. Que en ella nunca te deje solo, sino que esté ahí con todo mi ser, todo despierto en fe, todo adorante, totalmente entregado a tu acción creadora. <br />
<br />
<br />
<br />
Oh mi Cristo amado, crucificado por amor, quisiera ser, en mi alma, una esposa para tu Corazón, quisiera cubrirte de gloria, quisiera amarte..., hasta morir de amor. Pero siento mi impotencia: te pido ser revestido de Ti mismo, identificar mi alma con cada movimiento de la Tuya, sumergirme en Ti, ser invadido por Ti, ser sustituido por Ti, para que mi vida no sea sino irradiación de tu Vida. Ven a mí como Adorador, como Reparador y como Salvador.<br />
<br />
<br />
<br />
Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar mi vida escuchándote, quiero volverme totalmente dócil, para aprenderlo todo de Ti. Y luego, a través de todas las noches, de todos los vacíos, de todas mis impotencias, quiero fijar siempre la mirada en Ti y morar en tu inmensa luz. <br />
<br />
<br />
<br />
Oh Astro mío querido, fascíname, para que ya no pueda salir de tu esplendor. <br />
<br />
<br />
<br />
Oh Fuego abrasador, Espíritu de amor, desciende sobre mí, para que en mi alma se realice como una encarnación del Verbo: que yo sea para Él como una prolongación de su Humanidad Sacratísima en la que renueve todo su Misterio. <br />
<br />
<br />
<br />
Y Tú, oh Padre, inclínate sobre esta pobre criatura tuya, cúbrela con tu sombra, no veas en ella sino a tu Hijo Predilecto en quien tienes todas tus complacencias. <br />
<br />
<br />
<br />
Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad en que me pierdo, me entrego a Ti como una presa. Sumérgete en mí para que yo me sumerja en Ti, hasta que vaya a contemplar en tu luz el abismo de tus grandezas”.<br />
<br />
<br />
<br />
(Sor Isabel de la Trinidad)Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-41196736429074761892011-05-22T16:12:00.000-07:002011-05-22T16:12:47.426-07:00Festividad del Cuerpo y Sangre del Señor junio 26 de 2011<div style="text-align: center;">Un apoyo para hacer la Lectio Divina del Evangelio del Domingo</div><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;">Vigésimo Tercero del Tiempo Ordinario </div><div style="text-align: center;">PARA QUE TENGAMOS VIDA </div><div style="text-align: center;">Eucaristía y encarnación que vivifican</div><div style="text-align: center;">Juan 6,51-58</div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFYEDOF84Z4iqmB4fLa8Wg8eUdM5rD6PfO-L50rf6JuOxBVO6E2_1SXVpv-x6KBo0cNJdLlYCBarme_lNHhJzbrzXQbstyI5BYB4BPgue9RrYWM6KCTaSkq2jLn2g5xcMI4gkru9Xl-Hs/s1600/cuerpo+y+sangre.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFYEDOF84Z4iqmB4fLa8Wg8eUdM5rD6PfO-L50rf6JuOxBVO6E2_1SXVpv-x6KBo0cNJdLlYCBarme_lNHhJzbrzXQbstyI5BYB4BPgue9RrYWM6KCTaSkq2jLn2g5xcMI4gkru9Xl-Hs/s320/cuerpo+y+sangre.JPG" width="270" /></a></div><div style="text-align: center;">“Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”</div><br />
Comencemos orando…<br />
<br />
Te pedimos Señor,<br />
ya que nos has concedido la gracia<br />
de celebrar tu sacramento eucarístico,<br />
que suscites en nosotros con tanta fuerza<br />
la capacidad de hacer alianza Contigo.<br />
Que podamos decir: ‘Yo en Ti y Tú en mi’.<br />
Nuestra vida en Ti, salvada por ti,<br />
nuestros pecados redimidos en tu cruz, pero Tú en nosotros,<br />
tu opción por el hombre, tu opción por la vida<br />
tu darte por los demás<br />
son ahora la raíz de todas nuestras opciones,<br />
es nuestra opción fundamental de la vida,<br />
desde ahí queremos decidir todo lo que hagamos.<br />
<br />
Cuando salgamos, Señor, a trabajar,<br />
cuando salgamos a compartir,<br />
cuando salgamos al estudio,<br />
cuando salgamos a compartir con los vecinos,<br />
que todo lo que decidamos<br />
esté basado en esa opción fundamental<br />
porque Tú estas en nosotros<br />
y hemos hecho de tu causa nuestra causa.<br />
<br />
Señor, que busquemos esta unidad de mi vida en Ti.<br />
Que no busquemos esta unidad<br />
a través de las fragmentaciones de nuestra existencia<br />
sino que vivamos siempre en una gran unidad interior<br />
gracias a la comunión contigo,<br />
que no consiste simplemente en recibir la hostia.<br />
<br />
Que no nos limitemos simplemente a recibir la Eucaristía<br />
sino a asimilarte, a acogerte,<br />
a asimilar tu Palabra, tus ejemplos, tus opciones.<br />
Que yo nos tomemos tiempo para saborear<br />
a través de la lectio divina tu modo de ser.<br />
Tu síntesis es el sacramento Eucarístico.<br />
<br />
Es ahí donde la lectura santa tiene sentido.<br />
Una síntesis tan simbólica que resulta poco visible y perceptible,<br />
a no ser Señor que seamos capaz de ensanchar idealmente<br />
esta semilla sembrada en el corazón<br />
y la convirtamos en ese árbol, en esos frutos.<br />
<br />
Que la imitación de tu vida, que la continuación de tu vida<br />
y de la acción evangélica en nosotros,<br />
sea una acción santificante y santificadora.<br />
Esto, Señor, es lo que tu comunión provoca en mí.<br />
<br />
Concédenos, Señor,<br />
que nuestras celebraciones de la Eucaristía<br />
unifiquen nuestra vida y la centren en Ti.<br />
Que lo concentremos todo en la Palabra<br />
en la Eucaristía y en el compromiso con los demás.<br />
Palabra, sacramento y servicio.<br />
Palabra Eucaristía y testimonio<br />
como tres realidades que brotan de la entrega<br />
que Dios Padre ha hecho de sí mismo en Ti<br />
Amado Jesús.<br />
Amén, Señor.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">Introducción</div><br />
<div style="text-align: justify;">Dirijamos nuestra mirada al evangelio de este domingo. Llegamos al núcleo, al culmen del discurso del pan de vida, la revelación de Jesús sobre sí mismo en la Eucaristía llega al momento culminante. Un evangelio espectacular !Bellísimo!</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una vez que nosotros, descubríamos que no sólo Jesús es el verdadero pan del cielo, el pan de vida sino que hay que comerlo. Hay que pasar de comer el pan a comer la carne de Jesús. Y con esto se aludía al misterio de la Encarnación porque el término carne aquí evocaba “la Palabra se hizo carne”. Se añadió entonces una especificación importantísima: “Yo la doy para la vida del mundo”. “Es mi carne para la vida del mundo”. De esta manera se nos estaba enseñando a comprender, a acoger el misterio del sacrificio redentor de Cristo en la cruz en el pan eucarístico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y ahora avanzamos en el evangelio de los versículos 51-58 en el mismo capítulo 6. La última parte del discurso del pan de vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. El texto</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Leamos Juan 6,51-58:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“Enseñando un día en la sinagoga dijo Jesús a la multitud: </div><div style="text-align: justify;">‘51Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. </div><div style="text-align: justify;">El que coma de este pan, vivirá eternamente;</div><div style="text-align: justify;">y el pan que yo voy a dar, es mi carne por la vida del mundo’. </div><div style="text-align: justify;">52 Los judíos discutían entre sí y diciendo: </div><div style="text-align: justify;">‘¿Cómo puede este hombre darnos a comer su carne?’ </div><div style="text-align: justify;">53 Jesús les respondió: ‘</div><div style="text-align: justify;">Yo les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre,</div><div style="text-align: justify;">y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. </div><div style="text-align: justify;">54 Y el que come mi carne y bebe mi sangre, </div><div style="text-align: justify;">tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. </div><div style="text-align: justify;">55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. </div><div style="text-align: justify;">56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. </div><div style="text-align: justify;">57 A mi me envió el Padre que tiene vida y yo vivo por el Padre, </div><div style="text-align: justify;">de la misma manera el que me come vivirá por mí. </div><div style="text-align: justify;">58 Este es el pan bajado del cielo;</div><div style="text-align: justify;">que no es como el que comieron sus padres, y murieron; </div><div style="text-align: justify;">el que coma de este pan vivirá eternamente’.”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Contexto</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La gente había sentido resistencia frente a las palabras de Jesús cuando dijo “He bajado del cielo”. Inmediatamente dijeron: pero si conocemos a la mamá, al papá, si este es Jesús! Y entonces la encarnación suscitó una gran dificultad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hoy nos encontramos con otra resistencia. Cuando Él dijo “Mi carne para la vida del mundo” inmediatamente la gente se pregunta: “¿Cómo puede éste hombre darnos a comer su carne?”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La gente no entendía. Y si no entendían en aquella época, menos hoy nosotros. Nosotros vemos cómo responde Jesús entonces. Jesús responde con siete afirmaciones. El evangelio de este domingo contiene siete afirmaciones. Le gusta el número siete al capítulo 6 de Juan. Al discurso del pan de vida. Recuerdan ustedes que les había dicho que hay siete preguntas que sirven de hilo conductor y que dan la estructura, el esqueleto, de todo el discurso del pan de vida, de esta bella catequesis. Hay siete preguntas. Pues, ahora la última lección de Jesús está compuesta de siete afirmaciones. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. Las siete afirmaciones de la parte final del discurso del “Pan de Vida”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En las siete afirmaciones se repite el mismo concepto. En las siete afirmaciones se repite siempre, ni una sola vez falta, la palabra “comer”. Comer significa asimilar, significa saber decir el Amén eucarístico, significa hacer verdaderamente la comunión. No un Jesús al cual contemplamos a distancia. Un Jesús al cual ahora nosotros encarnamos. Al cual ahora nosotros hacemos una sola cosa con nosotros. Siete afirmaciones en las cuales se repite la palabra comer.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero ni una sola afirmación se repite al pie de la letra. Siempre hay una variante, siempre hay una nueva luz, siempre se abre una nueva ventana para que comprendamos la profundidad del misterio.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La primera es una afirmación que comienza en negativo, en condicional. “Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La segunda, por el contrario es positiva: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Enseguida en la tercera vuelve a insistir: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La cuarta afirmación vuelve sobre el mismo concepto con una proposición bellísima que habla ahora de la alianza. “El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mi y yo en él”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La quinta se basa en una comparación: “Así como el Padre que me ha enviado posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me coma vivirá por mi”. La naturaleza de la alianza entre el discípulo y el Maestro viene de la comunión del Padre y del Hijo porque comulgar es hacer viva alianza con Cristo y en Él con la Trinidad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La sexta afirmación es otra afirmación impositiva, muy bonita. Jesús dice lo que ocurre enseguida: “Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el pan que comieron vuestros antepasados, ellos murieron”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y partiendo de esta realidad negativa, “ellos murieron”en seguida la séptima afirmación, la última, la más vibrante, la más alta, es la positiva para aquel que entra en alianza y en comunión con Cristo a través de la Eucaristía. “El que coma de este pan vivirá para siempre”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">4. Profundización</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como ya hemos dicho, las siete afirmaciones repiten una sola idea. Jesús es el verdadero pan, el pan que da la vida, la vida eterna, vivimos de Él. Vivimos de lo que recibimos y este pan tiene que ser comido, y comerlo significa no solamente asimilarlo como palabra y como ejemplo, como modelo de vida sino asimilarlo como víctima ofrecida en sacrificio por mí. Víctima con la cual hay que entrar en una misteriosa comunión.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cada vez que comulgamos nosotros estamos invitados a asimilar el pan; Cristo. Usted no puede decir que desayunó simplemente colocando el pan sobre la mesa, mirándolo un par de minutos y pensando que ya desayunó No Usted tiene que coger el pancito y tiene que comerlo. Pues bien, esa analogía explica la comunión. A Jesús hay que comerlo. ¿Qué quiere decir eso? No basta únicamente con mirarlo y mirarlo y mirarlo ‘la miradera’. Hay que encarnarlo. Y lo que nosotros encarnamos, asimilamos, lo hacemos una sola cosa con nosotros es nada más y nada menos que la cruz.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuando comulgamos encarnamos el sentido de la muerte y resurrección de Cristo, estamos comulgando con la cruz. De esa manera, al asimilar a Cristo nos hacemos también proexistentes. Nos hacemos Cristo crucificado para los demás, o sea, aquel que da la vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No podemos comulgar en la Eucaristía y regresar a la casa egoístas. No puede ser. Cuando comulgamos hacemos alianza con Cristo, nos hacemos uno con Él: ‘Él en mi y yo en Él’. Uno solo. Y entonces la cruz, Cristo con los brazos abiertos dando vida está en nosotros amando a todos los demás. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En estas palabras encontramos nosotros una expresión de lo que los otros evangelios presentan en la institución de la Eucaristía. En los otros evangelios Jesús dice “Tomad y comed esto es mi cuerpo, tomad y bebed esta es mi sangre”. Juan lo dice aquí de otra manera. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el Evangelio de Juan, la institución de la Eucaristía está sustituida por un relato bautismal con el lavatorio de los pies y lo hace allá porque ya lo ha explicado aquí en el capítulo 6.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En definitiva, Jesús quiere subrayarnos que el hombre, nosotros, ustedes y yo, estamos llamados a alimentarnos del Verbo hecho carne, alimentarnos de Él como Palabra en la que hay que creer, como ejemplo que hay que seguir, como víctima propiciatoria a la que hay que adherirse. Adherirse místicamente, profundamente en un acto sacramental. En términos más sencillos y más pobres, Jesús es la vida del hombre. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El hombre está hecho para vivir en, con, por, e inclusive de Jesús. Vivir de Él mediante la fe que escucha su Palabra. Que le recibe como un Hijo de Dios, que cree que Él es el Hijo de Dios encarnado, el Hijo de Dios que ha dado su vida por mí. Comulgar es encarnar el sentido de la muerte y resurrección de Cristo, el acto salvífico por excelencia. Es traer a mí todo el poder y la fuerza de la cruz y hacerme uno con el crucificado mediante la comunión misteriosa con su sacrificio, su muerte, su cuerpo y su sangre benditos, entregados por nosotros en la cruz. Nosotros estamos destinados a vivir de Jesús. A encontrar en Cristo la plenitud de nosotros mismos y a realizar su destino en la comunión y en la identificación con Él. Comulgamos con sus opciones, con sus actitudes, con sus comportamientos, con todo el evangelio. Y comulgamos con la mayor de todas sus opciones, la de dar la vida por los demás.</div><br />
<div style="text-align: right;">P. Fidel Oñoro, cjm</div><br />
<div style="text-align: justify;">Anexo 1</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pistas para las otras lecturas del Domingo</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sumario: Los textos de este domingo insisten en el tema de la Sabiduría, atributo de Dios. En el libro de los Proverbios, la “Dama Sabiduría” nos imita a su festín. El Salmo enseña el temor del Señor. Pablo invita a no vivir como gente insensata sino como sabios. Jesús, finalmente, en el Evangelio, da la clave de la verdadera felicidad: es él mismo, quien se nos da en nutrición.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura: Proverbios 9,1-6</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La literatura de sabiduría, de la cual el libro de los Proverbios hace parte, contrapone el hombre sabio al “sin inteligencia”. La sabiduría bíblica no se reduce a una acumulación de conocimientos, no es cerebral ni libresca, consisten en saber administrar nuestra vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En nuestro texto, la Sabiduría aparece personificada, es como una señora que sabe manejar su casa. Ella se dirige a los habitantes de la ciudad que se comportan como insensatos y los invita a venir a comer en pan y beber su vino. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esta invitación será retomada por Jesús, la “sabiduría de Dios”, quien le pide a todos los creyentes que vengan a habitar en él. Él les propone su pan y su vino para que tengan la misma vida de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Salmo 33</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El salmista recomienda “el temor de Señor”. Esta expresión no implica ni miedo ni sumisión servil, sino amor respetuoso de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El creyente es invitado a venerar la grandeza y la bondad del Señor. Debe bendecir, glorificar, adorar y buscar a Dios. El rico que no se apoya más que en sus riquezas, puede perder su felicidad, puede perder todo y quedar con hambre. Pero quien pone su confianza en el Señor será colmado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el Magnificat, María se acuerda de este Salmo: “A los hambrientos colmó de bienes t a los ricos despidió vacíos”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura: Efesios 5,1-20</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Con frases cortas, Pablo (o sus discípulos) da orientaciones para la vida de los nuevos bautizados. La verdadera sabiduría, tanto ayer como hoy, incluye una triple perspectiva: poner al servicio de los demás el tiempo que nos pertenece, ayudar a comprender mejor la voluntad de Dios sobre nosotros y darle su voz al Espíritu Santo.</div><br />
<div style="text-align: right;">(J. S.)</div><br />
<div style="text-align: left;">Anexo 2</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: left;">Una invitación a la oración</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Escuchar la Palabra</div><div style="text-align: center;">La vida que Jesús</div><div style="text-align: center;">le ofrece a sus hermanos</div><div style="text-align: center;">tiene su fuente</div><div style="text-align: center;">en el amor del Padre;</div><div style="text-align: center;">aquel que escucha</div><div style="text-align: center;">su Palabra cada día</div><div style="text-align: center;">vivirá de la misma vida de Dios</div><div style="text-align: center;">para siempre”.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">(Frank Widro)</div><div style="text-align: center;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-81099976926484546762011-05-22T15:46:00.000-07:002011-05-22T15:46:04.818-07:00Pentecostés junio 12 de 2011<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Estudio bíblico de base para la Lectio Divina </div><br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Solemnidad de Pentecostés – </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">INUNDADOS POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO: </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Fuego y Viento impetuoso de Amor</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">Hechos 2,1-11</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzSSn2MIABW0l51dweP_XjCY0JKwo9bbcfe-VMNsHC763mH6Z5ESNcpdQ8kc1kygc97h07l1domPz2TR3QMOiqCGhnIXJYEVSzYdCZgvSTxLDWcRJFZ7GrN8w9RA2TMXmf-pjhB7pV5g0/s1600/pentecost%25C3%25A9s.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzSSn2MIABW0l51dweP_XjCY0JKwo9bbcfe-VMNsHC763mH6Z5ESNcpdQ8kc1kygc97h07l1domPz2TR3QMOiqCGhnIXJYEVSzYdCZgvSTxLDWcRJFZ7GrN8w9RA2TMXmf-pjhB7pV5g0/s320/pentecost%25C3%25A9s.JPG" width="320" /></a></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">“Eran odres nuevos a la espera del vino nuevo que llegó del cielo. </div>El gran racimo ya había sido pisado y glorificado”<br />
(San Agustín)<br />
<br />
“Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo”<br />
Ven, ¡oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de<br />
tu amor.<br />
V. Envía tu Espíritu y todo será creado.<br />
R. Y se renovará la faz de la tierra.<br />
Oremos<br />
¡Oh Dios!, que instruiste los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos, según el mismo Espíritu, conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo, Señor nuestro, <br />
R. Amén. <br />
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">Introducción</div><br />
<div style="text-align: justify;">Hoy celebramos y revivimos el misterio de Pentecostés, la plenitud del misterio de la Pascua en la efusión del Espíritu Santo. Celebramos el fuego de amor que el Espíritu encendió en la Iglesia para que arda en el mundo entero: ¡fuego que no se apagará jamás!</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo quien, con su fuerza unificadora, nos lleva a todos -en la multiplicidad de dones- a aceptar y confesar una misma fe en Jesús “Señor” nuestro.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu, el que con toda su potencia actúa en nosotros ayudándonos a comprender y a poner en práctica las palabras de Jesús; sus actitudes, gestos y comportamientos se nos impregnan gracias al soplo del Espíritu. </div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo quien se hace presente en los oídos y en el corazón de todo oyente de la Palabra, para que sea posible la “Lectio Divina”, o sea, para que cada oyente se abra a la fuerza penetrante de la Palabra.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu el que transforma el pan y el vino en el cuerpo entregado y en la sangre derramada de Jesús, prolongando en cada asamblea eucarística su Pentecostés. </div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo el que nos impulsa a anunciar el “Misterio de la fe”, de la muerte y resurrección del Señor, la semilla de la Palabra –kerigma- de la cual nace la Iglesia.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu el que sopla sobre nuestra humanidad pecadora, para transformarnos y hacer de nosotros personas que aman y perdonan a sus hermanos.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo el que hace de la comunidad cristiana no una simple asociación de personas buenas y religiosas, sino el Cuerpo Místico de Cristo, el pueblo reunido en el amor de la Trinidad que canta en alabanza las maravillas de este amor de Dios en la historia.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu el que nos impulsa en el seguimiento cotidiano de Jesús, infundiéndole a nuestra existencia una dimensión siempre nueva de alegría, paz, verdad, libertad y comunión. No es lo mismo vivir con Él que sin Él. </div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo quien es la fuente de la santidad de la Iglesia. Porque se ha derramado el Espíritu, la Iglesia es santa, e incluso podríamos decir que si hay santos es porque el Espíritu continúa obrando hoy como ayer. </div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu el que con su presencia sigue y seguirá haciendo posible la realización del plan de salvación de Dios en la humanidad, hasta que ella llegue a su plenitud.</div><div style="text-align: justify;">Es el Espíritu Santo el que hace fructuoso todos nuestros esfuerzos en nuestra peregrinación cristiana de cada día. El Espíritu Santo nos precede en todo lo que hacemos porque es en Él que Dios realiza toda su obra. Su venida le da la luz y el sabor de la presencia de Dios a todas las cosas.</div><div style="text-align: justify;">¿Pero quién es este Espíritu Santo que obra tantas cosas en nuestra vida?</div><div style="text-align: justify;">El Espíritu Santo es el amor personal del Padre y del Hijo, y amor quiere decir vida, alegría, felicidad.</div><div style="text-align: justify;">El Espíritu Santo es Dios mismo vaciándose en el hombre y moviéndolo internamente para que se abra amorosamente –a la manera de Jesús- al hermano y se arroje confiadamente en los brazos del Abbá-Padre. </div><div style="text-align: justify;">El mismo Dios que a lo largo de la historia les ha dado muchas cosas a los hombres, que les ha enviado personajes, incluso su propio Hijo, ahora se da a sí mismo de forma inaudita. Por eso decimos que es el don “escatológico” o “definitivo” de Dios (aquí escatológico quiere decir: “después de esto ya no hay más”, “más de eso no hay”).</div><div style="text-align: justify;">Es así como el irresistible amor de Dios entra en lo más hondo de nuestras vidas. Su presencia causa muchos efectos, porque como nos enseña la Palabra de Dios, el Espíritu Santo viene para salvar, sanar, enseñar, exhortar, reforzar, consolar... </div><div style="text-align: justify;">Por eso hoy clamamos con entusiasmo, con todas nuestras fuerzas: “¡Ven, Espíritu Santo!”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Pentecostés lucano</div><div style="text-align: justify;">Sumerjámonos hoy en este misterio guiados por la Palabra, de manera que nos impregnemos de él. </div><div style="text-align: justify;">Los invitamos a leer con mayor atención el Pentecostés lucano narrado en Hechos de los Apóstoles 2,1-11 (primera lectura de la Solemnidad). La “Lectio” de este pasaje nos ayudará a recrear la atmósfera, el estado de ánimo de Pentecostés, porque es verdad que no puede haber un estado de ánimo mejor, una actitud más completa con la cual podamos vivir la vida que ¡la del Espíritu Santo!</div><div style="text-align: justify;">Salido de la artística pluma lucana, notamos que el relato de Pentecostés es un drama bellísimo, un drama en el sentido original del término, que es el de una participación, de un fuerte movimiento interno cargado de fuertes emociones que le da un gran giro al escenario. ¡Qué intensidad hay en cada palabra! Para captarlo, entremos en la atmósfera espiritual de los dos cuadros que lo componen:</div><div style="text-align: justify;">(1) Dentro del cenáculo: la efusión del Espíritu (2,1-4)</div><div style="text-align: justify;">(2) Fuera del cenáculo (2,5-11)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Leamos despacio el texto de Hechos de los Apóstoles 2,1-11:</div><div style="text-align: justify;">1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.</div><div style="text-align: justify;">2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.</div><div style="text-align: justify;">3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.</div><div style="text-align: justify;">5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.</div><div style="text-align: justify;">6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua.</div><div style="text-align: justify;">7 Estupefactos y admirados decían: </div><div style="text-align: justify;">‘¿Es que no son galileos todos estos que están hablando?</div><div style="text-align: justify;">8Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa?</div><div style="text-align: justify;">9Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto,</div><div style="text-align: justify;">Asia,10Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros</div><div style="text-align: justify;">romanos, 11judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra</div><div style="text-align: justify;">lengua las maravillas de Dios’”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Retomemos el texto frase por frase. Pero comencemos primero por la descripción del contexto:</div><div style="text-align: justify;">1. La comunidad reunida en un día de fiesta (Hechos 2,1)</div><div style="text-align: justify;">“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar”</div><div style="text-align: justify;">1.1. La fecha: “Al cumplirse el día de Pentecostés…” (2,1ª)</div><div style="text-align: justify;">La palabra “Pentecostés” quiere decir “el día número 50” o “el quincuagésimo día”. Se trata del nombre de una fiesta judía conocida como “Fiesta de las Semanas”, más exactamente la de las “siete semanas” que prolongaban la celebración de la gran fiesta de la Pascua. Se sumaba así una semana de semanas (7x7), número perfecto que se celebraba al siguiente del día 49.</div><div style="text-align: justify;">La fiesta de la cosecha de los cereales</div><div style="text-align: justify;">En un principio se trataba de una fiesta campesina: después de recoger las primeras gavillas, los campesinos festejaban agradecidos el fruto de la siega, “las primicias de los trabajos, de lo sembrado en el campo” (Éxodo 23,16). De ahí que se acostumbrara ofrecerle a Dios dos panes con levadura cocinados con granos de la primera gavilla (ver Levítico 23,17).</div><div style="text-align: justify;">Pero con el tiempo, la fiesta campesina se convirtió en fiesta religiosa en la que se celebraba el gran fruto de la Pascua: el don de la Alianza en el Sinaí. Por esa razón los israelitas ofrecían también en esta fecha “sacrificios de comunión” (Levítico 23,18-20). </div><div style="text-align: justify;">La fiesta era tan grande que merecía el suspender todos los trabajos: “No harás ningún trabajo servil” (Números 28,26). Puesto que era una las tres fiestas de peregrinación para los que vivían fuera de Jerusalén, sumado al hecho de que fuera día vacacional, se explica suficientemente el que hubiera tanta gente en la calle ese día en Jerusalén (ver Hechos 2,5-6). </div><div style="text-align: justify;">De la fiesta campesina la fiesta de la Alianza del Sinaí</div><div style="text-align: justify;">La antigua fiesta campesina se transformó después en una fiesta “histórica” que celebraba la Alianza del Sinaí. Después que Dios sacó a su pueblo de Egipto, y en medio del desierto, lo condujo hasta el Monte Sinaí para hacer con él la Alianza. Allí Dios se manifestó en medio de una tormenta, cargada de viento y fuego. </div><div style="text-align: justify;">Según Éxodo 19, las doce tribus fueron reunidas al pie de la santa montaña para recibir los mandamientos. Algunas leyendas judías dicen que la voz de Dios se dividía en setenta voces, en setenta lenguas, para que todos los pueblos pudieran entender la Ley, pero sólo Israel aceptó la Ley del Sinaí.</div><div style="text-align: justify;">En fiesta de “Pentecostés”, Dios renovaba su Alianza con los judíos de nacimiento y con los convertidos y simpatizantes del judaísmo (“temerosos de Dios” y “prosélitos”), que venían en peregrinación a Jerusalén. En el relato que vamos a leer enseguida notamos que así como en el Sinaí había doce tribus, en Jerusalén había gente venida de doce países diferentes: desde peregrinos venidos de Roma –centro del Imperio- hasta venidos de la región del mediterráneo así como del desierto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un nuevo “Pentecostés”: la realización plena del don de la Alianza</div><div style="text-align: justify;">Lucas encuadra el acontecimiento de la venida del Espíritu Santo en este ámbito histórico y religioso.</div><div style="text-align: justify;">Un detalle importante es que Lucas no se limita a darnos un dato cronológico sino que en su narración le da el énfasis de un “cumplimiento”, por eso el texto griego se puede leer como: “cuando se cumplió la cincuentena” (2,1). Con esto muestra que se trata del cumplimiento de una promesa. En efecto, ya en Lucas 24,49 y en Hechos 1,4-5.8 el terreno había sido preparado con la palabra profética sobre la venida del Espíritu Santo. Por lo tanto el trasfondo de la fiesta judía es retomado y notablemente superado por la palabra y la obra de Jesús: estamos ante la plenitud de la Pascua de Jesús.</div><div style="text-align: justify;">En el Pentecostés cristiano, la gracia de la Pascua se convierte en vida para cada uno de nosotros por el poder del Espíritu Santo, mediante una alianza indestructible, porque está sellada en nuestro interior.</div><div style="text-align: justify;">1.2 El lugar: “…Estaban reunidos todos en un mismo lugar” (2,1b)</div><div style="text-align: justify;">La expresión “todos juntos” recalca la unidad de la comunidad y es una característica del discipulado en los Hechos de los Apóstoles. Una frase parecida la encontramos en 1,14. </div><div style="text-align: justify;">Así se anuncia quiénes van a recibir el don del Espíritu Santo. Se trata de la comunidad que había sido recompuesta numéricamente cuando se eligió al apóstol Matías (1,26). Una comunidad cuyo número indica el pueblo de la Alianza que aguarda las promesas definitivas de parte de Dios. En ella no se excluyen, puesto que estaban “todos”, la Madre de Jesús y un grupo más amplio de seguidores de Jesús.</div><div style="text-align: justify;">Este “todos” anuncia también la expansión del don a todas las personas que se abren a él, como efectivamente lo irá narrando –a partir de este primer día- el libro de los Hechos de los Apóstoles.</div><div style="text-align: justify;">Pero, ¿cómo recibieron el don del Espíritu y qué hicieron enseguida? Veamos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Dentro del cenáculo: la efusión del Espíritu (Hechos 2,2-4)</div><div style="text-align: justify;">“2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.</div><div style="text-align: justify;">3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”</div><br />
<div style="text-align: justify;">Sucede la venida del Espíritu Santo sobre la comunidad. Notemos en la narración lucana:</div><div style="text-align: justify;">(1) Dos signos: el viento y el fuego (2,2-3)</div><div style="text-align: justify;">(2) La realidad: “quedaron todos llenos del Espíritu Santo” (2,4a)</div><div style="text-align: justify;">(3) La reacción de los destinatarios de la unción: hablar en lenguas (2,4b)</div><div style="text-align: justify;">Detengámonos en lo esencial de este anuncio que no hace san Lucas.</div><div style="text-align: justify;">2.1. Dos signos: el viento y el fuego (2,2-3)</div><div style="text-align: justify;">Así como cuando el cielo nos hace presentir que algo va a pasar, sea una tempestad u otra cosa, así sucede aquí: primero Dios manda signos que atraen la atención sobre lo que está a punto de suceder; este preludio de su manifestación da paso, luego, a la experiencia de su maravillosa presencia. </div><div style="text-align: justify;">En la manifestación de la venida del Espíritu Santo al hombre, encontramos dos signos que despiertan nuestra atención: uno para el oído y otro para los ojos.</div><div style="text-align: justify;">(1) Un signo para el oído: el viento (2,2)</div><div style="text-align: justify;">Primero hay un viento, que es un signo para el oído, un viento que se hace sentir: “De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban” (2,2). </div><div style="text-align: justify;">El viento en la Biblia, está asociado al Espíritu Santo: se trata del “Ruah” o “soplo vital” de Dios. Ya el profeta Ezequiel había profetizado que como culmen de su obra Dios infundiría en el corazón del hombre “un espíritu nuevo” (Ez 36,26), también Joel 3,1-2; pues bien, con la muerte y resurrección de Jesús, y con el don del Espíritu los nuevos tiempos han llegado, el Reino de Dios ha sido definitivamente inaugurado.</div><div style="text-align: justify;">No sólo Lucas nos lo cuenta, también según Juan, el mismo Jesús, en la noche del día de Pascua, sopló su Espíritu sobre la comunidad reunida (ver el evangelio de hoy: Juan 20,22: “Sopló sobre ellos”; también Juan 3,8).</div><div style="text-align: justify;">Pero lo que aquí llama la atención es el “ruido”, elemento que nos reenvía a la poderosa manifestación de Dios en el Sinaí, cuando selló la Alianza con el pueblo y le entregó el don de la Ley (Éxodo 19,18; ver también Hebreos 12,19-20). El “ruido” se convertirá en “voz” en el versículo 6. Éste es producido por “una ráfaga de viento impetuoso”, lo cual nos aproxima a un “soplo”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Observemos que se dice “como”, o sea, que se trata de una comparación; el término en el lenguaje bíblico nos indica lo indescriptible que es la experiencia religiosa. </div><div style="text-align: justify;">El hecho que provenga “del cielo”, quiere decir que se trata de una iniciativa de Dios. El cielo no se ha cerrado con el regreso de Jesús a él, todo lo contrario, como dice Pedro más adelante: “Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís” (Hechos 2,33).</div><div style="text-align: justify;">(2) Un signo para la vista: el fuego (2,3)</div><div style="text-align: justify;">Enseguida aparece un signo hecho para la vista: “Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos” (2,3). </div><div style="text-align: justify;">Las “lenguas como de fuego”, también de origen divino, son un signo elocuente. Lo mismo que el “viento”, en la Biblia el “fuego” está asociado a las manifestaciones poderosas de Dios (ver Éxodo 19,18) e indica la presencia del Espíritu de Dios. </div><div style="text-align: justify;">No debería tomarnos por sorpresa. En este mismo evangelio, ya san Juan Bautista ya nos había familiarizado con el signo: “El os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (3,16). Por su parte Jesús había dicho: “He venido a traer fuego a la tierra y cuánto deseo que arda” (13,49).</div><div style="text-align: justify;">Así como en el signo visual que el evangelista presentó en la escena del Bautismo de Jesús (“bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma”, Lucas 3,22), lo mismo sucede aquí pero con la imagen del “fuego” que se “posa sobre cada uno de ellos”. Pero a diferencia de la misteriosa imagen de la paloma, la imagen del fuego es coherente y más fácilmente comprensible dentro de lo que está narrando. </div><div style="text-align: justify;">La forma de “lengua” atribuida al fuego sirve para describir la distribución del mismo fuego sobre todos, pero crea un bello juego de palabras con el término “lengua” que asocia las “lenguas como de fuego” (v.3) del Espíritu con el “hablar en otras lenguas” (v.4) por parte de los apóstoles.</div><div style="text-align: justify;">Se cumple la profecía de Juan Bautista sobre el bautismo en Espíritu Santo y fuego (ver Lucas 3,16).</div><div style="text-align: justify;">2.2. La realidad: “quedaron todos llenos del Espíritu Santo” (2,4a)</div><div style="text-align: justify;">Después de los signos iniciales, de referente externo, Lucas nos invita a entrar en la experiencia interna y así captar el significado: ¿Qué es lo que está pasando en el corazón de los discípulos? ¿Cuál es la acción interior del Espíritu Santo?</div><div style="text-align: justify;">Después de los signos emerge la realidad, una realidad que se describe con sólo una línea: “Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (2,4ª). </div><div style="text-align: justify;">Este es sin duda, el acontecimiento más importante de la historia de la salvación, junto con la creación, la encarnación, el misterio pascual y la segunda venida de Cristo. ¡Y está descrito solamente en una línea! (dan ganas de ponerse de rodillas).</div><div style="text-align: justify;">Decir que los discípulos “quedaron llenos” del Espíritu Santo, que el mismo Dios los llenó de Espíritu Santo, es como decir, para explicarnos con un ejemplo, como un gran embalse de agua –de esos que se utilizan para generar energía- que de repente se convirtiera en una inmensa catarata que se vacía a través un dique y entonces toda esa enorme masa de agua, que es la vida trinitaria, se vaciara en los pequeños recipientes de los corazones de cada uno de los apóstoles. </div><div style="text-align: justify;">“Quedaron llenos”. Después de purificar a los hombres por la cruz de su Hijo, de prepararlos como odres nuevos, Dios los hace partícipes de su misma Vida. El corazón de los discípulos ha sido hecho partícipe, por así decir, como un vaso comunicante, de la vida trinitaria. Por el don de su Espíritu, Dios infunde su amor en cada criatura y la recrea con su luz. </div><div style="text-align: justify;">“Quedaron llenos”. Los discípulos hicieron la experiencia de ser amados por Dios, una experiencia verdaderamente transformante, puesto que sana a fondo todas las fisuras que permanecen en el corazón por los dolores de la vida, por las carencias, y le da a la vida un nuevo impulso, una nueva proyección. </div><div style="text-align: justify;">“Quedaron llenos”. La palabra que repetimos con tanta frecuencia, “el amor de Dios”, que muchas veces es una palabra vacía, aquél día fue para los apóstoles una gran realidad. Les cambió la vida. Les dio un corazón nuevo, el corazón nuevo prometido por Jeremías (31,33) y por Ezequiel (36,26). Y, como veremos enseguida, se nota que desde ese momento, los apóstoles comenzaron a ser otras personas.</div><div style="text-align: justify;">2.3. La reacción de los destinatarios de la unción: hablar en lenguas (2,4b)</div><div style="text-align: justify;">El “viento” se convierte en “soplo” santo que inunda a todos los que están en el cenáculo y las “lenguas como de fuego” sobre cada uno se convierten en nuevas “lenguas”, en una capacidad nueva de expresión. Aquí se nota el primer cambio en la vida de los discípulos de Jesús.</div><div style="text-align: justify;">El Espíritu Santo, el soplo vital de Dios, lleva a hablar otras lenguas: “Y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (2,4b).</div><div style="text-align: justify;">El término “otras” (lenguas) es importante aquí para que lo distingamos del hablar incomprensible (la oración en lenguas o “glosolalia”), la cual necesita de un intérprete (de esto habla Pablo en 1ªCorintios 12,10). Lo que sucede aquí parece más próximo a lo que el mismo Pablo dice en 1ªCorintios 14,21, citando a Isaías 28,11-12, y está relacionado con la predicación cristiana a los no convertidos. En otras palabras, lo que el Espíritu Santo pone en boca de los discípulos es el “kerigma” (ver el evangelio del domingo pasado), el cual recoge “las maravillas de Dios” (2,11) realizadas a través de Jesús de Nazareth, particularmente su muerte y resurrección.</div><div style="text-align: justify;">Pero esta capacidad de comunicarse irá más allá: se convertirá poco a poco en el lenguaje de un amor que se la juega toda por los otros, que ora incesantemente, que perdona y se pone al servicio de todos. No hay que perder de vista que el don del Espíritu es del amor de Dios. </div><div style="text-align: justify;">Lo que aquí comienza como “lengua” o “comunicación”, terminará generando el mayor espacio de comunicación profunda que hay: la comunidad cristiana. Su motor es el amor. Es como si el Espíritu continuamente nos dijera al oído: “en todo pon amor”, “lleva siempre amor en tu corazón”, “si corriges, pon amor; si la dejas pasar, pon amor; si callas, pon amor”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. Fuera del cenáculo (Hechos 2,5-11)</div><div style="text-align: justify;">“5 Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.</div><div style="text-align: justify;">6 Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua.</div><div style="text-align: justify;">7 Estupefactos y admirados decían…”</div><div style="text-align: justify;">La segunda escena ocurre en la plaza frente al cenáculo. Allí vemos como el corazón nuevo de los apóstoles se expresa concretamente en la vida.</div><div style="text-align: justify;">3.1. La gente estaba estupefacta (2,5-6)</div><div style="text-align: justify;">Todos quedaron fuertemente admirados. Los efectos de la venida del Espíritu son los mimos que se daban cuando Jesús entraba poderosamente en la vida de las personas; por ejemplo, cuando manifestó sobre el lago su potencia divina, se dice que quienes lo vieron quedaron estupefactos (ver Lucas 8,25). Aquí se dice lo mismo con relación a la manifestación del Espíritu Santo: “la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua. (Estaban) estupefactos y admirados...”.</div><div style="text-align: justify;">3.2. La congregación de todos los pueblos (2,7-11)</div><div style="text-align: justify;">Confrontando los humildes galileos con la multitud internacional y pluricultural que se congrega frente al cenáculo, Lucas sigue el relato haciendo la lista de las naciones (ver 2,7-11ª). La enumeración sigue círculos concéntricos.</div><div style="text-align: justify;">La lista termina diciendo, “todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios” (2,11b). Así aparece otro elemento importante del mensaje de Pentecostés.</div><div style="text-align: justify;">Teniendo presente el relato la torre de Babel (ver Génesis 11,1-9), Lucas nos muestra una gran transformación operada por la venida del Espíritu Santo.</div><div style="text-align: justify;">En Babel se confunden las lenguas: hay caos lingüístico que representa cómo cuando cada persona se apega a su propio proyecto y no es capaz de abrirse al de los demás, nunca es posible construir un proyecto comunitario. Babel, entonces, es caos ideológico, reflejo del caos sicológico puede darse dentro de uno: conflicto de proyectos y de deseos contradictorios que emergen continuamente. </div><div style="text-align: justify;">Babel se repite todos los días: se comienza hablando una misma lengua, se diseñan proyectos comunes, pero de repente aparecen los intereses personales que mandan todas las alianzas al piso, que rompen en definitiva las relaciones.</div><div style="text-align: justify;">Pero en Pentecostés todos son capaces de comprenderse: todos hablan diversas lenguas (y por eso esa larga lista de pueblos), pero llega un momento en que todos se entiende, como si estuvieran hablando una misma lengua. Esta lengua es la del amor, cuya máxima expresión es el amor de Dios: “las maravillas de Dios”.</div><div style="text-align: justify;">3.3. La honra al nombre de Dios (2,11b)</div><div style="text-align: justify;">Retomemos la frase final: “Todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios” (2,11b).</div><div style="text-align: justify;">Recordemos que en Babel la torre allí mencionada en realidad era un templo en forma de pirámide sacra, por lo tanto se trataba de una experiencia religiosa. ¿A qué se alude? Se alude a un problema que puede surgir de una experiencia religiosa mal llevada. El mismo texto lo dice: “Hagámonos un nombre para que no nos dispersemos sobre la faz de la tierra” (Génesis 11,4; la Biblia de Jerusalén traduce: “hagámonos famosos”). Aquí el pecado no está en el hecho de honrar a la divinidad con un templo sino querer “hacerse un nombre”, es decir, el querer ser adorados ellos mismo y no Dios. Esto sucede a veces, es lo podemos llamar la “instrumentalización” de Dios. Se dice que se trabaja por Dios pero en el fondo podría estarse buscando otra cosa: “hacerse un nombre”.</div><div style="text-align: justify;">En Pentecostés es distinto: los apóstoles no trabajan para sí mismos, no quieren hacerse un nombre, sino darle honra al nombre de Dios, esto es, proclamar las grandes maravillas de Dios: “Todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios” (v.11). </div><div style="text-align: justify;">Cuando en el mundo de las relaciones cada uno trata de hacerse un nombre, se crean polos, tantos polos cuantas sean las personas que están centradas en sí mismas. Babel es la guerra de los egoísmos, en cambio Pentecostés es la formación de la comunidad en la comunión de diversidades cuyo centro es Dios.</div><div style="text-align: justify;">Los mismos discípulos que antes de la Cruz de Jesús discutían quién era el mayor, viven ahora una conversión radical que es como la revolución copernicana: se han descentrado de sí mismos –están llenos de amor- y se han centrado en Dios. </div><div style="text-align: justify;">Todo está orientado hacia la gloria de Dios, hacia la alabanza de Dios y es en Él en quien convergemos todos, poniendo nuestros mejores esfuerzos en ayudar a construir su proyecto creador en el mundo.</div><div style="text-align: justify;">Esta es la conversión que nos aguarda a todos. Lo que sucedió el día de Pentecostés fue apenas la inauguración; el evento nos sigue envolviendo a todos los que los que lo aguardamos con el corazón ardiendo por la escucha de la Palabra de Dios y la oración. </div><div style="text-align: justify;">Así, en cada uno de sus miembros, la Iglesia adquiere todos los días un rostro nuevo, reflejo del amor de Dios.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Entremos en este camino, haciendo nuestra esta bella oración:</div><div style="text-align: justify;">“Ven, oh Espíritu Santo, </div><div style="text-align: justify;">y danos un corazón grande, abierto a tu silenciosa y potente palabra inspiradora; </div><div style="text-align: justify;">(un corazón) hermético ante cualquier ambición mezquina;</div><div style="text-align: justify;">un corazón grande para amar a todos, para servir a todos, para sufrir con todos; </div><div style="text-align: justify;">un corazón grande, fuerte para resistir en cualquier tentación, cualquier prueba, cualquier desilusión, cualquier ofensa; </div><div style="text-align: justify;">un corazón feliz de poder palpitar al ritmo del corazón de Cristo y cumplir humildemente, fielmente, virilmente, la divina voluntad” </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(Pablo VI, el 17 de mayo de 1970).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lo que viene es grande, porque Pentecostés es fiesta de la esperanza: la esperanza de que la humanidad entera –comenzando por quien tenemos cerca- pueda ser invadida por el Espíritu Santo en la alegría del don de sí mismo, así como el Cristo pascual.</div><div style="text-align: justify;">4. Releamos el pasaje bíblico con los Padres de la Iglesia</div><div style="text-align: justify;">Proponemos hoy tres textos en el siguiente orden: (1) San Basilio Magno nos invita a contemplar la acción del Espíritu Santo en Jesús y en la Iglesia; (2) San Agustín hace un paralelo entre la primera y la segunda Alianza sellada en el Sinaí (sentido de la celebración de Pentecostés hebreo); y luego (3) recalca en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles el cumplimiento de la promesa.</div><div style="text-align: justify;">4.1. San Basilio Magno: La soberanía del Espíritu Santo </div><div style="text-align: justify;">“Toda la actividad de Cristo se realizó en la presencia del Espíritu. Él estaba allí, aún cuando fue tentado por el diablo, pues está escrito: ‘Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado’ (Mateo 4,1). Y continuaba con Él, inseparablemente, cuando Jesús realizaba sus milagros, porque, -son sus palabras- ‘Yo expulso los demonios por la virtud del Espíritu de Dios…’ (Mateo 12,28).</div><div style="text-align: justify;">Él no lo abandonó después de su resurrección de los muertos: cuando el Señor, para renovar al hombre y restituirlo –una vez que la perdiera- la gracia recibida por el soplo de Dios, cuando el Señor sopló sobre el rostro de los discípulos, ¿qué fue lo que les dijo? ‘Recibid el Espíritu Santo; los pecados serán perdonados a quienes se los perdonen y quedarán retenidos a quienes se los retengan’ (Juan 20,22-23).</div><div style="text-align: justify;">¿Y la organización de la Iglesia? No es evidentemente y sin contestación, obra del Espíritu Santo? En efecto, según san Pablo, es Él quien le dio a la Iglesia ‘en primer lugar los apóstoles, en segundo los profetas, en tercero los doctores; después el don de milagros, después los carismas de curación, de asistencia, de gobierno, de lenguas distintas’ (1 Corintios 12,28). El Espíritu distribuye esta orden según la repartición de sus dones”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>(“De Spiritu Sancto”, 16, 39)<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">4.2. San Agustín: Del Sinaí al Cenáculo</div><div style="text-align: justify;">“El pueblo hebreo celebraba la Pascua con la inmolación del cordero y con los ázimos (…); y cincuenta días después de esta celebración, le fue dada sobre el Monte Sinaí la Ley escrita con el dedo de Dios. </div><div style="text-align: justify;">Vino la verdadera Pascua y es inmolado Cristo, que opera el paso de la muerte a la vida (…). Y cincuenta días después viene el Espíritu Santo, el Dedo de Dios.</div><div style="text-align: justify;">(…) Antes el pueblo estaba a distancia, había terror, no amor. (…) Dios descendió en el fuego sobre el Sinaí, como está escrito, inspirando terror al pueblo que estaba a distancia, y escribiendo con su dedo sobre la piedra, no en el corazón.</div><div style="text-align: justify;">Aquí, por el contrario, cuando viene el Espíritu Santo, los fieles estaban reunidos en conjunto. No los asustó como en el Monte, sino que entró en la casa. De repente se escuchó desde el cielo un ruido como si se levantara un viento impetuoso; hubo estruendo, pero ninguno se asustó. Oíste que hubo un estruendo, nota que también hubo fuego. Porque sobre el monte había lo uno y lo otro, el fuego y el estruendo.</div><div style="text-align: justify;">… Reconoce también al Espíritu que escribe no sobre la piedra sino en el corazón. De hecho ‘la Ley del Espíritu que da vida’ está escrita en el corazón, no sobre la piedra; “en Cristo Jesús”, en quien fue celebrada la verdadera Pascua, ‘te liberó de la ley del pecado y de la muerte’ (Romanos 8,2).</div><div style="text-align: justify;">(Sermón 155, 5-6).</div><div style="text-align: justify;">4.3. San Agustín: Odres nuevos en la espera del vino nuevo</div><div style="text-align: justify;">“La solemnidad de hoy nos trae a la me memoria la grandeza del Señor Dios y de su gracia, que derramó sobre nosotros. Para eso es que se celebra la solemnidad: para que no se borre del recuerdo lo que ocurrió de una vez por todas (…)</div><div style="text-align: justify;">Hoy celebramos la venida del Espíritu Santo. De hecho, el Señor envió desde el cielo al Espíritu Santo prometido ya en la tierra. Así era que había prometido enviarlo desde el cielo: ‘Él no puede venir mientras yo no me haya ido; pero cuando me haya ido, lo enviaré’.</div><div style="text-align: justify;">Para eso padeció, murió, resucitó y subió al cielo; sólo le falta cumplir la promesa. Era lo que esperaban sus discípulos, ciento veinte personas, según lo que está escrito; es decir, diez veces el número de los apóstoles. Efectivamente, escogió a doce y envió el Espíritu sobre ciento veinte.</div><div style="text-align: justify;">Esperando la promesa, ellos estaban reunidos orando en una casa, pues deseaban ya con la misma fe lo mismo que con la oración y el ansia espiritual. Eran odres nuevos a la espera del vino nuevo que llegó del cielo. El gran racimo ya había sido pisado y glorificado”</div><div style="text-align: justify;">(Sermón 267, 1)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">5. Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div style="text-align: justify;">En una reunión ecuménica en Upsala, el patriarca metropolitano oriental dijo estas palabras: “Sin el Espíritu Santo Dios es lejano. El Evangelio es letra muerta. La autoridad de la Iglesia es una dominación. La liturgia es pura evocación. El actuar de los cristianos es una moral de esclavos. Pero cuando el Espíritu Dios está presente, el Evangelio es Espíritu y Vida, la autoridad de la Iglesia es servicio, la liturgia es conmemoración y anticipación de lo esperado, y el actuar cristiano es deificado”. </div><div style="text-align: justify;">5.1 ¿Quién es el Espíritu Santo? ¿Qué obra de particular en nosotros el Espíritu Santo?</div><div style="text-align: justify;">5.2. ¿De dónde viene la palabra “Pentecostés”? ¿Qué era para el pueblo de Israel?</div><div style="text-align: justify;">5.3. ¿Qué me dicen los signos del “viento” y del “fuego”?</div><div style="text-align: justify;">5.4. ¿Me siento “lleno” del Espíritu Santo? ¿Cómo se sabe que una persona está “llena” de Espíritu Santo? ¿Qué sucede dentro de ella y cómo se nota fuera?</div><div style="text-align: justify;">5.5. ¿Qué conversión me lleva a vivir el bautismo en el Espíritu Santo? ¿Qué voy a hacer en el Pentecostés de este año para avanzar más en este camino por el cual me conduce el Espíritu Santo de Dios?</div><div style="text-align: justify;">5.6. ¿Qué efectos tiene Pentecostés tanto a nivel comunitario (del grupo, la pequeña comunidad, la parroquia) como a nivel de la sociedad?</div><div style="text-align: justify;">5.7. ¿Por qué decimos que la Iglesia nació en Pentecostés? ¿Qué caracteriza profundamente la vida de la Iglesia?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">P. Fidel Oñoro, cjm</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Anexo 1</div><div style="text-align: justify;">Agunas sugerencias para los animadores de la liturgia dominical</div><div style="text-align: justify;">I</div><div style="text-align: justify;">La fiesta de la Pascua no acaba hoy: llega a su culmen. Lo que sucedió en el Señor resucitado, se realiza ahora en los creyentes por el don del Espíritu Santo. La palabra “Pentecostés” alude al número cincuenta: guante cincuenta días, desde la noche pascual, celebramos la alegría del Señor resucitado en medio de nosotros.</div><div style="text-align: justify;">II</div><div style="text-align: justify;">Todo el tono festivo de la Pascua debe ser evidenciado por los elementos que le son característicos. Sólo terminado el domingo es que el cirio pascual dejará el presbiterio para ser colocado en el bautisterio. En la medida de lo posible, cántese el prefacio propio. Después de la segunda lectura y antes de la aclamación del Evangelio, cántese la “secuencia” (si no se canta, que sea leída solemnemente; verla debajo de este texto). El canto y los instrumentos, las luces y las flores (privilegiar las rosas y el color rojo), la ornamentación de la Iglesia, el incienso, todo debería darle a la celebración su verdad de apoteosis pascual. Y, en la despedida, con el “Pueden ir en paz…”, que no falte el Aleluya.</div><div style="text-align: justify;">III</div><div style="text-align: justify;">En la noche del sábado, las comunidades son invitadas a celebrar la Vigilia de Pentecostés. Imitarán así a la comunidad de Jerusalén, la cual estuvo recogida en oración en torno a los apóstoles y de la santísima Virgen María, esperando el Espíritu Santo prometido. El Misal explica cómo celebrar esa Vigilia y nos da algunos textos. Para realzar la dinámica orante, se sugiere la integración de la oración de Vísperas para abrir la celebración. Pueden utilizarse todas las lecturas propuestas en el Leccionario (4 del Antiguo y 2 del Nuevo Testamento). Enseguida se canta un Salmo responsorial apropiado y, como en la Vigilia pascual, se hace una oración (ver indicaciones en el Misal).</div><div style="text-align: justify;">IV</div><div style="text-align: justify;">Para los lectores.</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura. La lectura está llena de movimiento y tiene expresiones muy fuertes que requieren una buena dicción. Atención a las interrogaciones. Intente hacer esas preguntas a alguien en casa (con frecuencia cambiamos nuestra actitud interior y nuestra expresión cuando pasamos del lenguaje oral a la simple lectura de un texto: eso es lo que hay que evitar). Si siente dificultad para la pronunciación de los nombres de los pueblos (“partos… medos… elamitas… Panfilia…”), pregúntele a alguien.</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura. Podemos pensar la segunda lectura en tres secciones: (1) “Nadie puede… sino es bajo la acción del Espíritu Santo” (v.3b); (2) “Hay diversidad de carismas… para provecho común” (vv.4-7); (3) “Pues del mismo modo que el cuerpo… Todos hemos bebido de un solo Espíritu” (vv.12-13).</div><div style="text-align: justify;">La segunda sección reviste una forma doxológica, por eso las tres fases son interdependientes (eso se debe hacer notar en la lectura). La última sección tiene una palabra de valor que es el polo de las frases: “cuerpo”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
(V. P.)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Anexo 2</div><div style="text-align: justify;">Para prolongar la meditación y la oración</div><div style="text-align: justify;">Profundizar en la enseñanza de Jesús (Juan 14,15-26)</div><div style="text-align: justify;">“Profundizo</div><div style="text-align: justify;">la enseñanza</div><div style="text-align: justify;">de Jesús</div><div style="text-align: justify;">viviendo plenamente</div><div style="text-align: justify;">su Palabra en mi vida,</div><div style="text-align: justify;">por medio de gestos,</div><div style="text-align: justify;">de diálogo con lo cotidiano</div><div style="text-align: justify;">llevando un perfume</div><div style="text-align: justify;">de amor para mi prójimo”</div><br />
<div style="text-align: right;">(Franck Widro)</div><br />
<div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En esta maravillosa solemnidad de Pentecostés hagamos nuestra la “Llama de Amor Viva” de san Juan de la Cruz:</div><div style="text-align: justify;">De profezieonline</div><div style="text-align: justify;">¡Oh llama de amor viva,</div><div style="text-align: justify;">que tiernamente hieres</div><div style="text-align: justify;">de mi alma en el más profundo centro!</div><div style="text-align: justify;">pues ya no eres esquiva,</div><div style="text-align: justify;">acaba ya si quieres;</div><div style="text-align: justify;">rompe la tela de este dulce encuentro.</div><div style="text-align: justify;">¡Oh cauterio suave!</div><div style="text-align: justify;">¡Oh regalada llaga!</div><div style="text-align: justify;">¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,</div><div style="text-align: justify;">que a vida eterna sabe</div><div style="text-align: justify;">y toda deuda paga!,</div><div style="text-align: justify;">matando muerte en vida la has trocado.</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">¡Oh lámparas de fuego</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">en cuyos resplandores</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">las profundas cavernas del sentido</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">que estaba oscuro y ciego</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">con extraños primores</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">calor y luz dan junto a su querido!</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">¡Cuán manso y amoroso</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">recuerdas en mi seno</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">donde secretamente solo moras</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">y en tu aspirar sabroso</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">de bien y gloria lleno</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">cuán delicadamente me enamoras!</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-63466768667705256232011-05-22T14:46:00.000-07:002011-05-22T14:46:46.081-07:00La Ascención 5 de junio de 2011Solemnidad de la Ascensión del Señor –<br />
<br />
EXALTADO AL CIELO, <br />
<br />
EL RESUCITADO PERMANECE CON NOSOTROS<br />
<br />
La misión del discipulado<br />
<br />
Mateo 28, 16-20<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFkrnLmGB75LLV3sxivjl-_OCjQgA_LFLC5uRNR5AWMlX9wCtIKgRDqksq-CpEIkkgm3q6lxHANpW9T7fq646C8ptkgDnJHgFZ7fZB9GSJC77me3rP3zlOQWtO2cHAKqU74t4VYcoeTM/s1600/ascensi%25C3%25B3n.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="301" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFkrnLmGB75LLV3sxivjl-_OCjQgA_LFLC5uRNR5AWMlX9wCtIKgRDqksq-CpEIkkgm3q6lxHANpW9T7fq646C8ptkgDnJHgFZ7fZB9GSJC77me3rP3zlOQWtO2cHAKqU74t4VYcoeTM/s320/ascensi%25C3%25B3n.JPG" width="320" /></a></div><br />
<br />
<div style="text-align: center;">“Jesús dijo: </div><div style="text-align: center;">‘Ya no me separaré de vosotros. </div><div style="text-align: center;">Yo estoy con vosotros, </div><div style="text-align: center;">nadie prevalecerá contra vosotros’”</div><div style="text-align: center;">(Himno de Romano el Melode)</div><br />
<br />
<div style="text-align: center;">“Y he aquí que yo estoy con vosotros</div><div style="text-align: center;">todos los días hasta el fin del mundo”</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Comencemos orando:</div><div style="text-align: center;">¿Qué hacéis mirando al cielo,</div><div style="text-align: center;">varones, sin alegría?</div><div style="text-align: center;">Lo que ahora parece un vuelo</div><div style="text-align: center;">Ya es vuelta y es cercanía.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">El cielo ha comenzado.</div><div style="text-align: center;">Vosotros sois mi cosecha.</div><div style="text-align: center;">El padre ya os ha sentado</div><div style="text-align: center;">Conmigo a su derecha.</div><div style="text-align: center;">(Himno de la Liturgia de las Horas)</div><br />
<div style="text-align: center;">Introducción</div><br />
<div style="text-align: justify;">Al comienzo del Evangelio según Mateo, Jesús fue presentado como el “Dios-con-nosotros” (1,23), ahora al final del Evangelio es Jesús mismo quien dice: “Yo-estoy-con-vosotros” (28,20). ¡Pues bien, en Jesús Dios se hizo visible a nuestros ojos!</div><div style="text-align: justify;">Al regresar a la casa del Padre, Jesús no nos abandona sino que –como le dice a los apóstoles- nos da el mandato de integrar en la familia de Dios a todos los pueblos de la tierra. Para ello nos promete su ayuda y su asistencia para que podamos cumplir la tarea de enseñarle el evangelio a “todas” las naciones en nombre de aquel que tiene “todo” poder y que está con nosotros “todos” los días hasta el fin del mundo.</div><div style="text-align: justify;">En el espacio y en el tiempo se ejerce a partir de ahora el Señorío de Cristo. Es así como la Ascensión de Jesús no es ausencia del mundo sino otra manera de estar presente en él. Jesús es para siempre el “Dios-con-nosotros”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. El texto, su estructura y sus particularidades</div><div style="text-align: justify;">Leamos Mateo 28,16-20:</div><div style="text-align: justify;">“28,16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.</div><div style="text-align: justify;">17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.</div><div style="text-align: justify;">18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: </div><div style="text-align: justify;">‘Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.</div><div style="text-align: justify;">19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes </div><div style="text-align: justify;">Bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,</div><div style="text-align: justify;">20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. </div><div style="text-align: justify;">Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el pasaje del evangelio de Mateo que la liturgia nos propone para esta solemnidad de la Ascensión del Señor podemos notar inicialmente algunas particularidades:</div><div style="text-align: justify;">(1) El pasaje se compone de una parte narrativa (28,16-18ª) y de una parte discursiva (28,18b-20). </div><div style="text-align: justify;">(2) La parte narrativa cuenta en pocas palabras el único encuentro de Jesús resucitado con su comunidad. Se trata, por tanto, de un momento solemne en el cual convergen los acontecimientos pascuales. Sobre este encuentro ya se había despertado expectativa desde la última cena y en la mañana de la Pascua.</div><div style="text-align: justify;">(3) Dentro de la parte discursiva notamos que en sólo cinco versículos se repite cuatro veces el término “Todo” (que alguno compara con los cuatro puntos cardinales):</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">• “Todo” poder (28,18b): la totalidad del poder está en Jesús</div><div style="text-align: justify;"> “Todas” las gentes (28,19ª): la totalidad de la humanidad será evangelizada</div><div style="text-align: justify;">• “Todo” lo que Jesús enseñó (28,20ª): la totalidad de la enseñanza será aprendida</div><div style="text-align: justify;">• “Todos” los días (28,20b): la totalidad de la historia será abarcada por la presencia del Resucitado</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El acento del texto recae sobre esta última parte, donde Jesús (1) declara su victoria definitiva sobre el mal y la muerte (“Me ha sido dado todo poder…”), (2) les confiere a los discípulos un mandato (“Id, pues, y haced discípulos”) y (3) les hace la promesa de su asistencia continua (“Yo estaré con vosotros…”). Todo esto tendrá valor hasta el fin del mundo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Comentemos algunos detalles valiosos de nuestro pasaje.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Estudio del texto</div><div style="text-align: justify;">2.1. El encuentro del Resucitado con sus discípulos (28,16-18ª)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“16 Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.</div><div style="text-align: justify;">17 Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.</div><div style="text-align: justify;">18 Jesús se acercó a ellos y les habló así…” </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Veamos algunos de los elementos contenidos en esta primera parte del relato.</div><div style="text-align: justify;">2.1.1. Pasado, presente y futuro de la relación con Jesús</div><div style="text-align: justify;">Pasado. El encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos nos remite al comienzo del evangelio, cuando comenzó el discipulado a la orilla del lago a partir de la vocación (4,18-22). Un largo camino han recorrido juntos, en él la relación se fue estrechando cada vez más en cuanto el Maestro los insertaba en su ministerio, haciéndolos los primeros destinatarios de su obra, y los atraía para una relación aún más profunda con Él mediante el seguimiento. Jesús los devuelve al punto de partida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Presente. Ahora los discípulos van a “Galilea”, y allí, a una “Montaña”:</div><div style="text-align: justify;">(1) Ellos van a Galilea, que como “Galilea de los gentiles”, ha sido destinada por Dios como campo de misión de Jesús (ver 4,12-16). Allí habían sido llamados (ver 4,18-22) y allí fueron testigos de misericordia de Jesús con enfermos y pecadores (ver 8-9), donde la multitud andaba “vejada y abatida como ovejas sin pastor” (9,35). </div><div style="text-align: justify;">(2) La Montaña la que van nos recuerda el lugar donde Jesús pronunció su primera y fundamental instrucción, el Sermón de la Montaña, la Ley esencial de la vida cristiana que comienza con las bienaventuranzas (ver 5,1-7,29) y configura la existencia entera según “el Reino y la Justicia” (ver 6,33).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Futuro. En este ambiente, el Resucitado se le aparece a los discípulos. Vuelven a la relación que tenían antes y a todo lo que vivieron juntos. Ahora les dice qué es lo que va a determinar en el futuro la relación con él: “Se acercó a ellos y les habló así…” (28,18ª).</div><div style="text-align: justify;">Lo que Jesús aquí les dice será determinante y así permanecerá “hasta el fin del mundo”, hasta cuando Jesús venga por segunda con la plenitud de su poder y su definitiva revelación (ver 24,3).</div><br />
<div style="text-align: justify;">2.1.2. Una herida que se sana</div><div style="text-align: justify;">El grupo que ha sido convocado en Galilea tiene una herida producida por la traición y la muerte de Judas: ya no son “Doce” (ver 10,2.5; 26,20), sino “Once” (“Los once discípulos marcharon a Galilea…”). </div><div style="text-align: justify;">Esta herida recuerda que todos han sido probados en su fidelidad a Jesús. Ellos se han encontrado con su propia fragilidad. Cuando comenzó la pasión de Jesús, todos los discípulos interrumpieron el seguimiento: la traición de Judas (26,47-50), la triple negación de Pedro (26,69-75) y la fuga despavorida de los otros diez (26,56).</div><div style="text-align: justify;">Con todo, Jesús sana la herida provocada por la ruptura del seguimiento. No llama a otros discípulos, sino a los mismos que le fallaron en la prueba de la pasión. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Jesús cumple una promesa. </div><div style="text-align: justify;">• La última noche había anunciado que los precedería en Galilea: “Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño. Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea” (26,31-32). </div><div style="text-align: justify;">• En la mañana del día de la resurrección, el Ángel, junto a la tumba, les confió a las mujeres la tarea de recordarles a los discípulos estas palabras: “Id enseguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis’. Ya os lo he dicho” (28,7).</div><div style="text-align: justify;">• Enseguida el Resucitado en persona les confirmó la tarea: “No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (28,10).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los discípulos llegan a Galilea cargando sobre sus espaldas toda la historia dolorosa de la deslealtad. Pero la confianza del Maestro se muestra mayor que la fragilidad de sus discípulos. Jesús sí cumple sus promesas hecha durante la última cena. </div><div style="text-align: justify;">Es bello notar que en este encuentro con el Maestro después de la dolorosa historia de traición, negación y fuga, no escuchan ni una sola palabra de reclamo por parte de Jesús. Más bien todo lo contrario: cuando los manda llamar a través de las mujeres, los denomina por primera vez “mis hermanos” (28,10).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2.1.3. La reacción ante el Resucitado: adoración y duda</div><div style="text-align: justify;">El narrador continúa diciéndonos que los discípulos “al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron” (28,17).</div><div style="text-align: justify;">Así como lo había prometido (28,7.10), ellos ven al Resucitado. La primera reacción es que se arroja por tierra en un gesto de adoración que nos recuerda el comienzo del evangelio (cuando los magos “vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron”; 2,11). También en medio del evangelio habíamos visto un gesto similar por parte de los discípulos: “Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: ‘Verdaderamente eres Hijo de Dios’” (14,33). En este momento cumbre del evangelio, los discípulos reconocen a Jesús resucitado como el Señor.</div><div style="text-align: justify;">Pero Mateo hace notar que algunos todavía “dudan”. No debe extrañarnos. Reconocimiento y duda pueden estar juntos, como lo muestra la petición: “Creo. Ayúdame en mi incredulidad” (Mc 9,24).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2.2. Las palabras de Jesús: el nuevo camino de la comunidad y del Maestro (28,18b-20)</div><div style="text-align: justify;">“18 Jesús se acercó a ellos y les habló así: </div><div style="text-align: justify;">‘Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. 19Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes </div><div style="text-align: justify;">bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,</div><div style="text-align: justify;">20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. </div><div style="text-align: justify;">Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las palabras de Jesús tienen tres partes:</div><div style="text-align: justify;">(1) El anuncio del Señorío del Resucitado (28,18b)</div><div style="text-align: justify;">(2) El envío misionero de sus discípulos (28,19-20ª)</div><div style="text-align: justify;">(3) La promesa de su permanencia fiel en medio de los discípulos (28,20b)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2.2.1. El Señorío de Jesús (28,18b)</div><div style="text-align: justify;">“Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”</div><div style="text-align: justify;">Al postrarse, los discípulos reconocen que él es el Señor, el Señor sin límites, el Señor por excelencia. </div><div style="text-align: justify;">Ante ellos, Jesús afirma que el Padre, el Señor del cielo y de la tierra (11,25), le ha dado todo poder en todo ámbito: en el cielo y sobre la tierra. </div><div style="text-align: justify;">Ya desde el comienzo del evangelio el mensaje de Jesús se refirió a este “poder” cuando anunció la cercanía del “Reino de los Cielos” (ver 4,17). A lo largo de su ministerio Jesús ofreció los dones de este Reino (“Bienaventurados… porque de ellos es el Reino”; 5,3.10). La obra de Jesús fue continuamente experimentada como una “obra con poder” (ver 7,29; 8,8s; 21,23). Con este “poder” venció a Satanás y levantó al hombre postrado en sus sufrimientos y marginaciones. Ahora, una vez que su ministerio ha llegado a su culmen, el Resucitado se revela a sus discípulos como el que posee toda autoridad, es decir, un poder absoluto sobre todo. </div><div style="text-align: justify;">Una vez que ha vencido al mal definitivamente en su Cruz, Jesús se presenta vivo y victorioso ante sus discípulos: el Señor del cielo y de la tierra. Y con base en esta posición real, Jesús les entrega ahora la misión, prometiéndoles su asistencia continua y poderosa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2.2.2. El envío misionero de los discípulos (28,19-20ª)</div><div style="text-align: justify;">“19 Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes </div><div style="text-align: justify;">bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,</div><div style="text-align: justify;">20 y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Con esta autoridad suprema de Jesús sobre el cielo y la tierra, los discípulos reciben el envío a la misión. Notemos las diversas afirmaciones que Jesús hace a partir del imperativo: “Vayan”.</div><div style="text-align: justify;">(1) El contenido de la misión: “Hacer discípulos”</div><div style="text-align: justify;">“Id, pues, y haced discípulos”</div><div style="text-align: justify;">La tarea fundamental es hacer discípulos a todas las gentes. Por medio de ellos el Señor resucitado quiere acoger a toda la humanidad en la comunión con Él. </div><div style="text-align: justify;">Hasta ahora ellos han sido los únicos discípulos. Jesús los llamó y los formó mediante un proceso de discipulado. En este momento los discípulos son enviados para dar en el tiempo post-pascual lo que recibieron en el tiempo pre-pascual.</div><br />
<div style="text-align: justify;">Hacer “discípulos” es iniciar a otros en el “seguimiento”. De la misma manera que Jesús los llamó a su seguimiento y a través de ella los hizo pescadores de hombres (4,19), también los misioneros deben atraer a todos los hombres al seguimiento de Jesús, con el cual vivieron y continúan viviendo. </div><div style="text-align: justify;">“Seguimiento” quiere decir configurar el propio proyecto de vida en la propuesta de Jesús, entablar una cercana con la persona de Jesús, entrar en comunión de vida con Él. El “discipulado” supone la docilidad: aceptar que es Jesús quien orienta el camino de la vida, quien determina la forma y la orientación de vida. </div><div style="text-align: justify;">El “discipulado” lleva a abandonarse completamente en Jesús, porque sólo Él conoce el camino y la meta y nos conduce con firmeza y seguridad hacia ella. Este camino y esta meta se han revelado a lo largo del evangelio.</div><div style="text-align: justify;">Entonces, la esencia de la misión de los discípulos es conducir a toda la humanidad a la persona del Señor, a su seguimiento. De la misma manera como Jesús los lamó, sin forzarlos sino seduciendo su corazón y apelando a la libre decisión de cada uno, así ellos deben hacer discípulos a todos los pueblos de la tierra.</div><div style="text-align: justify;">(2) Los destinatarios: la humanidad entera</div><div style="text-align: justify;">“…A todas las gentes”</div><div style="text-align: justify;">Puesto que se le ha puesto en sus manos el mundo entero y es superior al tiempo y al espacio, Jesús los manda todos los pueblos de la tierra. </div><div style="text-align: justify;">Recordemos que en la primera misión la tarea apostólica se limitaba explícitamente a las “ovejas perdidas de la casa de Israel” (10,6; ver 15,24). Ahora la misión no conoce restricciones: a todos los hombres, y podríamos agregar “al hombre todo” (con todas sus dimensiones).</div><div style="text-align: justify;">(3) Insertando al nuevo discípulo en la familia trinitaria</div><div style="text-align: justify;">“…Bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”</div><div style="text-align: justify;">En el bautismo se realiza la plena acogida de los discípulos de Jesús en el ámbito de la salvación y en su nueva familia. </div><div style="text-align: justify;">El presupuesto de la fe. El Bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y de Espíritu Santo” presupone el anuncio de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y la fe en este Dios.</div><div style="text-align: justify;">El “nombre” de Dios está puesto en relación con el conocimiento de Él. Como se evidencia a lo largo del Evangelio: </div><div style="text-align: justify;">• Dios manifiesta su amor para que nosotros podamos conocerlo y así entrar en relación con Él. </div><div style="text-align: justify;">• Es través de Jesús que Dios ha sido conocido como Padre, Hijo y Espíritu Santo. </div><div style="text-align: justify;">Jesús predicó sobre de Dios de una manera que no se conocía en el Antiguo Testamento. Allí se conocía al Dios en cuanto creador del cielo y de la tierra, pero al mismo tiempo se afirmó –y con razón- la enorme distancia entre el Creador y su criatura, lo cual hacía pensar en la infinita soledad de Dios. Jesús anunció que Dios no está solo sino que vive en comunión. Frente al Padre está el Hijo, ambos están unidos entre sí, se conocen, se comprenden y se aman recíprocamente (ver 11,25) en la plenitud y perfección divina por medio del Espíritu Santo.</div><div style="text-align: justify;">Los discípulos deben bautizar en el “nombre” de este Dios, del Dios que así fue anunciado y creído.</div><div style="text-align: justify;">Al interior de la familia trinitaria. El bautismo:</div><div style="text-align: justify;">• Nos sumerge en el ámbito poderoso de este Dios y obra el paso hacia Él. </div><div style="text-align: justify;">• Nos pone bajo su protección y su poder. </div><div style="text-align: justify;">• Nos posibilita la comunión con Él, que en sí mismo es comunión. </div><div style="text-align: justify;">• Nos hace Hijos del Padre, quien está unido con un amor ardiente a su Hijo. </div><div style="text-align: justify;">• Nos hace hermanos y hermanas del Hijo que, con todo lo que Él es, está ante el Padre. </div><div style="text-align: justify;">• Nos da el Espíritu Santo, quien nos une al Padre y al Hijo, nos abre a su benéfico influjo y nos hace vivir la comunión con ellos.</div><div style="text-align: justify;">Si es verdad que el seguimiento nos introduce en el ámbito de vida de Jesús, también es verdad que esta vida es su comunión con el Padre en el Espíritu Santo. El bautismo sella nuestra acogida en esta adorable comunión.</div><div style="text-align: justify;">(4) El enseñar a poner en práctica las enseñanzas de Jesús: el discipulado como un nuevo estilo de vida</div><div style="text-align: justify;">La comunión con este Dios, determinada por el seguimiento y sellada por el bautismo, le exige a los discípulos un estilo de vida que esté a la altura de ese don.</div><div style="text-align: justify;">Notamos una gran continuidad entra la misión de Jesús y la de sus apóstoles:</div><div style="text-align: justify;">• De muchas maneras, desde las bienaventuranzas (5,3-12) hasta la visión del juicio final (25,31-46), Jesús instruyó a sus discípulos. A lo largo del evangelio distinguimos cinco grandes discursos de Jesús. Ahora los apóstoles deben transmitírselas a los nuevos discípulos atraídos por ellos. Las enseñanzas de Jesús no son opcionales.</div><div style="text-align: justify;">• Hasta el presente fue Jesús quien llamó discípulos y los educó en una existencia según la voluntad de Dios. Ahora son ellos los que, por encargo suyo, deben llamar a todos los hombres como discípulos y educarlos en una vida recta. </div><div style="text-align: justify;">En otras palabras, todo lo que los discípulos recibieron del Maestro debe ser transmitido en la misión.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2.2.3. El Resucitado muestra el significado pleno de su nombre “Emmanuel”, “Dios-con-nosotros” (28,20b)</div><div style="text-align: justify;">“Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”</div><div style="text-align: justify;">Durante su ministerio terreno, la relación de Jesús con sus discípulos estuvo caracterizada por su presencia visible y viva en medio de ellos. A partir de la Pascua esta presencia no termina sino que adquiere una nueva modalidad.</div><div style="text-align: justify;">Jesús utiliza una expresión conocida en la Biblia. En el Antiguo Testamento la expresión “El Señor está contigo”, le aseguraba a la persona que tenía una misión particular que Dios lo asistiría con poder y eficacia en su tarea. Con ello se quería decir que Dios no abandona al hombre a sus propias fuerzas, sino más bien que a la tarea que Dios le encomienda se le suma su presencia y su ayuda.</div><div style="text-align: justify;">Jesús, a quien se le ha dado todo poder, habla con la potestad divina, asegurando su presencia y su ayuda a la Iglesia misionera. Quien al principio fue anunciado como el “Emmanuel”, el “Dios con nosotros” (1,23), muestra ahora la verdad de esta expresión: Él es la fidelidad viviente del Dios de la Alianza (“Dios-con-nosotros” es una expresión referida al “Yo soy vuestro Dios y vosotros mi pueblo”) que permanece al lado de sus discípulos con todo su poder, con su vivo interés y con su poderosa asistencia a lo largo de toda la historia.</div><div style="text-align: justify;">En fin…</div><div style="text-align: justify;">La celebración de la Ascensión nos coloca ante estas palabras de Jesús, quien la plenitud de su potestad toma determinaciones hacia el futuro. Él, ya no estará de forma visible en medio de sus discípulos, pero sí garantiza su presencia poderosa en medio de los suyos. Así permanecerá “hasta el fin del mundo”, hasta que no ocurra con su venida el cumplimiento, y con él la plena e inmediata comunión de vida con la Trinidad Santa.</div><div style="text-align: justify;">3. Releamos el Evangelio con los Padres de la Iglesia</div><div style="text-align: justify;">Proponemos hoy dos textos. El primero referido al texto que Mateo que acabamos de abordar y el segundo a la versión lucana del acontecimiento de la Ascensión. La belleza de la poesía del segundo texto es memorable.</div><div style="text-align: justify;">3.1. San León Magno: La Ascensión: la fiesta del “Dios con nosotros”</div><div style="text-align: justify;">“Para que los fieles sepan que poseen aquello que les dará la fuerza de elevarse hasta la sabiduría que viene de lo alto, despreciando las concupiscencias del mundo, el Señor nos prometió su presencia diciendo: ‘He aquí que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos’ (Mateo 28,20).</div><div style="text-align: justify;">No fue, pues, en vano que el Espíritu Santo predijera por boca de Isaías: ‘He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo que será llamado Emmanuel, que quiere decir, Dios con nosotros’ (Is 7,4).</div><div style="text-align: justify;">Jesús realiza, por tanto, el significado de su propio nombre y, aún si sube al cielo, no abandona a sus hijos de adopción: en cuanto está sentado a la derecha del Padre, continúa habitando en todo el cuerpo; en la tierra conforta en orden a la paciencia; en el cielo convida a la gloria. Por tanto, nosotros no nos disipamos entre las cosas vanas, ni temblamos en circunstancias adversas. Allí somos lisonjeados por realidades engañosas; aquí nos oprimen las penas. Pero, porque “de su gracia está llena la tierra” (Salmo 32,5), la victoria de Cristo en todo, viene en nuestra ayuda, para que se cumpla su palabra: ‘Tened confianza, yo he vencido al mundo’ (Juan 16,33).</div><div style="text-align: justify;">Si nos mantenemos lejos del fermento de malicia, nunca nos apartaremos de la fiesta de Pascua.</div><div style="text-align: justify;">(Tract. 2, 3-5)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3.2. Romano el Melode: “Que descienda sobre nosotros, Señor, tu bendición”</div><div style="text-align: justify;">“Aquél que bajó a la tierra en el modo que sólo el conoce, y que de nuevo sube allá en el modo que sólo él sabe, invitó a aquellos que había amado a ir a un monte elevado y condujo a cuando había reunido, a fin de que, elevando el alma y los sentidos, se olvidaran de las cosas terrenas.</div><div style="text-align: justify;">Conducidos, pues, al Monte de los Olivos, ellos se reunieron alrededor de su Benefactor, con refiere Lucas, el inspirado. El Señor extendió los brazos como si fueran alas, como el águila extiende sus alas sobre los polluelos para protegerlos en el nido. Y les dijo a sus aguiluchos: </div><div style="text-align: justify;">‘Os dejé protegidos de todos los males. Como os amé, amadme también vosotros. Ya no me separaré de vosotros. Yo estoy siempre con vosotros, nadie prevalecerá sobre vosotros.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">De lo alto, oh discípulos míos, como Dios, autor de toda la creación, impondré sobre vosotros mis manos que los impíos extendieran, prendieran y clavaran. Vosotros, pues, inclinando la cabeza sobre estas manos, entended, comprended, amigos, lo que estoy a punto de hacer. Del mismo modo que en el bautismo, también ahora impondré sobre vosotros las manos y, habiéndoos bendecido, os enviaré iluminados, repletos de sabiduría.</div><div style="text-align: justify;">Sobre vuestras cabezas, la alabanza y la magnificencia; y en vuestras almas, la iluminación, como está escrito. Porque yo infundiré en vosotros el Espíritu y, una vez que hayáis acogido como huésped, seréis mis discípulos, elegidos, mis fieles y familiares. Ya no me separaré de vosotros. Yo estoy con vosotros, nadie prevalecerá contra vosotros’”.</div><div style="text-align: justify;">(Tomado del “Himno de la Ascensión”)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">4. Cultivemos la semilla de la Palabra en el corazón</div><div style="text-align: justify;">4.1. ¿Qué relación tiene este pasaje de hoy con las palabras pronunciadas en la última cena y en la mañana pascual sobre la nueva convocación de los discípulos?</div><div style="text-align: justify;">4.2. ¿Cómo iban los discípulos hacia el encuentro con Jesús en Galilea? </div><div style="text-align: justify;">4.3. ¿Qué evocan aquí los términos: Discípulo, Galilea y Montaña? ¿Cuáles son las características de la relación entre Jesús y sus discípulos?</div><div style="text-align: justify;">4.4. ¿Qué significado tiene esta relación de discipulado para el contenido de la misión apostólica?</div><div style="text-align: justify;">4.5. ¿Qué sucede en el Bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? ¿Qué implicaciones tiene para mi vida como discípulo(a) de Jesús?</div><br />
<div style="text-align: right;">P. Fidel Oñoro, cjm</div><br />
<div style="text-align: justify;">Anexo 1</div><div style="text-align: justify;">Pistas sobre las otras lecturas del Domingo</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sumario: La Ascensión de Jesús es una de las facetas del misterio central de nuestra fe. Jesús, quien fue colgado sobre la cruz por los hombres y quien fue levantado de entre los muertos por su Padre, ahora permanece exaltado por él: Jesús es constituido Señor del Universo. Dios Padre hizo de él la cabeza de la Iglesia que es su cuerpo, escribe san Pablo. Que aplaudan todos los pueblos, canta el Salmo. Todos los pueblos, de hecho, tienen que ver con la Ascensión de Jesús. Es hacia ellos que los discípulos de Jesús son enviados con el soplo del Espíritu Santo para anunciarles al buena nueva de la salvación.</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura: Hechos 1,1-11</div><div style="text-align: justify;">Podemos distinguir tres partes en esta introducción del libro de los Hechos de los Apóstoles: </div><div style="text-align: justify;">(1) Los versículos 1-2 le recuerdan al destinatario (“Teófilo”) en qué punto quedó el Evangelio, conectando así las dos partes de la obra lucana.</div><div style="text-align: justify;">(2) Los versículos 3-9 presentan bajo una nueva forma lo contenido en Lc 24,46-53.</div><div style="text-align: justify;">(3) Los versículos 10-11 narran la ascensión de Jesús e introducen (con el v.6) el tema de la segunda venida de Cristo.</div><div style="text-align: justify;">Como es sabido, en la Biblia los “40 días” más que una medida de tiempo –según Lc 24,51 todo ocurre en un solo día- significa un período de preparación: se trata de una iniciación a la enseñanza del Resucitado, un “tiempo intermedio” que fundamenta la autoridad de los primeros testigos y asegura la continuidad entre Jesús y la comunidad apostólica. Particularmente importante es la vinculación de la actividad del “dar testimonio” de la persona de Jesús y por virtud del Espíritu Santo. Así como el Espíritu Santo fue el “motor” de la actividad apostólica de Jesús, desde el bautismo en el Jordán, así también será el alma de la misión apostólica.</div><div style="text-align: justify;">Las palabras de Jesús, “serán mis testigos en Jerusalén… hasta los confines de la tierra”, nos da el esquema del libro de los Hechos de los Apóstoles, trazando una especie de círculos concéntricos. El punto de partida es Jerusalén y el punto de llegada “los confines de la tierra” (que algunos interpretan como Roma).</div><div style="text-align: justify;">La Ascensión se describe enseguida con sobriedad. Nótese la alusión a la “nube”, símbolo de manifestación de la presencia del “Dios escondido”; también nos remite a la venida del Hijo del hombre, según la simbología de Daniel 7,13. </div><div style="text-align: justify;">La presencia de Jesús en medio de la Iglesia y del mundo, deja entonces de estar ligada a un dato físico. Pero no quiere decir que terminó la obra de Jesús. De aquí en adelante serán los discípulos, con la compañía cierta y segura del Resucitado, quienes continuarán el anuncio del Reino.</div><div style="text-align: justify;">Los dos hombres vestidos de blanco no remiten a la mañana de Pascua (Lucas 24,1-6). Estos personajes invitan a los apóstoles a cambiar de enfoque la mirada, así como lo hicieron en la mañana de Pascua con las mujeres. En Pascua les preguntaron a las mujeres: “¿Por qué buscáis entre los muertos al Viviente? No está aquí, ha resucitado” (Lc 24,5-6). En los Hechos de los Apóstoles, los ángeles invitan a no mirar hacia el aire, a no evadirse del mundo, sino a poner la mirada donde es. </div><div style="text-align: justify;">Elevado al cielo, el Señor está también presente en el mundo. Está al interior de la comunidad creyente, su predicación evangelizadora, en los signos sacramentales. Él se revelará definitivamente al final de los tiempos.</div><br />
<div style="text-align: justify;">Salmo responsorial: Salmo 47,2-3.6-9</div><div style="text-align: justify;">Como todos los Salmos del Reino, el Salmo 46 celebra la soberanía de Dios sobre su pueblo y sobre el mundo. Parece tener su origen en una celebración litúrgica. </div><div style="text-align: justify;">Este Salmo se puede representar como una procesión que sube a través de las calles de Jerusalén hasta el Templo llevando el arca de la Alianza. Así se conmemora el gesto del Rey David, quien introdujo el arca en Jerusalén (ver 2 Samuel 6). </div><div style="text-align: justify;">Dios sube entre las ovaciones populares: “¡Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría!” (v.2). Allí escucha el toque del “shofar” (trompeta fabricada con un cacho): “Sube Dios entre aclamaciones, Yahvé al clangor de trompeta” (v.6).</div><div style="text-align: justify;">Pero este Salmo no se acantona en su recuerdo histórico. Al dirigirse hacia el Templo, el pueblo celebra a la vez a aquel que allí reside, pero igualmente a aquel cuyo trono está en los cielos. La morada terrena de Dios no es más que una imagen imperfecta de su morada celestial.</div><div style="text-align: justify;">El orante designa la divinidad con dos vocablos: (1) “El Señor”: es decir, Yahvé, el Dios de Israel; (2) “Dios”: es decir, Elohim, el Dios creador del cielo y de la tierra. Con estos dos términos se invoca al mismo Dios, el que reina sobre su pueblo y sobre el mundo: “Rey grande sobre la tierra toda… Que de toda la tierra él es rey… Reina Dios sobre las naciones” (vv.3b.8ª.9ª). Su dominio es universal.</div><div style="text-align: justify;">Este Salmo encaja bien para este día de la Ascensión, cuando Jesús sube hacia Dios para ser entronizado en su gloria real. Por medio de Jesús resucitado, Dios reina sobre el universo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura: Efesios 1,17-23</div><div style="text-align: justify;">El tema de la ascensión también está presente en este texto solemne, casi hímnico. Hay que ver sobre todo los vv.20-23. Veamos también en este pasaje cómo la glorificación de Jesús tiene su impacto en una transformación real del hombre y, en particular, de la Iglesia entera (1,19). La Iglesia es su “cuerpo” y presencia suya en el mundo: presencia iluminadora, benigna, redentora.</div><div style="text-align: justify;">No se puede entrar en el misterio de la realeza del Señor más que por el camino de la humildad. Éste es el corazón de la sabiduría a la que se refiere Pablo. Esta realeza no es algo exterior, sino que tiene consecuencias éticas esenciales en la medida en que, en Cristo, cada uno de nosotros está llamado reflexionar sobre este carácter real “aquí y ahora”.</div><div style="text-align: justify;">En consecuencia, Cristo no es rey en un cielo exterior sino en nosotros, no para hacernos esclavos sino para conferirnos su propia realeza, una realeza que ha manifestado su legitimidad a través de la “fuerza misma, el poder, el vigor llevados a cabo en Cristo resucitado de entre los muertos, sentado a la derecha del Padre”. El rey está exaltado por una victoria y nosotros, por él, siendo miembros de su cuerpo real estamos llamados a ser lenguaje de Cristo vivo. Un lenguaje dirigido al mundo para hacerlo entrar en la luz de una herencia prometida a la multitud y dada en el Espíritu. Ser es cuerpo de lenguaje de cara a todas las naciones de la tierra, es el tema del último mandato de Jesús a su Iglesia, como nos lo recuerda el evangelio de hoy.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Nota de cultura bíblica</div><div style="text-align: justify;">De acuerdo con una simbología antigua y universal, la Biblia sitúa en lo “alto”, “encima”, “en el cielo”, aquello que es superior, que sobrepasa nuestro horizonte, que trasciende el nivel del mundo. Debajo, por el contrario, se sitúa el mal y la muerte (los “infiernos”). De ahí que se describa el encuentro entre el hombre y Dios con la imagen de un trayecto de subida y descenso: Dios “baja”; el hombre “sube”. </div><div style="text-align: justify;">En consecuencia, cuando hablamos de “ascensión” estamos utilizando una imagen de desplazamiento espacial para significar el dinamismo de inserción de lo humano en la esfera de lo divino, de lo temporal en lo eterno. La Ascensión de Jesús, más que un episodio de crónica, es una forma de señalar su triunfo, su “glorificación”, su plenitud. </div><div style="text-align: justify;">Siendo así, todos los domingos de pascua también son domingos de ascensión.</div><div style="text-align: justify;">(V. P. – J. S. – F. O.)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Anexo 2</div><div style="text-align: justify;">Sugerencias para los animadores de la liturgia dominical</div><div style="text-align: justify;">I</div><div style="text-align: justify;">La celebración pascual se encamina hacia el fin, hacia su apogeo. Hoy no se conmemora la salida de Jesús de este mundo. Al contrario, celebramos la “aparición mayor”: la solemne aparición del Resucitado a sus discípulos, presentándose como centro de la historia, glorificado (sentado) a la derecha del Padre, llamándolos a participar de su gloriosa divinidad, haciéndolos continuadores de su misión.</div><div style="text-align: justify;">II</div><div style="text-align: justify;">Todos los elementos festivos requeridos para la solemne celebración pascual, deben aparecer: el Cirio, la música, el aleluya, las luces, las flores, etc. Durante todo el tiempo pascual podía usarse el incienso. Pero particularmente en estos últimos dos domingos, este elemento podría dar una nota especial que subraya la solemnidad.</div><div style="text-align: justify;">III</div><div style="text-align: justify;">Para los lectores.</div><div style="text-align: justify;">Primera lectura: El lector tendrá cuidado, usando las posibilidades de su voz, de distinguir el estilo narrativo del discurso directo, sobre todo cuando se pasa del uno al otro sin hacer transición: “…promesa del Padre, ‘que oísteis de mí…’” (v.4).</div><div style="text-align: justify;">Otro aspecto delicado son las interrogaciones. Regla general: la entonación está en el comienzo (cuidado con aquellos que exageran con una elevación de voz al final de la pregunta). Es importante descubrir cuál es la palabra que interroga: “¿Es ahora…?” (v.6), “¿Qué hacéis ahí…?” (v.11).</div><div style="text-align: justify;">Segunda lectura: Una lectura con tres frases, como esta que tenemos hoy, es difícil. Más aún, está llena de palabras y expresiones que no son comunes: espíritu de sabiduría y de luz, los ojos de vuestro corazón, los tesoros de gloria, la inconmensurable grandeza, la eficacia de la fuerza poderosa, el principado, poder, virtud, soberanía… Todas estas expresiones exigen una buena división del texto y capacidad respiratoria.</div><div style="text-align: right;">(V. P. – F. O.)</div><br />
Anexo 3<br />
Para prolongar la meditación y la oración<br />
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<div style="text-align: center;">Himno a la Ascensión de Jesús</div><div style="text-align: center;">“No, yo no dejo la tierra.</div><div style="text-align: center;">No. Yo no olvido a los hombres.</div><div style="text-align: center;">Aquí yo he dejado la guerra;</div><div style="text-align: center;">Arriba, están vuestros nombres.</div><div style="text-align: center;">¿Qué hacéis mirando al cielo,</div><div style="text-align: center;">varones, sin alegría?</div><div style="text-align: center;">Lo que ahora parece un vuelo</div><div style="text-align: center;">Ya es vuelta y es cercanía.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">El gozo es mi testigo.</div><div style="text-align: center;">La paz, mi presencia viva,</div><div style="text-align: center;">Que al irme, se va conmigo</div><div style="text-align: center;">La cautividad cautiva.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">El cielo ha comenzado.</div><div style="text-align: center;">Vosotros sois mi cosecha.</div><div style="text-align: center;">El padre ya os ha sentado</div><div style="text-align: center;">Conmigo a su derecha.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Partid frente a la aurora.</div><div style="text-align: center;">Salvad a todo el que crea.</div><div style="text-align: center;">Vosotros marcáis mi hora.</div><div style="text-align: center;">Comienza vuestra tarea.</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;">Amén”</div><div style="text-align: center;">(Himno de la Liturgia de las Horas </div><br />
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<div align="justify"></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-1752623440155316632011-05-19T17:30:00.001-07:002011-05-19T17:30:33.759-07:00Jornada de Pentecostés<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgaHWyeovng-EXjqz0CeXOD0z5-qq1YtgpPWjlWp0SUThpvGagmloxyG4la4-rTzExsO5sBdHGOTahkHQIlu1ToM8UZuB_9oRuEPDW0rM7EVhtYcQb85awI2B4Qn9YvnAEhgO2T7z04i4/s1600/Jornada+de+Pentecost%25C3%25A9s.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="223" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgaHWyeovng-EXjqz0CeXOD0z5-qq1YtgpPWjlWp0SUThpvGagmloxyG4la4-rTzExsO5sBdHGOTahkHQIlu1ToM8UZuB_9oRuEPDW0rM7EVhtYcQb85awI2B4Qn9YvnAEhgO2T7z04i4/s320/Jornada+de+Pentecost%25C3%25A9s.JPG" width="320" /></a></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-52598138887402917992011-05-19T17:29:00.000-07:002011-05-19T17:29:30.698-07:00Jornada de Pentecostés<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzPswv11sAiqjzlGhhvgRmJZhapI-GvePlkQ4oXuNYQ4l2cZ_xSTUmrOkL-sCcH0rS3V9ySl9l2dQoME0ovyDwAdR_IGCA-rvsWVp601fTnQIj7oDcl3EfQL9nRq4oUMjIup4XcyzscVA/s1600/Jornada+de+Pentecost%25C3%25A9s.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="223" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzPswv11sAiqjzlGhhvgRmJZhapI-GvePlkQ4oXuNYQ4l2cZ_xSTUmrOkL-sCcH0rS3V9ySl9l2dQoME0ovyDwAdR_IGCA-rvsWVp601fTnQIj7oDcl3EfQL9nRq4oUMjIup4XcyzscVA/s320/Jornada+de+Pentecost%25C3%25A9s.JPG" width="320" /></a></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-12240648210239991542011-05-11T11:54:00.000-07:002011-05-13T13:43:29.920-07:00Semana Mayo 16-21<div align="justify"></div><div align="justify">Mayo 16</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cuarta Semana de Pascua</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Tras la huellas del Pastor</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Juan 10, 11-18</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“El Buen Pastor da la vida por sus ovejas”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Al leer esta parte de la catequesis de Jesús sobre el “Buen Pastor”, distingamos dos partes:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">- Los versículos 11-13, que trazan el contraste entre un el Buen y el Mal Pastor, lo que podríamos llamar “el verdadero pastor”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">- Los versículos 14-18, que describe el rol del Buen Pastor, lo que podríamos llamar: “la excelencia del Pastor”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. El verdadero pastor (Jn 10,11-13)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Notemos las siguientes afirmaciones de Jesús:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1.1. Es “Pastor Bueno”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Conviene aquí hacer una anotación sobre el vocabulario utilizado en el evangelio. En griego hay dos palabras que se traducen por “bueno”: (1) el término “agathós”, que describe la cualidad moral de una persona que buena; (2) el término “kalós”, que también se traduce como “bello”, el cual le añade a la bondad una cualidad encantadora que hace a la persona que la posee atractiva y simpática (como cuando decimos: “¡Es una bellísima persona!”, refiriéndonos a sus cualidades internas como la amabilidad, la paciencia, la disposición para el servicio, etc.) y que hace que todo mundo quiera ser amigo de esa persona.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Cuando leemos “Buen Pastor”, vemos que en griego dice “Kalós”, es decir, el “pastor bello”, indicando así que más que la eficacia (administrativa) lo que le caracteriza es la belleza integral de su personalidad. Junto con la fuerza y la eficacia, en Jesús “Buen Pastor” se reflejan su amor y su simpatía.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1.2. Tiene “sentido de pertenencia” </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">A él “le pertenecen las ovejas”. Y por esto mismo es “confiable”, perseverará en sus responsabilidades cueste lo que cueste. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En tiempos de Jesús el verdadero pastor lo era de nacimiento, podríamos decir que lo hacían por “vocación”. Un pastor así no se ocupaba de nada más, las ovejas eran el motivo de sus desvelos y cuando se levantaba por la mañana corría alegre a cumplir con su deber.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En cambio había personas que no encontraban empleo en el pueblo y, ante la falta de alternativas, no les quedaba más remedio que ir al campo a pastorear ovejas, de ahí que no sentían mucho aprecio por la responsabilidad de su tarea, se volvían simples “asalariados” y por lo tanto “mercenarios” (este era su “negocio”, el valor mayor era su propia subsistencia).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">A diferencia del “asalariado”, el buen pastor considera a sus ovejas como propias y por lo tanto no espera una paga. El que trabaja por el provecho que pueda sacar a su servicio, no piensa más que en el dinero y cuando éste –o cualquier otra gratificación falta- no persevera. Pero donde hay sentido de pertenencia hay amor y donde hay amor hay gratuidad.</div><div align="justify"></div><div align="justify">La motivación fundamental del buen pastor es el amor y quien ama antes que esperar recibir lo que quiere es dar. El verdadero amor lleva hasta el don de la propia vida: “nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15,13).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1.3. Su compromiso no tiene límites</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Y este compromiso es por la vida: “Yo he venido para tengan vida y la tengan en abundancia” (10,10).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pero Jesús va más allá, no es suficiente decir que ha venido a dar vida, lo que llama la atención es el “cómo”: su manera de trabajar por la vida es dando la propia, “El buen pastor da la vida por las ovejas”. El Pastor auténtico no vacilaba en arriesgar y en dar su vida para salvar a sus ovejas ente cualquier peligro que las amenazara.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Es decir: no repara ni siquiera en su propia vida, nos ama más que a su propia vida y de este amor se desprende todo lo que hace por nosotros.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Esto es lo que se va a profundizar enseguida en los vv.14-18: la “excelencia del pastor”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2. La excelencia del Pastor (Jn 10,14-18)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Esta sección se va mucho más a fondo, considerando ahora únicamente la figura del “Pastor Bueno” (que cumple los tres requisitos anteriores) delinea la belleza su personalidad, o mejor de su espiritualidad, de su secreto interno, respondiendo a estas preguntas: ¿Qué significa dar vida ofreciendo la propia? ¿Cuál es el contenido de esa vida? ¿A qué debe conducir? ¿Cuál es la raíz última de toda la entrega del Pastor?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En otras palabras, nos encontramos aquí con el contenido de la relación del buen pastor con sus ovejas. Esta es:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2.1. Una relación ardiente (Jn 10,14-15)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La relación del buen pastor con sus ovejas no es fría, material, impersonal, sino que está moldeada en la relación más cordial y personal que existe: la comunión del Padre y del Hijo (ver la introducción y la conclusión del Prólogo del Evangelio de Juan 1,1-3 y 18):</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí,</div><div align="justify">como me conoce el Padre y yo conozco al Padre” (10,14-15)</div><div align="justify">“Como me conoce el Padre...”. La actitud de Jesús lleva la impronta de su relación con el Padre. Padre e Hijo se conocen profundamente, viven en una familiaridad recíproca, se aprecian mutuamente, se aman intensamente.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">“Conozco mis ovejas...”. Si la relación de Jesús con nosotros es de este tipo, podemos apreciar que la relación del pastor es una relación “volcánica”, apasionada, ardiente de corazón. Si él es así con nosotros, también nosotros debemos serlo con él: “las mías me conocen a mí”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">¿Por qué Juan prefiere aquí el término “conocer”? Porque el “amor” está basado en el “conocimiento” personal. Para Jesús-Pastor “Bueno”, no somos números, él conoce nuestra historia, nuestras dificultades, nuestros defectos y todas nuestras características.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Porque nos conoce nos ama, es decir, nos acepta tal como somos y nos sumerge en la comunión con él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pero hay que ver también lo contrario: es necesario que “Jesús” no sea para nosotros un simple nombre, hay que aprender a conocerlo cada vez mejor, precisamente como el “Buen-bello Pastor” y tejer una relación profunda y fiel de amor con él.</div><div align="justify" style="text-align: justify;"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La relación con Jesús “Buen Pastor” es la de una íntima comunión. El Buen Pastor no nos mantiene a distancia, no quiere mantenernos pequeños e inmaduros. Debemos madurar cada vez más para llegar a ser capaces de entrar en comunión personal con él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2.2. Una relación en la que caben todos (Jn 10,16)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La comunión que se construye con Jesús comienza a abarcar, poco a poco, todas nuestras relaciones y apunta a la unidad de la vida (con todas sus diversidades y complejidades) en el amor de Jesús.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">El amor presupone el “conocimiento” y luego apunta hacia la unidad de las diversidades porque el amor es “unificante”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La premura de Jesús pastor no se limita al pueblo de Israel. Él ha recibido del Padre la tarea de cuidar toda la humanidad, de hacer un solo rebaño, una comunidad de creyentes en él. Ésta es, en última instancia, su misión. Nadie es excluido de su cuidado pastoral, así la presencia del amor de Dios en él vale para todos los hombres.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Podemos ver en esta gran unidad dos líneas históricas: (1) una vertical, que unifica pasado, presente y futuro (comunidad de Israel, comunidad de los Doce, comunidad de todos los futuros creyentes en Cristo) y (2) una horizontal, que unifica a los diversos grupos de creyentes en Cristo y con ellos incluso a los no creyentes.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Por medio de Jesús, que es el único Pastor, y por medio de la comunión con él todos (y todas las comunidades) están llamadas a convertirse en una gran comunidad. Esta comunidad, que los hombres nunca podremos obtener por nosotros mismos (por más coaliciones que hagamos), será obra suya.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Sabremos vivir en comunidad cuando tengamos la mirada puesta en Jesús, el único Pastor. La excelencia de todo pastor está en saber construir unidad dondequiera que esté, y no en torno a él sino a Jesús.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2.3. La fidelidad: raíz del amor apasionado y unificante del Pastor Bueno (Jn 10,17-18)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La catequesis sobre el Buen Pastor termina con una contemplación del “misterio pascual”. El atardecer de la vida del Pastor, su gloria, su plenitud es la entrega de su propia vida en la Cruz: la hora de la fidelidad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Este último criterio de la “excelencia” del Pastor está relacionado con el anterior. Notemos que en torno al versículo 16 (sobre la unidad a la cual conduce el Pastor) se repite (como enmarcándola) la frase: “doy mi vida”. Se entiende entonces que Jesús construye la “gran unidad” en la Cruz; efectivamente, él murió “no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn 11,52).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pero observando internamente esta última parte, notemos que la referencia a Dios-Padre enmarca los versículos 17 y 18: “Por eso me ama el Padre...” y “esta es la orden que he recibido de mi Padre”. La relación de Jesús con el Padre explica su fidelidad y esta fidelidad es la que sustenta su “excelencia”:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Se trata de una fidelidad:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Sostenida por el amor fundante del Padre.</div><div align="justify">Vivida desde la libertad.</div><div align="justify">Expresada en la obediencia.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Esta fidelidad toma cuerpo:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"> En el “dar” y “recibir” (notar la repetición de los términos).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"> En la “autonomía” (tengo “poder”) y la “responsabilidad” (“para” o “en función de”)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"> En la escucha del mandato (la “orden”) y la respuesta (la obediencia: “lo he recibido”).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Notemos finalmente que en el centro se afirma: “Yo la doy (mi vida) voluntariamente”. Y enseguida se dice: “Tengo poder para darla y poder para recibirla de nuevo”. En última instancia el “poder” de Jesús (término que se repite dos veces) se ejerce en la responsabilidad del “darse” a sí mismo apoyado en el amor fundante del Padre, de quien lo recibe todo (la vida siempre es recibida) y con quien tiene un solo querer (la raíz de su vida es el amor maduro: el que se hace uno solo con el amado). Esta es la gran conciencia de Jesús en la Cruz, la que lo acompaña en el momento sublime de dar “vida en abundancia” a todas sus ovejas. Todo está basado en este arrojo increíble del amor de Jesús.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">1. ¿A quién se dirige hoy esta bellísima página del “Buen Pastor”? No olvidemos que la leemos en cuanto discípulos, en cuanto comunidad, en cuanto líderes.</div><div align="justify" style="text-align: justify;">2. ¿Qué le dice esta página bíblica a todos aquellos que nuestro contexto se sienten cansados, heridos, desilusionados, a aquellos que cargan un peso grave, que están en pecado, perdidos, sin orientación, que se sienten necesitados?</div><div align="justify" style="text-align: justify;">3. ¿Cuál es la diferencia entre el Buen y el Mal Pastor? ¿Qué es lo que identifica a un “verdadero” pastor?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Mayo 17 </div><div align="justify">Cuarta Semana de Pascua</div><div align="justify">En las manos seguras del Pastor Bueno</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Juan 10,22-30</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Veamos primero el contexto del pasaje. Después de la bellísima catequesis sobre el “Buen Pastor” (Juan 10,1-18) y de las reacciones del auditorio (10,19-21), el evangelista nos sitúa de nuevo en Jerusalén, en tiempo de invierno, en el marco de la fiesta judía de la “Dedicación del Templo” (ocurre en el mes de diciembre). Jesús está paseándose por el pórtico de Salomón (10,23). Entonces un grupo de judíos se coloca alrededor de Jesús y le exige una respuesta clara y abierta sobre si Él es o no el Mesías (o el “Cristo”; 10,24).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús no les da la respuesta que esperan: un sí o un no. De hecho en el término “Cristo” (=Mesías) pueden encajar muchas ideas y expectativas, por eso no se puede responder tan fácilmente con monosílabos. De todas maneras Jesús responde y en su discurso va mucho más allá de lo que le piden. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús aborda una vez más el tema del Pastor. La imagen de pastor habla de la calidad de las relaciones y del contenido de ellas; habla del qué, del por qué y del para qué de una relación; habla de todo lo que alguien puede y debe hacer por otro para ofrecerle bienestar y calidad de vida. Por eso la imagen es perfecta para hablar de la relación entre Jesús y nosotros. Quien quiera saber en definitiva quién es Él, cuál es su realidad más profunda, debe contemplar sus actitudes y acciones de Pastor.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. A Jesús se le conoce mejor contemplando su rostro de “Pastor”: ¿Quién eres Tú en mi vida?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús no se describe a sí mismo con definiciones abstractas sino de forma concreta, con acciones verificables: “Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí” (10,25). En la observación atenta de las acciones de Jesús descubrimos el sentido de su presencia en el mundo y cómo todo lo que hace proviene de una relación de base, fundante, entre Él y el Padre Dios.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Y Jesús pronuncia enseguida un discurso en el que la lista de los verbos retoma el contenido más profundo de sus “obras”. En los verbos enunciados por Jesús vemos cómo Aquél que ha venido al mundo como “Verbo encarnado” deja conocer su identidad. Estos verbos son: </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) “conocer”, </div><div align="justify">(2) “dar” (vida), </div><div align="justify">(3) no dejar “arrebatar” de la mano (que en realidad es “proteger”, “ofrecer seguridad” en el peligro) y </div><div align="justify">(4) “ser uno”, es decir, atraer hacia la comunión total en la unidad de vida, de proyecto y de acción. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Todos éstos en realidad son variantes del gran verbo: “Amar” [este verbo será profundizado en la Lectio del próximo domingo].</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">En estos verbos se descubre la enorme significación de Jesús para nuestras vidas, en ellos se dice con claridad de qué forma es el “Cristo” (=Mesías) para nosotros y qué podemos esperar que suceda en el encuentro con Él. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús es el Pastor enamorado de sus ovejas y completamente entregado a ellas. Su inmenso amor ilumina, rescata, purifica y dilata el nuestro. Al verlo así, entendemos que nuestra vida necesita de Él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Poniéndole atención a lo que Jesús “hace” por nosotros, toma impulso entonces el camino de la fe –la dinámica del “creer”-, que es el de la relación cada vez más profunda, estrecha y amorosa con Jesús, una relación tan viva y tan diciente como la que se da entre un pastor y su oveja. Si invertimos de negativas a positivas la frases que enmarcan los versículos 25 y 26 notaremos que se está diciendo que “creer” es “hacerse oveja” de Jesús. El movimiento del “creer” se especifica en los versículos que leemos hoy, en los siguientes verbos:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) “escuchar” la voz de Jesús,</div><div align="justify">(2) “seguir” la dirección del Pastor,</div><div align="justify">(3) descubrirse a sí mismo como “don” del Padre a Jesús.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Sumamos entonces siete verbos claves de la relación con Jesús, los cuales pueden ser visualizados y captados, con todos los toques de ternura que entrañan, mediante la contemplación de la relación de un pastor con sus ovejas. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">No se debe perder de vista la pregunta planteada inicialmente. A lo largo de la lectura orante de este pasaje también nosotros estamos invitados a interrogar a Jesús: ¿Quién eres tú para mí? ¿Qué haces por mí? ¿Cuáles son los indicadores de que tú eres mi “Cristo”? Para comprender su respuesta debemos, ante todo, dejarlo hablar y escuchar atentamente su enseñanza. En su respuesta nos muestra quién es verdaderamente Él, cómo está presente en nuestra vida y qué podemos esperar de Él con seguridad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2. La bellísima dinámica de la relación entre Jesús y “los suyos”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Como se acaba de indicar, las palabras de Jesús en Juan 10,27-30, teniendo como trasfondo la preciosa imagen del pastoreo de las ovejas, se centran todas ellas en la descripción de la relación entre Él y todas las personas que le pertenecen, esto es, todos aquellos que han entrado en el camino de la fe, confiando en Él sus vidas.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Notemos las tres primeras características de la relación con Jesús:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) “Mis ovejas escuchan mi voz... y ellas me siguen” (10,27)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Las dos acciones que caracterizan a un discípulo de Jesús son (a) la escucha del Maestro y (b) el ejercicio del seguimiento, mediante la obediencia a la Palabra.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pero es interesante leer esta misma frase desde la perspectiva de Jesús. Jesús habla de “mis” ovejas. Los dice en primera persona. Las ovejas son de Él, el Padre se las ha dado y el las cuida con amor responsable. Decir que las ovejas son “suyas”, implica mucho.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Este “mis ovejas”, que luego se vuelve “me” (siguen), es como una pequeña ventana que nos descubre el amplio panorama del estilo del Pastor: Jesús, como buen pastor a quien el Padre le ha confiado sus ovejas, vive toda su misión con una dedicación gratuita e incondicionada, en la disposición de ofrecer la propia vida, dispuesto a afrontar la muerte, dispuesto a exponerse en primera persona para salvar a sus ovejitas, dispuesto a tomar sobre sus hombros el mal y las heridas provocadas por los lobos para impedir que las ovejas le sean raptadas al Padre. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(2) “Yo las conozco... Yo les doy vida eterna” (10,27-28ª)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Para Jesús no somos números en medio de una gran masa de gente, ¡no! Jesús, más bien, nos identifica claramente en el cálido ámbito de una gran familiaridad: conoce nuestra historia, nuestras dificultades, nuestros defectos y todas las características de nuestra personalidad. Porque nos conoce nos acepta como somos, nos quiere todavía más (ver 10,14-15), y nos introduce dentro de la relación todavía más profunda que habita su corazón: la amistad con el Padre. Esta amistad es eterna. En ella nos ofrece una “vida eterna”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">De aquí deriva el sentido de responsabilidad propio del verdadero pastor: Jesús está cercano a sus ovejas con premura, con atención, con paciencia, con delicadeza, con una dedicación incansable hasta el don total de sí mismo sobre la Cruz, para que las ovejas tengan vida.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(3) “(Mis ovejas) no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mi mano” (10,28b)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Ninguno de los que entra en este tipo de relación con Jesús irá a la perdición ni podrá ser arrebatado de la mano de Jesús, porque Él es Buen Pastor. Cuando hay amor nadie se quiere morir, más bien al contrario: el amor pide eternidad. La relación con Jesús da vida y seguridad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">3. Hay que corresponder al amor: la necesaria reciprocidad</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En la descripción de la relación entre Jesús y los suyos puede verse que (1) la iniciativa es de Jesús: Él ha hablado y obrado primero; (2) que Jesús entabla la relación mediante la atracción, mediante el llamado, no hay una superioridad o dominancia que fuerce a amar o a ir en contra de la voluntad; (3) que Jesús busca incluso a quien le cierra las puertas a su amor, como de hecho sucede en este pasaje con sus enemigos que le interrogan.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">El amor de Jesús Pastor nos sobrepasa. Pero también es verdad que la relación no se entabla si las partes interesadas no se reconocen entre sí, si no se dan la aprobación y se reciben mutuamente. Por eso es importante nuestra respuesta. A Jesús Pastor no se le vive únicamente recibiendo pasivamente las pruebas de su amor, se requiere una respuesta activa de parte nuestra.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Nosotros entramos en comunión con el Buen Pastor si lo “escuchamos” y si lo “seguimos”, si el abandonarnos en sus manos se convierte en docilidad para vivir según su querer. Para que Jesús sea verdaderamente nuestro Pastor tenemos que dejarlo que nos guíe, que nos indique la dirección –el “camino recto” de que habla el Salmo 23,3- y que este nuevo horizonte purifique todas nuestras motivaciones y deseos, de manera que el mayor sueño de nuestra vida sea el alcanzar la plenitud, la realización total de nuestro ser, que proviene de la comunión eterna con Él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">4. El Buen Pastor nos lleva muy dentro de Él. Una honda comunión: “Nadie las arrebatará de mi mano” (10,29)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Las palabras de Jesús sobre el “Buen Pastor” enfocan finamente nuestra mirada hacia el futuro. De hecho, los verbos de Jesús Pastor, en los vv.27-28 van progresando del presente hacia el futuro.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Jesús ya había dicho: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (10,10). Ahora Jesús muestra la contundencia de dicha afirmación: “Nadie las arrebatará de mi mano...” (10,29). Con esto Jesús nos asegura lo que ningún ser humano, ni siquiera con todo el cariño que nos tenga ni con todos los cuidados que nos prodigue, podría prometernos: (1) la vida eterna, (2) la defensa de todo mal y (3) la comunión indestructible.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) Primera promesa: el don de una vida para siempre</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Para que podamos ayudarnos entre nosotros la condición es que estemos vivos; de hecho, cuando el ser amado muere ya no se puede hacer nada por él. La relación con Jesús es diferente: para Él no existe ese límite cruel de la muerte que nos deja impotentes para darle la mano a quien amamos. ¿Podrá haber algo mayor que esto? Los cuidados de Jesús Pastor rompen la barrera del tiempo: la finalidad última, el punto culminante de su ser Pastor por nosotros es darnos “vida eterna”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(2) Segunda promesa: un amor que resguarda al amado de todo peligro</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Esto vale también para nuestra relación con Él en el presente. Ya, desde ahora, nuestra vida está en manos seguras y su protección es más fuerte que todas las fuerzas del mal que traen la ruina y la destrucción. Si Jesús nos protege, no podemos perdernos, nada puede vencer su mano protectora extendida sobre nosotros. Y hay todavía más: todos los signos de su amor en el presente son una degustación primera de todo lo que quiere hacer por nosotros sin fin, en la vida sumergida definitivamente con Él en la eternidad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Así entendemos su respuesta a la pregunta inicial sobre si Jesús es “el Cristo”. ¡Por supuesto que sí y de qué manera! Su vida entera está en función de la nuestra. Jesús no es cualquier persona y por eso no nos puede ser indiferente. Jesús juega un papel decisivo para el sentido de nuestra vida y para el logro de nuestra realización personal. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús no es un personaje frío o indiferente, sino uno que nos busca, nos conoce, nos ama apasionadamente y hace por nosotros lo que ningún otro podría hacer. Pero eso sí, tenemos que purificar nuestro concepto de Él: Jesús no es un Mesías de bienes terrenos -si bien su providencia nunca falta-, ni tampoco un Mesías de esplendor y poder –aunque su gloria es infinita-, Jesús es el Pastor que nos invita a vivir una relación intensa, profunda y estable con Él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Si esto es claro, entonces estamos listos para abordar la tercera promesa del Pastor: la comunión indestructible. En ella se detienen los versículos 29 y 30, que vamos a considerar enseguida.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">5. Detrás de todo está Dios Padre: “Nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre” (10,29)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús nunca se presenta como una persona solitaria, al contrario: se muestra siempre como una persona amada que es capaz de amar; Jesús siempre está generando y animando relaciones. Si miramos con atención el evangelio notaremos enseguida que Jesús aparece continuamente inquieto por hablarnos de su relación con el Padre y por demostrarnos todo el “hacer” eficiente, salvífico y vivificante que proviene de esta relación. El amor fundante entre el Padre y el Hijo se concreta en obras vivificantes por la humanidad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pues bien, la comunión de Jesús con sus discípulos se deriva de la relación primera de Jesús Padre y está resguardada –en última instancia- por el poder del Padre. Examinando los vv.29-30, vemos que allí Jesús dice:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) El Padre “me los ha dado” (esta es una forma concreta del amor del Padre por Él: todo discípulo está involucrado en el amor del Padre por Jesús)</div><div align="justify">(2) El Padre es “más grande que todos”</div><div align="justify">(3) Lo que está en manos del Padre está seguro: “nadie puede arrebatar nada”</div><div align="justify">(4) El Padre y Jesús son “uno”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En estas frases se describe el vínculo de amor más fuerte y sólido que jamás podrá existir. Nadie es más poderoso que Dios Padre y Jesús Pastor está sostenido por el poder y el amor de este Padre con quien es “uno”: “Yo y el Padre somos uno” (10,30). </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús y Dios Padre son “uno” en sus intenciones y en su acción. Por lo tanto el amor de Jesús y sus discípulos está sustentado por esta indestructible unidad. Jesús le anuncia esta Buena Nueva a sus discípulos con el símbolo muy diciente de la “mano” que acoge, sostiene y protege. Así es la mano potente y tierna del Padre Creador. Nuestra amistad con Jesús se beneficia del amor poderoso de Jesús con el Padre. De esta forma el pastoreo de Jesús tiene garantía: podemos confiar en Él porque bajo su dirección lograremos la meta de nuestra vida. El futuro de nuestra vida no es distinto del futuro de nuestro amor.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Pero esto no sólo vale para nuestra relación con Jesús. Todo discípulo del Señor aprenderá a ser pastor de sus hermanos, prolongando esta identificación de amor y de obra que caracteriza la relación del Padre con Jesús y de Jesús con los suyos. Estamos llamados, en todas nuestras relaciones, a inspirar seguridad y confianza. De esta forma tejeremos la anhelada comunión, la unidad (como la del Padre y el Hijo), que colma de sentido cada segundo de nuestro tiempo, que es capaz de vencer el mal que amenaza y acaba con las relaciones más bellas, que es capaz –incluso- de “pastorear” el amor hasta traspasar las barreras del muerte y prolongarlo indefinidamente en la eternidad.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">En conclusión...</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La voz amorosa del Pastor se siente hoy con toda su intensidad en la fuerza de las palabras que pronuncia en el Evangelio. Su voz quiere seducirnos profundamente y atraernos hacia Él.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Su voz seguirá resonando durante todo este tiempo pascual, porque el Resucitado está ahora en medio de nosotros realizando todo lo que su amor nos promete. Quien ama promete y cumple. Pero a diferencia de nuestro amor y de nuestras promesas –a veces deficientes-, el de Jesús tiene un fundamento y una garantía: su amor y su promesa ya se hicieron realidad en su Misterio Pascual, en su muerte y resurrección por amor a nosotros. Lo que tenemos que hacer es tratar de comprender la Cruz Pascual de Jesús, la Cruz luminosa del Buen Pastor que dio su vida por nosotros. Es así como nuestra esperanza ya muestra signos de realización, como bien dice el poeta: </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Del monte en la ladera </div><div align="justify">por mi mano plantado tengo un huerto,</div><div align="justify">que con la primavera de bella flor cubierto,</div><div align="justify">ya muestra en esperanza el fruto incierto” </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(Fray Luis de León, Oda a la vida retirada).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El Evangelio quiere impregnar en nosotros una renovada confianza en Dios. Jesús es el Pastor Resucitado que no deja de decirnos: “Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo” (Juan 16,33).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Por tanto, protegidos por Jesús, nuestro Buen Pastor, estamos seguros en las manos de Dios, quien está por encima de todo.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El evangelio del Buen Pastor no sólo nos da la Buena Noticia de que Jesús Resucitado está y camina a nuestro lado en todos los instantes de nuestra vida sino que la profundiza: nos invita a descubrir todo lo que su presencia viva está obrando en nosotros y todo lo que seguirá haciendo de aquí en adelante para que tengamos “vida en abundancia”. Por eso démonos un tiempo amplio de meditación y oración, “saboreando” con calma y amor todas las palabras del evangelio de hoy, y respondamos:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. ¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué me dice la imagen del “Pastor”? ¿Qué sentimientos suscita en mí la imagen de Jesús Pastor?</div><div align="justify">2. ¿Qué tan grande es mi confianza en Jesús? ¿Me siento seguro de Él? ¿Soy capaz de abandonarme completamente en sus manos?</div><div align="justify">3. ¿Qué espero que haga por mí? ¿Qué es lo que Él me dice que quiere hacer por mí tanto ahora como en el futuro? </div><div align="justify">4. ¿Qué me pide Jesús que haga en correspondencia? ¿Qué significa “seguir” a Jesús Pastor? ¿Qué implica para mi estilo de vida? ¿De qué forma concreta lo voy a hacer?</div><div align="justify">5. Todo buen pastor debe ser seguridad para los suyos. ¿Me considero “buen pastor” en mi vida de familia: con mi cónyuge, con mis hijos, hermanos, padres y todas las personas que están bajo mi responsabilidad? ¿Me siento seguro del amor de mis seres amados?</div><div align="justify">6. El evangelio del Buen Pastor habla de estabilidad en las relaciones, apunta incluso a una dinámica de crecimiento en el amor hasta la plenitud. ¿Es esto lo que deseo en mis relaciones familiares y comunitarias? ¿Las relaciones de pareja, por ejemplo, serían cada vez más bellas, santas y auténtico camino de realización personal para ambos si se le pusiera mayor atención a los siete verbos de hoy?</div><div align="justify">7. ¿Cómo transparento el rostro de Jesús Pastor en el liderazgo dentro de mi comunidad de fe y de amor y en los otros ámbitos donde ejerzo responsabilidad? ¿En qué aspecto debo crecer?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Mayo 18 </div><div align="justify">Cuarta Semana de Pascua</div><div align="justify">Ante Jesús hay que tomar una decisión: </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">o se le acepta o se le rechaza</div><div align="justify">Juan 12,44-50</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Yo he venido al mundo para que todo el que cree en mí no siga en las tinieblas”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Leemos hoy el pasaje conclusivo de la primera parte del Evangelio de Juan (que abarca los capítulos 1-12: la revelación de Jesús Verbo a través de signos). Aquí encontramos, en labios de Jesús, un resumen de los principales temas expuestos.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Estamos un texto solemnísimo. Llama la atención la manera de hablar de Jesús: grita y lo hace con la autoridad de quien ya está exaltado en la gloria. Desde allí, confrontando con su destino personal el destino de todos los hombres de la tierra.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">En el centro de todo está la persona de Jesús, quien ha revelado ampliamente a través de sus obras y palabras el misterio escondido de Dios Padre y deseo inmenso de salvar a la humanidad entera. Su revelación requiere la fe: la única respuesta adecuada ante semejante revelación es el “creer”. Nadie que se abra a la luminosa revelación de Jesús se quedará sin recibir un influjo vital.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Sigamos la dinámica del texto:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. El gran horizonte de la revelación de Jesús: la comunión del Padre y el Hijo (12,44-45)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">La estrecha relación del Padre y del Hijo, su inefable amor, se han hecho visibles al mundo por medio del Verbo Encarnado. De nuevo hoy (como ayer) encontramos un paralelo entre “ver” y “creer”: quien “ve”-“cree” en Jesús en realidad está “viendo”-“creyendo” en el Padre, quien subyace en él como Aquel que lo ha “enviado”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">2. El misterio se revelado “ilumina” la existencia de quien se abandona a Jesús mediante la apertura total del “creer” (12,46)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">El creyente es una persona “iluminada” por el fulgor de la gloria del Verbo (ver 1,14). Jesús-Luz penetra amablemente en lo más recóndito de la vida humana que le permite entrar. Entonces las tinieblas se transforman y se camina (=seguimiento) en el proyecto de vida de Jesús: “Yo, la Luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas” (14,46). </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero por ahora estamos en la propuesta. Jesús enseguida urge la respuesta.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">3. En el optar por Jesús o el rechazarlo nos jugamos la vida (12,47-48)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El “creer” tiene que concretarse en la “escucha” de la Palabra y su consecuente puesta en “práctica”. Jesús enuncia esto en positivo (12,47) y en negativo (12,48) como las únicas dos alternativas posibles.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cualquier camino que se escoja tiene una consecuencia: el “creer” lleva a la “salvación” y el “rechazar” (a Jesús) lleva al “ser juzgado”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El querer de Jesús es la salvación.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">4. La finalidad última de la misión de Jesús es darnos vida, de calidad y eterna (12,49-50)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">El mandato del Padre a Jesús “es vida eterna”. Todas las palabras y acciones de Jesús a favor de la gente es el ejercicio obediente de esta tarea. Todo el que entre en contacto con Jesús será siempre vivificado.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify" style="text-align: justify;">Jesús insiste en que ha sido fiel a su misión: “lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí”. Enseguida, en la segunda parte del Evangelio de Juan (capítulos 13-21) veremos hasta dónde es capaz de ir esta obediencia.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. ¿Qué revela Jesús “Palabra encarnada” a través de todas sus palabras? ¿Qué debe buscar detrás de cada pasaje del Evangelio?</div><div align="justify">2. El bautismo es una iluminación de la vida. ¿Qué es ser iluminado por Jesús? ¿Qué relación tiene con el seguimiento del Maestro?</div><div align="justify">3. ¿Mi opción por Jesús es firme y responsable, esto es, ejerzo mi fe en el arraigo cotidiano de las palabras de Jesús en el Evangelio? ¿Mi obediencia a la Palabra es similar a la de que Jesús tenía con la Palabra de su Padre?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Mayo 19</div><div align="justify">Cuarta Semana de Pascua</div><div align="justify">Sentarse en la mesa con Jesús implica identificarse con Él</div><div align="justify">Juan 13,16-20</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Quien acoja al que yo envíe me acoge a mí”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Comenzamos la lectura de la segunda parte del Evangelio de Juan, la cual leeremos prácticamente en su totalidad (los pasajes que no aparecerán, ya fueron leídos en semanas anteriores).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Hoy nos situamos en la mesa de la última cena de Jesús con sus discípulos. Esta mesa es lenguaje elocuente de “comunión”. En torno a ella Jesús va a hablar de sus relaciones: con el Padre, con los discípulos, con sus adversarios. Todos los discursos que vamos a abordar se refieren al cómo tejer la relación con Jesús, como avanzar en su amor.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El hecho de que en torno a la mesa estén los Doce, es un llamado de atención para los animadores de las comunidades. La tarea principal de un pastor es la animación de las relaciones de cada uno de sus hermanos con Dios (el crecimiento en la fe) y de los hermanos entre sí (la vida comunitaria mediada por la caridad y el servicio).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Las primeras expresiones de las instrucciones de Jesús a sus discípulos están en el discurso silencioso pero elocuente del lavatorio de los pies: el Maestro les dice de qué tipo es la relación que Él entabla con los suyos. Jesús define su relación a partir del servicio, pero no el servicio frío de que simplemente cumple funciones, sino el servicio de que “purifica” al otro a fuerza de amor y lo “involucra” (de forma bautismal: lo sumerge) en su propia existencia.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">A partir de este momento, en las palabras siguientes de Jesús, comienzan a aparecer los términos de la mutua vinculación de los discípulos con Él y entre ellos:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) El “servicio”. Las relaciones en la comunidad se definen a partir del lavatorio de los pies (13,16-17; ver desde el v.15).</div><div align="justify">(2) El “conocimiento”. Jesús “conoce” a quienes ha elegido (13,18a). Las relaciones se profundizan y se hacen sólidas por la ruta de este conocimiento.</div><div align="justify">(3) El ser el uno para el otro “rostro” de Cristo, así como Jesús es “rostro” del Padre (13,20)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero no falta el contraste que hace todavía más luminoso el mensaje. Justo en medio de la enseñanza se menciona al traidor: aquél que tejió relaciones mentirosas dentro de la comunidad (por eso la cita del Salmo 41,10). La sinceridad en la relación es esencial para que ésta sea fuente de crecimiento y no de dolor.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Al citar el Salmo 41,10 (“El que come mi pan ha alzado contra mí su talón”) Jesús se reviste con la figura de un inocente perseguido. Abrirnos a una relación es hacernos vulnerables. Será el riesgo que correrá Jesús y que lo llevará finalmente a la muerte. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero en su increíble humildad, Jesús no se retrae ante el misterio de la doblez y de la traición humana (porque se le hace más daño a quien mejor se conoce); más bien, por el contrario, consigue entrar por esta fractura de la mezquindad humana en la situación que ha venido a redimir. Por eso en medio de la traición se revela la grandeza del “Yo Soy” (13,19).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Comienza la lectura pascual más profunda: el discurso de despedida de Jesús (Juan 13-17). </div><div align="justify">El texto de hoy nos prepara para la escucha de este texto inmenso (en todos los sentidos).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. ¿Por qué la Biblia le da tanta importancia a la “mesa” y a la “cena”? ¿Cuáles son los espacios que hoy privilegiamos para entablar relaciones?</div><div align="justify">2. ¿Cuáles son las características de una relación “a la manera de Jesús”?</div><div align="justify">3. ¿Por qué se menciona la traición de Judas? ¿Sobre qué me advierte?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Mayo 20</div><div align="justify">Jesús Resucitado nos invita a su casa</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Juan 14,1-6</div><div align="justify">“Volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Comenzamos una nueva etapa en nuestro itinerario bíblico, la última, nuestro caminar pascual con Cristo resucitado. Por eso, a partir de hoy, leeremos una de las secciones más bellas del evangelio de Juan: el “discurso de despedida de Jesús” que se encuentra en los capítulos 14 al 17 de este evangelio. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Del rostro del pastor enamorado pasamos ahora a la descripción de vida de su amor por los suyos y a la exposición amplia de la manera como teje una profunda relación. Estamos ante un discurso de Jesús extenso pero profundo y emocionante.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El contexto</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Para entender mejor el texto reconstruyamos brevemente la situación. Jesús les ha anunciado a sus discípulos que se irá y que la comunión de vida, la convivencia, la amistad sostenida durante tres años entre ellos llega a su fin con la muerte en la cruz, ya no lo verán, y perdonen la redundancia, visiblemente.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">La nostalgia surge entonces como un sentimiento cruel que aprieta la garganta. La primera reacción de los discípulos deja entrever que, según ellos, el seguimiento estrecho del maestro, la amistad sabrosa con él, no habría sido más que algo pasajero que queda para el recuerdo una vez que la muerte se interpone en medio del amor y separa para siempre a los que se han amado intensamente.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Por eso a la hora de la despedida, en medio las lágrimas, tratando de aprovechar con intensidad los últimos instantes que les quedan juntos, la palabras de la despedida se van convirtiendo poco a poco en palabras de consolación. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Jesús le explica a sus amigos que no se separa de ellos para siempre sino que su separación marca un giro importante en la vida del discipulado. No se trata del fin sino de un giro importante y decisivo en la manera de seguir a Jesús. Dicho giro tiene como finalidad la creación de lazos de amor todavía más fuertes, profundos e indestructibles que los anteriores.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El pasaje de hoy nos introduce de lleno en este tema. Detengámonos en los tres puntos principales del texto:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(1) Confiar en el Maestro</div><div align="justify">Jesús comienza con palabras fuertes: “No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mi” (14,1).</div><div align="justify">“No se turbe vuestro corazón” (14,1ª). El término “turbación” es elocuente. Para entenderlo remitámonos al pasaje de la muerte y resurrección de Lázaro, donde dice que delante de la tumba de su amigo querido, Jesús “se conmovió interiormente, se turbó” (11,33) y enseguida se puso a llorar (11,35). Esta turbación es la sensación previa a las lágrimas, es una conmoción profunda, por eso dice “del corazón”. Es la sensación de uno a quien todo se le vuelve oscuro: la pérdida de todas las seguridades. Es una sensación desagradable. Por eso tememos tanto la partida de los seres que amamos.</div><div align="justify">Un místico lo expresaba de una manera bellísima con relación a Dios: “Que yo sin ti me quedo, que tú sin mi te vas”. Seguir viviendo sin el amado es como morir.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Frente a ese sentirse sin apoyo Jesús les ofrece un piso de confianza: “creéis en Dios, creed también en mi” (14,1b).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Jesús no será visto más físicamente, por eso da una pista importante: así como Dios no es visible a los ojos mortales, tampoco Él lo será. En otras palabras, así como uno cree en Dios a quien no ve, Dios es invisible, así también hay que creer en él en cuanto Señor resucitado. Jesús y el Padre están al mismo nivel.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El primer paso a dar, entonces, es de la fe como actitud fundamental con la cual los discípulos deben afrontar la separación: “¡creed!”. A Jesús y al Padre se les debe el mismo tributo de fe, porque el Padre se deja conocer a través del Hijo y actúa en comunión inseparable con el Hijo.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Al “no ver”, los discípulos deberán apoyarse con una confianza ilimitada en el Padre y el Hijo, construyendo todo sobre ellos, sobre el piso sólido de su comunión eterna. Es en esa comunión eterna que los discípulos ahora deben poner la mirada de fe que le da sentido a sus vidas.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(2) Contemplar el Misterio Pascual</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Esta nueva forma de comunión es un don de Jesús. Por eso Jesús les pide enseguida que contemplen su obra pascual: “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, ¿le habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando haya ido y les haya preparado el lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, a fín de que donde yo esté, estéis también vosotros” (14,2-3).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">No es Jesús arreglando un cuarto sino construyendo una casa, así como lo que se aman construyen una casa para vivir juntos. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Hay tres pistas importantes:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">• Para Jesús, la muerte es un retorno a la casa del Padre (ver también 13,1). De esta manera, exaltado y glorificado, él estará para siempre en la comunión perfecta con el Padre.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">• Jesús había explicado su muerte y su resurrección desde el comienzo del Evangelio en la expulsión de los vendedores del tempo diciendo que destruiría el templo destruido por hombres y lo reconstruiría en tres días, anota el evangelista: lo decía refiriéndose a su propio cuerpo. Entonces Jesús resucitado es la nueva construcción, el nuevo Templo en cual se “habita” en Dios.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">• Jesús no es un templo vacío: Él viene, toma consigo a aquellos que han entablado una profunda relación con él y los lleva a la comunión eterna consigo y con el Padre.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">La Pascua de Jesús fue la preparación de la “morada”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">(3) Hacer el camino para entrar en la “casa”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero el don de Jesús, que se acaba de describir, pide nuestra participación, nuestro compromiso. Y eso es lo que Jesús quiere decir con la imagen del “camino”. Hay que ponerse en movimiento por el camino que es Él mismo: sus palabras, sus obras, todo lo que supone la convivencia amiga con él. Esto es lo que los discípulos ya aprendieron en la convivencia terrena con él: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (14,6).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Se trata de un camino que conduce a la verdad y a la vida, es decir, al conocimiento pleno del misterio de Dios y cuyo fondo es su rostro paterno. El camino conduce no sólo a un conocimiento sino también a una relación con este Dios descubierto en su tremenda cercanía de Padre, una relación que genera una unión en la cual se genera una vida eterna.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Dejemos que la Palabra nos lleve a la oración:</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Jesús, ahora sabemos que nada ni nadie nos puede separar de ti. Nada nos puede separar de ti si acogemos el don de tu casa y si aceptamos el reto de caminar en ti hacia la verdad y la vida. Yo sé que sin ti no puedo vivir, pero también sé que gracias a la morada que me has preparado con tu muerte y resurrección, viviré para siempre contigo porque tu voluntad es que allí donde tú estés también estén todos los que tú amas. Y yo sé que tú me amas”. Amén.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. ¿De qué sienten miedo los discípulos? ¿Cuál es la raíz de mis temores?</div><div align="justify">2. ¿Qué relación hay entre la Pascua de Jesús y la preparación de la morada en el cielo? ¿Es Jesús resucitado el “mundo vital” en el que quiero habitar eternamente? </div><div align="justify">3. ¿Qué hay que hacer para entrar en la “morada” de Jesús?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Nada te turbe,</div><div align="justify">nada te espante,</div><div align="justify">todo se pasa,</div><div align="justify">Dios no se muda.</div><div align="justify">La paciencia</div><div align="justify">todo lo alcanza.</div><div align="justify">Quien a Dios tiene</div><div align="justify">nada le falta.</div><div align="justify">Sólo Dios basta”.</div><div align="justify">(Santa Teresa de Jesús)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Mayo 21</div><div align="justify">Cuarta Semana de Pascua</div><div align="justify">Una Escuela de Padres</div><div align="justify">Juan 14,7-14</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">En el itinerario bíblico para el ejercicio de la Lectio Divina, hasta ahora nos hemos dedicado a dar “pistas” para que cada lector aborde el evangelio con buenos elementos. En esta ocasión vamos a concedernos un reposo sabático y probaremos otro estilo más aplicativo: haremos una “Escuela de Padres” con la frase central del pasaje de hoy, es decir, vamos a masticar un poco más el texto en función de la vivencia familiar según el evangelio.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. Una súplica intensa: Ver el rostro de un “Padre”</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“¡Muéstranos al Padre y nos basta!”, le dice el discípulo Felipe a Jesús, justo en el corazón de los discursos de adiós del evangelio de Juan (14,8). Es como decir: “ya está bueno de signos, de misterios, no nos aplaces más el desenlace de tu revelación. Lo que queremos es llegar a la verdad completa enseguida, llegar a lo definitivo que no deja atrás ninguna duda ni oscuridad”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Aquel Padre que Felipe desea conocer con todo su ser, es lo máximo de la felicidad, de la protección, de la ternura, del cumplimiento. Eso lo ha captado en la manera como Jesús se refiere a su Padre: lo llama Abbá en la oración, con un gran sentimiento de intimidad y de ternura.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero infelizmente, muchos hijos –adultos- oran este “Muéstranos al Padre”, pero tratando de pasar por alto cualquier mediación.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Son hijos que cargan con fuertes desilusiones con sus papás y sus mamás terrenas. Muchos incluso arrastran grandes heridas de sucesos del pasado en la familia: marcas dolorosas que les han generado inconsistencias y serios problemas en sus vivencias afectivas ya en la edad adulta.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Es por eso algunas personas incluso tienen dificultad para recitar un “Padre Nuestro”. El término “Padre” les sabe amargo. A propósito, no olvidemos que la figura de Dios Padre en la Biblia, que es el generador de vida por excelencia, contiene tanto el aspecto materno como paterno. Según la Biblia, Dios “Padre” no es una proyección de las paternidades terrenas, es al revés: la paternidad de Dios es una revelación que viene de lo alto y que purifica las malas experiencias terrenas.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Hay una tentación en la vida espiritual: pasar por alto los signos inciertos y poco descifrables de la carta que Dios Padre nos dirige a través de nuestros propios padres; nos habría gustado más bien que nos hubiera llegado una mensaje completo, perfecto, revelación total de la paternidad divina.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">2. La respuesta de Jesús</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">¿Qué responde Jesús frente a este punto? ¿Cómo responde frente al deseo profundo y legítimo de sus discípulos de verle la cara a ese Padre de quien Jesús habla tanto y a quien le ora con tanto amor?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Jesús les responde con algo de tristeza: “¿Tanto tiempo que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muestranos al Padre?” (14,9).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Hay que dejarse sorprender: ver a Jesús significa ver al Padre. Es claro, en el evangelio de Juan, que no es tanto un ver físico sino intuir el misterio de la persona de Jesús que nos muestra al Padre.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Pero Jesús dice todavía más. Aterriza al discípulo para que no se pierda en abstracciones: “El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre” (14,12).</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Jesús acababa de decir: “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (14,11). Y la prueba eran las obras: “El Padre que permanece en mí es el que realiza las obras” (14,10b). Pues bien, el mismo esquema vale también para el discípulo: quien ve las obras de un discípulo de Jesús ve a Jesús que muestra al Padre a través de la cotidianidad de cualquiera de nosotros.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Todo esto es posible gracias a una ausencia: al hecho de que Jesús ya esté habitando junto al Padre, que no es sino otro modo de su presencia. Una presencia que hay que captar aceptando su misterio a través de los signos. Así los cristianos tenemos una responsabilidad seria que es la de mostrarnos unos a los otros el rostro de Dios Padre a través de nuestro “hacer”, a través de las obras que realizamos todos los días.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">3. Palabras que le da una nueva visión a la vida de familia</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">El deseo de ver al Padre que manifestó Felipe lo podemos encontrar a través de nuestros padres terrenos: hay que saber reconocerlo a través de ellos, no importa que haya alguno que otra sombra que todavía no hayamos comprendido en la historia de nuestras relaciones familiares. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Es importante que dejemos que nuestros padres sean signo de la paternidad de Dios, para cual hay verlos por encima de nuestras expectativas y dejando de lado nuestros juicios. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Antes de juzgar diciendo quizás que no fuimos suficiente amados como hijos, que no recibimos lo que creíamos merecer, lo primero que hay que hacer es hacer una aproximación a los papás con un respeto infinito y valorar más sus esfuerzos. Para entrar en ése ámbito, primero hay que renunciar a la agresividad y a los reclamos. </div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Entonces se verá que a través de ellos se me ha manifestado el Padre. Es como si se repitieran las palabras de Jesús: “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”. Veremos los destellos, no siempre evidentes, del rostro del Padre en ellos.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">¿Qué tal si nos explicamos con una historia?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">“Le sucedió a un hijo que hasta los 40 años le había repetido a sus familiares y amigos, e incluso se la había contado a su primer hijo pequeñito, la triste historia de su papá con cierto resentimiento. A todos les hacía sentir que no había sido amado. Pero un día cayó en cuenta de un recuerdo lejano que se le había quedado guardado en el corazón. Su papá, quien paraba poco en casa y que, cuando llegaba, lo hacía borracho, un día bendito, un día de lluvia, lo cargo y puso sus piecitos sobre sus propios zapatos -enormes para el niño- para ayudarlo a atravesar el charco de fango helado y así cruzar la calle. Y fue el calor de aquella mano que le acariciaba la nuca que se convirtió para él en signo de la presencia de Dios”.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Cultivemos la semilla de la palabra en lo profundo del corazón</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">1. ¿Qué provoca en mí la oración de Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”?</div><div align="justify">2. ¿La revisión de las relaciones con Jesús –en el ámbito de la última cena- qué otras relaciones fundamentales de mi historia personal me pide también que examine?</div><div align="justify">3. ¿Cómo se es “Papá” y “Mamá” en la escuela de Jesús?</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">"Mi espejo ha de ser María.</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify">Puesto que soy su hija, debo parecerme a ella</div><div align="justify">y así me pareceré a Jesús”</div><div align="justify">(Santa Teresa de los Andes)</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-86284217303671187312011-04-27T19:11:00.001-07:002011-04-27T19:11:20.714-07:00<object width="400" height="27" id="movie" type="application/x-shockwave-flash" data="http://www.google.com/reader/ui/3523697345-audio-player.swf?audioUrl=URL_archivo_MP3">
<param name="movie" value="http://www.google.com/reader/ui/3523697345-audio-player.swf?audioUrl=URL_archivo_MP3" /><param name="wmode" value="transparent" ><param name="allowScriptAccess" value="never"><param name="flashvars=" value="playerMode=embedded"></object>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-80184361749116878162011-04-26T12:54:00.000-07:002011-04-27T19:24:22.889-07:00Sexto Domingo de Pascua<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Estudio de base para la Lectio Divina del Evangelio del Domingo</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="PT-BR" style="mso-ansi-language: PT-BR;">Sexto de Pascua – Mayo 29 de 2011 </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 18pt; mso-ansi-language: ES-CO;">JESÚS NO NOS ABANDONA</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El mandato del Amor y las Promesas de Jesús</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Juan 14, 15-21</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Los mismos discípulos que antes temían la muerte, </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">después de la venida del Espíritu </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">se alegraban en sus tribulaciones”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Teodoro de Mopsuestia)</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“No los dejaré huérfanos”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Introducción</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Seguimos en el ambiente del cenáculo. Los discípulos están conmovidos por el dolor de la separación y se preguntan cómo serán las cosas después de la partida de Jesús. En este contexto, Jesús pronuncia la enseñanza que leemos hoy.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La cuestión es importante, porque a veces sucede que también en la relación con Jesús uno puede llegar a tener la percepción de que Él está lejos de nuestras vidas, que lo sentimos poco y que es prácticamente inalcanzable.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En el pasaje de Juan 14,15-21 vemos que Jesús demuestra que así como no abandonó a sus discípulos tampoco nos abandona, siempre estará presente, nos comparte su vida y así como Él y el Padre son uno, así estará en nosotros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">¿Cómo lo hace?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En el núcleo del texto vemos que Jesús anuncia la venida de otra ayuda para sus discípulos, el Espíritu de la Verdad (14,15-17), y también su propia venida (14,18-21). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Si observamos de cerca el texto notaremos que está enmarcado, los vv.15 y 21, por la alusión al práctica del mandato de Jesús. Jesús declara que todas las enseñanzas dadas a lo largo del evangelio no se invalidan con su partida, sino todo lo contrario: permanecen válidas para siempre. Se trata de una condición fundamental: sólo quien se atiene a sus mandamientos puede recibir el Espíritu y abrirse al amor de Jesús y del Padre. El amor por Jesús está estrechamente relacionado con la práctica de sus mandamientos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Leamos despacio el texto:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">15</span></sup><span lang="ES">Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">16</span></sup><span lang="ES">y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">17</span></sup><span lang="ES">el Espíritu de la V<span style="mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">erdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros. </span></span></i></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">18</span></sup><span lang="ES">No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">19</span></sup><span lang="ES">Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">20</span></sup><span lang="ES">Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">21</span></sup><span lang="ES">El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»</span></i></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">1.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El amor a Jesús y la práctica de sus mandamientos (Juan 14,15.21)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">15</span></sup><span lang="ES">Si me amáis, guardaréis mis mandamientos…</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">21</span></sup><span lang="ES">El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»</span></i></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En el dolor que los discípulos experimentan por la separación, se revela en el amor por Jesús. Pero los discípulos deben demostrar la sinceridad de su deseo de la presencia de Jesús y de la comunión con Él a través de la puesta en práctica de sus mandamientos, la cual nace del amor por su maestro. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">¿De qué mandamientos se trata? </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En el evangelio de Juan, la exhortación a amarnos <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">unos a otros como Él nos amó</i></b> es la única que se define prácticamente como el mandamiento de Jesús (13,34). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero también todo lo que Jesús hace, de palabra y de obra, es un llamado para hacer lo mismo: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que crea en mí hará Él también las obras que yo hago…</i></b>” (14,12ª).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Por tanto, poner en práctica los mandamientos es tomarse en serio y con fe el conjunto de sus enseñanzas (14,23-24), dejándose conducir por Él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús permanece presente en su palabra y en las exigencias que ella implica. Quien se deja guiar por la Palabra de Jesús, sigue a Jesús, permanece unido a él y conserva su amor. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Con esto se nos dice que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el amor no consiste en palabras, sentimientos o recuerdos, sino que se demuestra o verifica en la capacidad de escucha y en la obediencia a las enseñanzas del Maestro Jesús. El verdadero amor a Jesús se traduce en seguimiento de Jesús.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Amar es querer, adherirse al amado y asumir su voluntad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">2.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La promesa del “Paráclito”</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l0 level2 lfo1; tab-stops: list 0cm; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El don del Paráclito (14,16-17)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">16</span></sup><span lang="ES">y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><sup><span lang="ES">17</span></sup><span lang="ES">el Espíritu de la V<span style="mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">erdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros. </span></span></i></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Quien está unido a Jesús de la manera anteriormente enunciada, recibe por parte de Dios el don prometido: el Espíritu Santo. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Al Espíritu lo llama “Paráclito” (=Consolador, abogado, ayudador). El Espíritu es una nueva ayuda para la vida de los discípulos: Él hace posible el seguimiento, Él capacita para vivir el difícil mandato del “amor”, Él asiste a los discípulos en momentos duros de la tribulación. La acción del Espíritu Santo se describe con precisión: viene como un nuevo “apoyo” Jesús se va pero les deja su Espíritu.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús dice “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Otro Paráclito</i></b>”. Hasta ahora Jesús ha sido el apoyo para sus discípulos: se ocupó de ellos, se puso a su servicio, los guió, le dio ánimo y fuerza. Como Buen Pastor, Jesús no los dejó nunca abandonados a su propia suerte; siempre estuvo al lado de ellos. Ahora Jesús se va, no quedarán solos: el Padre les dará el Espíritu Santo, quien estará siempre con ellos, al lado de ellos y en ellos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">También dice: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El Espíritu de la Verdad</i></b>”. Esta definición del Espíritu lo presenta como Aquel que hace permanecer a los discípulos en la “Verdad” transmitida por Jesús, es el que da testimonio de Él, como el que continúa con su ministerio terrenal y los protege tanto de los falsos maestros como de las opciones equivocadas. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El mundo, que se ha cerrado a Jesús, “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">no lo puede recibir</i></b>”. Sólo si creemos en Jesús y nos atenemos a sus mandamientos, estamos abiertos al Espíritu Santo, podemos recibirlo y hacer la experiencia de su acción.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l0 level2 lfo1; tab-stops: list 0cm; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El regreso de Jesús (14,18-20)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">18</span></sup><span lang="ES">No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">19</span></sup><span lang="ES">Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES">20</span></sup><span lang="ES">Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús se ha dirigido a los discípulos llamándolos “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">hijitos</i></b>” (13,33). Ahora les asegura que no quedarán “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">huérfanos</i></b>”. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Así como los hijos pequeños quedan a la deriva cuando mueren los progenitores, así también los discípulos de Jesús quedarían solos por la muerte del Maestro. La ausencia de Jesús no crea orfandad en sus discípulos, ella da paso a su nueva presencia el “Paráclito”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Es verdad que Jesús va a morir, pero no es cierto que sus discípulos vayan a quedar huérfanos: Jesús los deja pero “volverá”. De esta forma al anunciar la muerte también les anuncia la resurrección: el Resucitado vendrá a su encuentro y ellos los verán. Como efectivamente se narra en el día pascual: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se presentó en medio de ellos… Los discípulos se alegraron de ver al Señor</i></b>” (20,19.20).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Los discípulos no sólo lo “verán” sino que tendrán parte en su propia “vida”: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Me veréis porque yo vivo, y también vosotros viviréis</i></b>”. El reconocer esta compañía permanente es sólo para los que tengan en común esa vida que Jesús posee tras su resurrección.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lo percibirá vivo el creyente que vive de la vida de Jesús resucitado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">De hecho, también en el día pascual se dice que Jesús… “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’</i></b>” (20,22).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero no así con el “mundo”. Con su muerte, Jesús desaparece para siempre del mundo: el mundo sabe solamente que murió en una cruz. El mundo conoce la muerte pero no la vida. Jesús volverá exclusivamente a sus discípulos y se les mostrará como el viviente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El día pascual es un día grandioso, porque en él se comprende finalmente a Jesús: “</span><b><i><span lang="ES">Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros</span></i></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En dos ocasiones, dentro de este evangelio, Juan se había referido al hecho de que solamente después de la resurrección los discípulos comprenderían el verdadero significado de las cosas: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(1) sobre lo que Jesús dijo en el Templo (2,21-22) y </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(2) el sentido su entrada en Jerusalén en un asno (12,16). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En esta ocasión Jesús les anuncia a sus discípulos que solamente después de su<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>resurrección comprenderán verdaderamente su comunión con el Padre y con ellos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Con la resurrección de Jesús se demuestra que –a pesar de su aparente silencio en la Cruz- Dios está a su lado, con todo su amor y su potencia, y que le confirma que Él es el Mesías e Hijo de Dios y que las obras que realiza en nombre del Padre son auténticas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero no solamente con relación al Padre. La resurrección también hace más evidente el vínculo especial que Jesús tiene con los discípulos: Él se muestra y se hace reconocible como el Viviente solamente a ellos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Su encuentro con el Resucitado es un nuevo impulso y un fundamento duradero para creer todo lo que él dijo sobre su unión perfecta con el Padre (14,10-11) y sobre su vínculo indisoluble con ellos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">3.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Releamos el Evangelio con un Padre de la Iglesia</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“‘Vosotros –dice- debéis rezar ante todo amando y demostrando amor con la puesta en práctica de mis mandamientos; dispuestos de esta manera, os concederé la gracia del Espíritu Santo, para que lo tengáis con vosotros para siempre, como vuestro Maestro de <personname productid="la Verdad" w:st="on">la Verdad</personname>’.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero dice<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>‘Otro Paráclito’, esto es, otro maestro llamado Paráclito, quiere decir, Consolador, aquel que enseña en los momentos de angustia. Porque el Espíritu Santo, con su gracia, aliviará los males que les serán inflingidos por los hombres y, a manera de consolación, con sus dones hará que ellos soporten los males de buen grado, como de hecho ocurre. </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">De hecho, los mismos discípulos que antes temían la muerte, después de la venida del Espíritu se alegraban en sus tribulaciones.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero lo llamó “Espíritu de Verdad”, porque es Aquel que solamente enseña la verdad, nunca cambia hasta el punto de enseñar lo que quiere que sea ajeno a la verdad. Dice “Otro”, indicando que Él mismo, cuando estaba con ellos, había desempeñado una función idéntica con ellos. Además de eso, también todas aquellas cosas que, estando presente, les había enseñado con sus palabras, fueron ciertamente confirmadas por el Espíritu Santo”</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Teodoro de Mopsuestia, Sobre el Evangelio de Juan, VI)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-indent: -18pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">4.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Cultivemos la semilla de la Palabra en el corazón</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿En que consisten los “mandamientos” de Jesús?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Por qué el amor por Jesús se demuestra en la observancia de sus mandamientos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -36pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué se requiere para recibir el don del Espíritu Santo y la comunión honda y definitiva con Dios?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Por qué el “mundo” (lo que se ha cerrado a Dios) no lo puede alcanzar?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -36pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Mi amor por otras personas (mis progenitores, mis hermanos de comunidad, mis hijos, etc.) está sostenido por el respeto y la consideración?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">P. Fidel Oñoro, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Anexo 1</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Algunas pistas sobre las otras lecturas del domingo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Primera lectura: Hechos 8,5-8.14-17</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra</i></b>” (Hechos 1,8). El texto escogido para este domingo nos permite asistir al momento en que la misión, confiada por Jesús a los apóstoles, llega a Samaría, yendo más allá de los límites del judaísmo ortodoxo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En el origen de la expansión está la persecución que siguió a la muerte de Esteban. El evangelizador es Felipe, el No.2 del grupo de los “siete” (En Hechos 21,8 se le da el título de “evangelista”). Pero el verdadero protagonista es, sin duda, el Espíritu Santo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Los samaritanos eran una población mixta, resultado de la unión de los habitantes que quedaron en el Reino de Israel después de la deportación asiria en el año 722 aC y de los colonos asirios que en esa época se establecieron ahí. A pesar de ser considerados “herejes” y en “cisma” con los judíos, los samaritanos esperaban también la venida del Mesías (ver el diálogo de Jesús con la Samaritana, en Juan 4,25). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yendo al encuentro de esa esperanza, Felipe les anuncia que ésta se realizó en Jesús: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jesús es el Mesías</i></b>”. Su predicación, acompañada por señales convincentes, fue coronada por el éxito: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">hombres y mujeres se hacían bautizar</i></b>” (8,12, omitido en la lectura). Y así llegó a Samaría la alegría típica de los tiempos mesiánicos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Salmo responsorial: Salmo 65</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Este Salmo prolonga la primera lectura. Lo mismo que Felipe salió de las fronteras de Israel para dirigirse a los samaritanos y anunciarles la buena nueva de Cristo resucitado, de la misma manera, el salmista sale de los límites de su pueblo. Tiene en vista las naciones paganas: a ellas les lanza una invitación a aclamar a Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Las acciones de Dios no aparecen descritas. El orante evoca probablemente a la vez el poder del Dios creador y del Dios liberador. En cuanto creador, Dios sometió las aguas primitivas y los monstruos marinos (símbolos del mal). En cuanto liberador, hizo pasar a su pueblo a través del mar, por la mano de Moisés, y les dio una tierra al otro lado del Jordán, gracias a la conducción de Josué. Estos recuerdos del pasado llevan al gozo de la fiesta. El Dios de la historia, del cual el pueblo se acuerda leyendo las Escrituras, es el Dios que reina ahora sobre su pueblo y sobre el mundo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En la última estrofa, el orante adopta un tono más personal. Convoca a su auditorio a contar lo que Dios ha hecho por él. Dios no es únicamente el Todopoderoso que reina sobre el universo, es también el que se interesa por cada una de sus criaturas. Él le concede su gracia a quien le implora.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Segunda lectura: 1 Pedro 3, 15-18</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pedro, después de exhortar a los cristianos a no tener miedo de la persecución (3,14), les dice que esta puede ser una ocasión propicia para la evangelización. Así tendrán la oportunidad de “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">dar razón de su esperanza</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En condiciones adversas, la mejor defensa de los cristianos es su “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">buen comportamiento en Cristo</i></b>” y la práctica del bien.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pedro concreta algunas de las características de esta actitud de base: sinceridad (recta conciencia), no violencia, tolerancia (respeto)…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero esta puesta en práctica de las virtudes no es asimilable a la ética de los estoicos. Tiene, de hecho, una motivación específicamente cristiana. Por eso los cristianos encontrarán fuerza para perseverar en su testimonio luminoso, “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">adorando</i></b>” a Cristo en sus corazones y siguiendo con generosidad sin límite el camino pascual de Aquel a quien confiesan como el Señor. Él murió según la carne, pero resucitó por el poder del Espíritu. Fue así como nos condujo hasta Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">(V. P. – F. O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Anexo 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pistas para los animadores de la Liturgia</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El Evangelio, situado todavía en la intimidad del Cenáculo, nos orienta claramente hacia los próximas solemnidades que señalan el punto culminante del tiempo pascual: la Ascensión y Pentecostés.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En una perspectiva mistagógica, este domingo se presta para una profundización del tema del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia (Evangelio y primera lectura), en los sacramentos –especialmente la Confirmación- (primera lectura) y en la profesión y testimonio de nuestra esperanza (segunda lectura).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La palabra de Jesús en el Evangelio –“No los dejaré huérfanos”- nos lleva a sugerir para este domingo el prefacio pascual III: “Cristo vive eternamente e intercede por nosotros”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">IV</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Para los lectores</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Primera lectura</span></u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">: El texto no es difícil. Esto no quiere decir que no necesite de estudio y preparación. Nadie debería tener la osadía de subir al ambón sin haber estudiado el texto que va a proclamar. Con alguna frecuencia, los textos más fáciles acaban siendo los proclamados con mayor deficiencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Un ejemplo con la primera frase: “En aquellos días,// Felipe bajó a una ciudad de Samaría / y les predicaba a Cristo //”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Segunda lectura</span></u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">: No tiene dificultades, pero no se olvide hacer una lectura lenta (no demasiado) y bien pausada. Que se sienta el lenguaje coloquial de una carta-catequesis.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(V. P. – F. O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-18825248895845232002011-04-26T12:48:00.000-07:002011-04-26T12:48:14.156-07:00Quinto Domingo de Pascua<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Estudio de base para la Lectio Divina del Evangelio del Domingo</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Quinto de Pascua – Mayo 22 de 2011 </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús Camino, Verdad y Vida:</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Cómo alcanzar la más profunda aspiración humana</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Juan 14, 1-12</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“El mismo Camino vino a tu encuentro </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">y te despertó del sueño en que dormías. </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">¡Levántate y camina!”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(San Agustín)</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Nadie va al Padre sino por mí”</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Oremos:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Señor, Dios nuestro, </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">tú nos has redimido y nos has concedido </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">la gracia de la adopción; </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">mira con bondad a estos hijos que tanto amas, </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">para que quienes creemos en Cristo </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">alcancemos la libertad verdadera”</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 106.2pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(Oración colecta de este Domingo)</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Introducción</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El quinto (hoy) y el sexto domingo de esta cincuentena pascual nos trasladan hasta el cenáculo, donde –en una amplia conversación– Jesús se despide de sus discípulos y les deja su testamento (ver el discurso de despedida completo en Juan 14-16). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Una pregunta de fondo nos da la clave para entrar en los pasajes escogidos: ¿Qué implicaciones tiene la resurrección de Jesús para el presente y el futuro de su comunidad de discípulos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">1. El texto en su contexto</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Un doloroso anuncio: “Me voy”</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Después de lavarles los pies a sus discípulos (ver Juan 13,2-20) y cuando el traidor ya ha salido del cenáculo para ejecutar su macabro pan, Jesús le anunció a sus discípulos que se iría, que su comunión de vida terrena con ellos llegaba a su fin: “<b><i>Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros…</i></b>” (13,33). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La convivencia con Jesús, después de haber sido llamados a compartir su casa (“<b><i>Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día</i></b>”; 1,39), fue un bello tiempo marcado por una amistad sabrosa. Pero éste ahora se interrumpe y termina bruscamente con la muerte de Jesús. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La nostalgia surge entonces como un sentimiento cruel que aprieta la garganta.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Eso significaría entonces que el discipulado, el seguimiento estrecho del maestro, la amistad sabrosa con él, no fue más que algo pasajero que queda para el recuerdo una vez que la muerte se interponga en medio del amor y separe para siempre a los que se han amado intensamente?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">¿Habrá que consolarse con los recuerdos de este tiempo? ¿La muerte es también el fin de la relación?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“<b><i>Señor, ¿a dónde vas?</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pedro no soporta la idea de la separación: “<b><i>Señor, ¿a dónde vas?</i></b>”. Y Jesús le responde: “<b><i>Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde</i></b>” (13,36). Entonces le anuncia las negaciones (ver 13,38).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La ruta por la cual Jesús “va” será la que Pedro y todos los discípulos tendrán que recorrer mediante el “seguimiento” (“<b><i>Me seguirás más tarde</i></b>”; 13,36c). Pero antes de hacerlo, el discípulo debe tener una visión clara y completa de la geografía espiritual que conduce hasta le meta de ese camino. </span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Por eso a la hora de la despedida, en medio las lágrimas, tratando de aprovechar con intensidad los últimos instantes que les quedan juntos, la palabras de la despedida se van convirtiendo poco a poco en palabras de consolación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En pocas palabras, Jesús le explica a sus amigos que no se separa de ellos para siempre sino que su separación marca un giro importante en la vida del discipulado, no propiamente el fin, digo un giro importante y decisivo en la manera de seguir a Jesús, un giro importante que tiene como finalidad la creación de lazos de amor todavía más fuertes, profundos e indestructibles que los anteriores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">2. Características del texto</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">2.1. El texto de Juan 14,1-12</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Dijo Jesús:</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">1</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"> “No se turbe vuestro corazón. </span></i></b><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Creéis en Dios: creed también en mí. </span></i></b><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">2</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">si no, os lo habría dicho; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">porque voy a prepararos un lugar. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">3</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">volveré y os tomaré conmigo, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">para que donde esté yo estéis también vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Y adonde yo voy sabéis el camino”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Tomás: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Señor, no sabemos a dónde vas,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿cómo podemos saber el camino?”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">6</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Nadie va al Padre sino por mí. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">7</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">desde ahora lo conocéis y lo habéis visto”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">8</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Felipe: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Señor, muéstranos al Padre y nos basta”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">9</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">10</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">11</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Al menos, creedlo por las obras. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">12</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">En verdad, en verdad os digo: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">y hará mayores aún, porque yo voy al Padre”. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;">2.2. Núcleo: los discípulos aprenden un nuevo horizonte para sus vidas</span></b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La enseñanza de Jesús comienza con una invitación a confiar en Él: “<b><i>No se turbe vuestro corazón</i></b>” (14,1ª). Cuando los sentimientos se agitan por el vacío de una ausencia, Jesús ofrece la fortaleza de la fe: “<b><i>Creéis en Dios; creed también en mí</i></b>” (14,1b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En la primera parte de la enseñanza, notamos que la referencia a Dios Padre lo enmarca todo:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Al principio dice: “<b><i>En la casa de mi Padre…</i></b>” (14,2). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Al final dice: “<b><i>Yo voy al Padre</i></b>” (14,12).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La estrecha relación entre el Padre y el Hijo se ve más claramente en el tiempo pascual: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús va al Padre: “<b>Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios</b>” (20,17).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">De quien proviene: “<b><i>Sabiendo que le Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía</i></b>” (13,3).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y con quien vive desde la eternidad en una gran comunión: “<b><i>En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios; ella estaba en el principio con Dios</i></b>” (1,1).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Vale la pena observar a lo largo del pasaje que leemos hoy cómo se va presentando la relación entre el Padre y el Hijo. Este es el horizonte sobre el cual Jesús propone la relación con sus discípulos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;">2.3. Una enseñanza ordenada</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El texto tiene cuatro partes:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18.75pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 18.75pt; text-align: justify; text-indent: -18.75pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">(1)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jn 14,1-4</span></u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">: Jesús exhorta a la confianza y enseña cuál es el futuro de la relación con Él.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18.75pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 18.75pt; text-align: justify; text-indent: -18.75pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">(2)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jn 14,5-7</span></u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">: Jesús les hace una gran revelación (con un solemne “<b><i>Yo soy</i></b>”).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18.75pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 18.75pt; text-align: justify; text-indent: -18.75pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">(3)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jn 14,8-11</span></u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">: Jesús señala su profunda unidad con el Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18.75pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 18.75pt; text-align: justify; text-indent: -18.75pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-list: Ignore;">(4)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jn 14,12</span></u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">: Jesús saca una consecuencia para el discipulado: “<b><i>hacer sus obras</i></b>” (Es el comienzo de una nueva sección de la enseñanza). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El pasaje se desarrolla siguiendo la dinámica de un diálogo: (1) En la primera parte Jesús tiene en vista las palabras anteriores de Pedro (13,36: “<b><i>Señor, ¿a dónde vas?</i></b>”); (2) en la segunda responde a la pregunta de Tomás (14,5: “<b><i>Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?</i></b>”); (3) finalmente responde a la solicitud de Felipe: “<b><i>Señor, muéstranos al Padre y nos basta</i></b>” (14,8).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">3. Profundización</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">3.1. Un vínculo más fuerte con Jesús (14,1-4)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En esta primera parte Jesús exhorta a la confianza y enseña cuál es el futuro de la relación con Él:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“<sup>1</sup>No se turbe vuestro corazón. </span></i></b><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Creéis en Dios: creed también en mí. </span></i></b><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">2</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">si no, os lo habría dicho; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">porque voy a prepararos un lugar. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">3</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">volveré y os tomaré conmigo, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">para que donde esté yo estéis también vosotros. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Y adonde yo voy sabéis el camino”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Como anotamos arriba, a la hora de la despedida, Jesús le explica a sus discípulos que no se separa de ellos para siempre, sino que su partida sirve para establecer un vínculo aún más fuerte.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(1) La fe que vence el temor (14,1)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús comienza con palabras fuertes: “<b><i>No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mi</i></b>” (14,1).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El término “<b><i>turbación</i></b>” es elocuente. Para entenderlo remitámonos al pasaje de la muerte y resurrección de Lázaro, donde dice que delante de la tumba de su amigo querido Jesús “<b><i>se conmovió interiormente, se turbó</i></b>” (11,33) y enseguida se puso a llorar (11,35).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Esta turbación es la sensación previa a las lágrimas, es una conmoción profunda, por eso dice “del corazón”. Es la sensación de que a uno como que le quitan el piso, no tiene apoyo, como que se pierden los horizontes, todo se vuelve oscuro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es una sensación desagradable; por eso tememos tanto la partida de los seres que amamos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Un místico lo expresaba de una manera bellísima con relación a Dios: “Que yo sin ti me quedo, que tú sin mi te vas”. Es decir: seguir viviendo sin el amado es como morir.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Frente a ese sentirse sin apoyo Jesús les ofrece un piso de confianza: “<b><i>Creéis en Dios, creed también en mi</i></b>” (14,1b).</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús señala la actitud fundamental con la cual los discípulos deben afrontar la situación de la separación: la confianza. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esta exhortación vale no sólo para los discípulos, sino también para todos aquellos que creerán después en Él. Estos últimos se encuentran en la misma situación de aquellos discípulos, para los cuales no sólo Dios sino también Jesús mismo ahora hace invisible para los ojos mortales.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ante este hecho, los discípulos no deben dejarse impresionar, perder la compostura, para andar preocupados o inquietos. Justo ahora deben tener su más sólido fundamento y su inquebrantable apoyo en Dios y en Jesús. Sólo en la fe serán capaces de enfrentar esta situación. Jesús habló varias veces del “creer” como respuesta a sus signos y como camino de acceso a la vida eterna. Ahora que ellos no lo verán más, el “creer” de los discípulos es aún más necesario. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Pero así como uno cree en Dios a quien no ve, Dios es invisible, así también hay que creer en él en cuanto Señor resucitado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De la misma manera que se cree en él Dios invisible hay que creer el Resucitado. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús y el Padre están al mismo nivel. A Dios y a Jesús se les debe el mismo tributo de fe, porque el Padre se deja conocer a través del Hijo y obra en comunión inseparable con el Hijo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por medio de Él (14,10-11). Sin ver, los discípulos deberán apoyarse con una confianza ilimitada en el Padre y en el Hijo, construyendo todo sobre ellos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(2) El nuevo y definitivo espacio de relación en la casa del Padre (14,2)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El hecho de que Jesús se vaya no constituye una separación definitiva, sino que sirve para su unión eterna: “<b><i>Voy a prepararos un lugar</i></b>” (14,2b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La referencia a “muchas mansiones” en la casa del Padre, expresa ante todo la idea de una morada permanente. La metáfora no describe a Jesús</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"> </span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">arreglando un cuarto sino construyendo una casa: así como lo que se aman, construyen casa para vivir juntos. </span></div><div style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En la frase hay dos pistas importantes:</span></div><div style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list 18.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Para Jesús la muerte es un retorno a la casa del Padre (13,1). Exaltado y glorificado, él estará para siempre en la comunión perfecta con el Padre.</span></div><div style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús había explicado su muerte y su resurrección desde el comienzo del Evangelio en la expulsión de los vendedores del tempo diciendo que destruiría el templo destruido por hombres y lo reconstruiría en tres días, anota el evangelista: “Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo” (2,21).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús resucitado es la nueva construcción.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es así como la Pascua es la construcción de la “morada”. Exaltado y glorificado, Jesús estará siempre en la perfecta comunión con el Padre. En ésta “morada” serán acogidos los discípulos de Jesús. Los discípulos tienen su patria definitiva no sobre esta tierra sino en Dios (el cielo). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(3) Una comunión perenne: el don más precioso de Jesús (14,4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús no se va para abandonar a sus discípulos sino para prepararles un puesto junto al Padre. Viene entonces para tomarlos consigo y estar en unión eterna con ellos: “<b><i>Volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros</i></b>” (14,3). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es importante que los discípulos no se fijen solamente en el hecho de que Jesús muera de tal muerte y que no ya no esté con ellos. Ellos deben ver con fe el fin, o sea, que todo aquello que Jesús ya llevó a cabo está orientado a su comunión perenne con Él y con el Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(4) Para ello hay que ponerse en camino (14,4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Pero este don de Jesús, no puede llevar al discípulo al pasivismo: de la participación y el compromiso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y eso es lo que Jesús quiere decir con la imagen del “camino”: “<b><i>Adonde yo voy sabéis el camino</i></b>” (14,4).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Hay que ponerse en movimiento por el “camino” indicado por Él mismo en sus palabras, sus obras y todo lo que aprendieron en la convivencia amiga con él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Pero viene enseguida una gran revelación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">3.2. Una gran revelación: el camino es el mismo Jesús (14,5-7)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En esta segunda parte Jesús </span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">les hace una gran revelación a sus discípulos:</span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Tomás: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Señor, no sabemos a dónde vas,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿cómo podemos saber el camino?”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">6</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Nadie va al Padre sino por mí. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">7</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">desde ahora lo conocéis y lo habéis visto”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Como se acaba de anotar, lo dicho en la primera parte</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"> acerca del don de la Pascua, podría dar la impresión de que los discípulos permanezcan pasivos y que sean simplemente conducidos por Jesús al Padre. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La enseñanza ahora es que los discípulos no pueden permanecer inactivos sino que deben también moverse por sí mismos. Por eso Jesús los instruye sobre el camino para llegar al Padre: “<b><i>Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí</i></b>” (14,6).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(1) Los matices de esta revelación (14,6ª)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“<b><i>Camino</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El camino es el mismo Jesús. Ya en la parábola del Buen Pastor, él había dicho: “<b><i>Yo soy la puerta: si uno entra por mí, estará salvo</i></b>” (10,9). Nosotros hombres no podemos salvarnos por nosotros mismos, esta posibilidad es inaccesible para nosotros. Hay un único acceso a la salvación: Jesús en persona. La salvación consiste en la unión con Dios gracias al acceso que Jesús nos da a esta comunión.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como es la única puerta, así Jesús es también el único “<b><i>Camino</i></b>” hacia el Padre, en cuanto es la “<b><i>Verdad</i></b>” y la “<b><i>Vida</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“<b><i>Yo Soy</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esta es la sexta vez en este Evangelio que Jesús se presenta con un solemne “Yo Soy”. Como cada vez que se define con la expresión “Yo soy”, también aquí Jesús nos demuestra que en su persona está presente Dios (Yahvé) como dador de salvación para nosotros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El gran don que Dios nos hace y nos es manifestado por Jesús es el hecho de poder acceder a Él. Dios está escondido para nosotros e inaccesible (“A Dios nadie lo ha visto jamás”; 1,18ª), pero no excluye la posibilidad de que lleguemos a Él (“Pero el Unigénito, que estaba en el seno del Padre, Él nos lo ha contado”; 1,18b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En Jesús, Dios mismo está presente ante nosotros en su verdadera realidad. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“<b><i>Verdad</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Él es la Verdad” significa que sólo por medio de Él se puede conocer el misterio de Dios. Sólo por medio de Jesús, en su realidad de Hijo, se revela que Dios es realmente Padre y vive desde siempre en una afectuosa comunión y a la par con este Hijo (1,1.18). Jesús es la perfecta revelación del Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“<b><i>Vida</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Él es la Vida” significa que tenemos la unión con Dios Padre, y por tanto la verdadera vida eterna, sólo a través de la unión con Jesús. Él es la fuente de vida: “<b><i>Yo he venido para tengan vida y la tengan en abundancia</i></b>” (10,10; ver también 1,4-5; 5,26; 6,35.57; 8,12; 11,25; 17,2-3).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(2) La contundencia de esta revelación: todo pasa por Jesús (14,6b)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es claro que Dios es inaccesible a nosotros en su verdadera realidad de Padre. También es claro que con nuestras fuerzas no podemos llegar por ningún camino hacia Él. Sólo Jesús es el “camino”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Entonces, por medio de Jesús alcanzamos la revelación completa sobre nuestro origen y nuestro destino (que tiene el rostro de un “Padre” generador de vida y plenitud de la misma); y no sólo lo sabemos sino que lo logramos: en Él está la “Vida”. Sólo por medio de Jesús se nos concede el conocimiento y la vida del Padre: “<b><i>Nadie va al Padre sino por mí</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En cuanto sólo Jesús es el Hijo unigénito que está a la par con Dios, sólo Él es la puerta de acceso al Padre. Todos los otros caminos no llevan al Padre. Jesús es el único camino que conduce a la meta. Nosotros no podemos llegar al Padre con ninguna otra guía. Sólo por medio de Jesús obtenemos el conocimiento de Dios y la unión con Él en su verdadera realidad de Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">3.3. La maravillosa comunión entre el Padre y el Hijo (14,8-11)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En la tercera parte, que ahora abordamos, Jesús señala su profunda unidad con el Padre:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">8</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Felipe: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Señor, muéstranos al Padre y nos basta”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">9</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Le dice Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">10</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">11</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Al menos, creedlo por las obras. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En su respuesta a Felipe, Jesús aclara de qué modo Él es el camino que conduce al Padre. Felipe le pide: “<b><i>Señor, muéstranos al Padre y nos basta</i></b>” (14,8).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Felipe parece estar pensando en una teofanía, en una visión directa de Dios, en una experiencia extraordinaria. Jesús no es “camino” en cuanto transmite fenómenos y experiencias excepcionales de este tipo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lo es del modo que aquí experimentan los discípulos: con sus palabras y con sus obras, con la vida común entre sí. Lo es en cuanto Verbo de Dios hecho carne, con su aspecto humano lleno de discreción.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La única posibilidad de abordar y recorrer esta vía es la fe.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Para quienes tienen fe les dice: “<b><i>El que me ha visto a mí, ha visto al Padre</i></b>” (14,9). Quien reconoce por la fe a Jesús como Hijo, logra enseguida por la fe al Padre. Sólo para quien cree en él, Jesús es el camino,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>continuará siéndolo aún cuando no esté visiblemente entre los suyos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La relación con Jesús no es como la que se tiene con un amigo más, sino que va más allá: al</span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"> conocimiento pleno del misterio de Dios y cuyo fondo es su rostro paterno, y también a la relación misma con este Dios descubierto en su tremenda cercanía de Padre, una relación, una unión en la cual se genera una vida eterna.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Aquel Padre, del que Tomás desea conocer con todo su ser, es lo máximo de la felicidad, de la protección, de la ternura. Por eso dice: “<b><i>nos basta</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">4. Releamos el Evangelio con un Padre de la Iglesia</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Si lo amas, síguelo. Me responderás: ‘Yo lo amo, ¿pero por dónde lo seguiré?’. Si el Señor tu Dios te dijera: ‘Yo soy la Verdad y la Vida’, tu deseo de verdad y vida te llevaría ciertamente a buscar el camino para llegar allá, y pensarías: ‘¡Gran cosa es la verdad, gran cosa es la vida! ¡Oh, si fuese posible que mi alma encontrara el camino para llegar allá!’.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">¿Quieres conocer el camino? Escucha lo que el Señor dice en primer lugar: ‘Yo soy el Camino’. </span></i><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">¿Camino para dónde? ‘La verdad y la vida’. Dijo primero por dónde debes ir, y enseguida indicó para dónde debes ir. ‘Yo soy el Camino, Yo soy la Verdad, Yo soy la vida’. Permaneciendo junto al Padre es Verdad y Vida. Revistiéndose de nuestra carne, se hizo Camino.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">No se te ha dicho: ‘Esfuérzate por encontrar el camino, para que puedas llegar a la verdad y a la vida’. No es eso, ciertamente. Levántate, perezoso. El mismo Camino vino a tu encuentro y te despertó del sueño en que dormías –si es que llegó a despertarte-. ¡Levántate y camina!”.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(San Agustín, Sobre el Evangelio de Juan, 34,9)</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5.1. ¿Cuáles eran los sentimientos de los discípulos de Jesús en el Cenáculo cuando el Maestro anunció su partida? ¿Cómo afrontó los duelos, la muerte de los seres amados? ¿Qué enseña Jesús a propósito de su muerte?</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5.2. ¿Cuál es el don que los discípulos reciben a partir de la muerte y resurrección de Jesús? ¿Qué quiere decir la imagen de la “casa”?</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5.3. ¿Qué debe hacer un discípulo ante el don pascual de Jesús?</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5.4. ¿Cómo entender la frase: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida?</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">5.5. ¿A qué se refiere Jesús cuando dice: “El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre”?</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">P. Fidel Oñoro,cjm</span></div><div align="right" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Anexo 1</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Pistas para las otras lecturas del Domingo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Sumario</span></u></b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, dice Jesús en el evangelio de hoy. Él es la piedra viviente, el fundamento de la Iglesia, escribe Pedro. Los Hechos de los Apóstoles nos muestran cómo la primitiva Iglesia se organiza para ser fiel al servicio de la mesa y al servicio de la Palabra.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 6,1-7</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En la joven comunidad cristiana revienta un pequeño conflicto entre aquellos que se expresan en lengua griega (cristianos provenientes de la “diáspora” judía) y los que lo hacen en arameo (cristianos de origen palestinense); el pluralismo lingüístico y cultural general roces. Los primeros se consideran afectados en la distribución de víveres; está en juego el ejercicio de la caridad. Los Doce no dejan que este problema envenene la vida de la Iglesia, la comunidad de los “discípulos” (es la primera vez que los cristianos son llamados así en los Hechos).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Organizan un debate y hacen propuestas para arreglar el asunto. Recuerdan lo que Jesús dijo después de la cena en la casa de Marta. Allí Marta se esforzaba por prestar un servicio impecable, pero Jesús puso a María de Betania como ejemplo. No se trataba de rebajar a una de las hermanas sino de establecer la prioridad de la escucha de la Palabra sobre cualquier otra actividad. Sentada a los pies de Jesús, María simbolizaba el trabajo esencial de todo discípulo. Este principio es respetado aquí. Los Doce recuerdan la prioridad de las prioridades.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pero ellos recuerdan ciertamente también las palabras de Jesús después de la última cena: “Los Reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores; pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Lc 22,25-26). Es eminente la dignidad del servicio, de la diaconía, función esencial en la Iglesia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Fieles a las palabras y al comportamiento de Jesús, la comunidad de los discípulos comienza a organizarse. Nuevos ministerios son creados. Otros son abandonados, como el los sacerdotes del Templo de Jerusalén. Nada lleva a pensar que los sacerdotes que han entrado en la comunidad hayan continuado ejerciendo su función en el Templo. Todo está subordinado a las tareas esenciales, anunciadas al comienzo del libro de los Hechos: “Escuchar la enseñanza de los Apóstoles, vivir en comunión fraterna, partir del pan y participar en las oraciones” (ver Hechos 2,42).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Notemos en el texto la intervención de la comunidad y de los Doce en particular, para resolver el problema; el papel del Espíritu Santo; y la imposición de las manos, acompañada por la oración, como rito de investidura en el ministerio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El hecho es que la nueva estructura ministerial, además de favorecer el crecimiento orgánico interno, le traerá un nuevo dinamismo misionero a la Iglesia naciente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Salmo responsorial: Salmo 33 (32 en la liturgia)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Se trata de un himno a la Providencia divina. Comienza con un invitatorio, quizás pronunciado en otro tiempo por un sacerdote del Templo de Jerusalén. Él llama a la orquesta y a la asamblea para que “grite de júbilo por el Señor”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Más que un cántico piadoso es una celebración apoteósica de la acción creadora de Dios. Dios confía su creación a los hombres. Cada día es una nueva maravilla de su poder y de su bondad. Cada día sube hacia Él un “cántico nuevo” (v.3ª). La alabanza se dirige a la Palabra creadora de Dios: “Pues recta es la Palabra de Yahvé” (v.4ª). Ella no es una palabra abstracta sino una palabra de la cual se puede medir su eficacia. Dios habla y eso sucede. El Salmo desarrolla las cualidades de Dios: es recto (“Ama la justicia y el derecho”, v.5ª), es fiel, es justo. Dios vela sobre el hombre y lo salva.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El Salmo nos debe llevar a todos los hombres, creados a imagen de Dios, a corresponder a esta imagen: ser recto, practicar el derecho y la justicia, poner toda la esperanza en el Señor.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Segunda lectura: 1 Pedro 2,4-9</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Leemos una preciosa teología “pascual” de la Iglesia. Por su muerte y resurrección, Jesús se convierte en el centro y el fundamento de la Iglesia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Vale la pena notar los elementos del texto: combina una profecía de Isaías (Isaías 28,16), un Salmo (118,22) y una frase del Éxodo (19,5-6): Por su repetición del término “piedra”, se podría llamar la parábola de las piedras: piedra viva, piedra preciosa, incomparable, piedra tallada, piedra angular indispensable para toda construcción. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La Iglesia, fundamentada en Cristo, crece en la medida en que los bautizados se unen a Él –la “piedra vivificante- en calidad de “piedras vivas”. Se construye así un nuevo “edificio espiritual”: la fuerza que lo construye es la fe. No debe sentir vergüenza quien se compromete con Él, con confianza y amor. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Quien cree, comparte la vida del Resucitado, participa en la construcción de un pueblo de sacerdotes y de reyes, recibe –con todos los creyentes- los títulos gloriosos con los cuales Dios había prometido honrar a su pueblo: “Linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido” (2,9ª = Éxodo 19,5-6). Lo que se quiere decir con este lenguaje de tipo cultual es que al interior de este pueblo sacerdotal, cada uno puede hacer de su vida una ofrenda santa porque Él está unido a la ofrenda de Jesús. De esta forma, con Cristo, ya se ha pasado de las tinieblas de la muerte a la admirable luz de la vida de Dios (2,9b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El edificio que se menciona puede llamarse “espiritual” porque está construido y habitado por el Espíritu (2,5a). En la misma línea debe entenderse el calificativo “espirituales” (2,5b), puesto que los sacrificios que los cristianos están llamados a ofrecer representan la donación de la persona entera, concretización de un sacerdocio verdadero, siempre “por mediación de Jesucristo” (2,5c).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="PT-BR" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: PT-BR;">(J. S. – V. P. – F. O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="PT" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: PT;">Anexo 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="PT" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: PT;">Algunas sugerencias para animadores de la liturgia</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La primera lectura, de los Hechos de los Apóstoles, concentra nuestra atención en la vida de la Iglesia como lugar por excelencia de la presencia del Resucitado y de la acción del Espíritu Santo. Cada comunidad está llamada a mirarse más a fondo a sí misma, redescubriendo sus prioridades pastorales. Hay que poner atención a los posibles conflictos que puedan darse entre grupos; la relación entre la caridad, la Palabra y la vida litúrgica; la participación y la corresponsabilidad en los ministerios y en la comunión eclesial…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Podríamos tener en cuenta en la homilía de hoy las palabras del Papa Benedicto XVI en el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida realizada hace un año, cuando comentaba el lema de esta V Conferencia, el cual estaba tomado del Evangelio de hoy:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“¿Qué nos da Cristo realmente? ¿Por qué queremos ser discípulos de Cristo? Porque esperamos encontrar en la comunión con él la vida, la verdadera vida digna de este nombre, y por esto queremos darlo a conocer a los demás, comunicarles el don que hemos hallado en él. Pero, ¿es esto así? ¿Estamos realmente convencidos de que Cristo es el camino, la verdad y la vida?”.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Para los lectores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Primera lectura: La lectura supone dos voces: el narrador y los apóstoles. Debe prestarse atención a algunas palabras poco comunes. Antioquía, prosélito, helenistas, Prócoro…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Segunda lectura: Tiene expresiones y frases entre comillas que no cuentan para la lectura (estos signos no se transmiten oralmente). Leamos, entonces, como si no hubiera comillas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Anexo 3</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Para prolongar la meditación y la oración</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">La Verdad y Jesús (Jn 14,1-12)</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">“Entre más escucho a Jesús </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">en mi fe </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">y con mi razón, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">más estoy con la Verdad </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">en relación, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">pongo mis pasos en los suyos, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">a fin de que mi existencia </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">crezca en amor, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">a pesar de las insuficiencias”</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">(Franck Widro)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Anexo 4</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Para concluir la Lectio Divina</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">E</span></i></b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">l ejercicio de la Lectio Divina nos lleva a buscar a Dios y encontrarlo a través del escrutar los textos bíblicos y beber del manantial de vida que brota de ellos. Mente y corazón se aúnan en un mismo esfuerzo. Terminemos nuestro ejercicio de hoy, haciendo nuestra esta bella oración de San Agustín:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“He querido tener la inteligencia de lo que creo, Señor,</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">en cuanto he podido.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En cuanto me has dado fuerzas, te he buscado.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">He querido tener la inteligencia de lo que creo.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">He discutido mucho.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Señor, mi Dios, mi única esperanza,</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">escúchame,</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">no permitas que deje de buscarte.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pon en mi corazón </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">un deseo más ardiente de buscarte.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Aquí estoy ante Ti con mi fuerza y mi debilidad.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Dale sostenimiento a lo primero y sáname en lo otro.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ante Ti está mi ciencia y mi ignorancia,</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">allí donde me has cerrado, abre a aquel que toca.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Que yo me acuerde de Ti.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Que te comprenda.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Que te ame”.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Amén</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-29848251549397044072011-04-26T12:44:00.000-07:002011-04-26T12:44:35.704-07:00Cuarto Domingo de Pascua<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Estudio Bíblico de base para la Lectio Divina del Evangelio del Domingo</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Cuarto de Pascua – Mayo 15 de 2011</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La dinámica del seguimiento del Buen Pastor Resucitado:</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El discípulo escucha su voz, le sigue y vive en plenitud</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">Juan 10,1-10</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Nadie puede tener la esperanza </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">verdadera y cierta de vivir eternamente </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">si no reconoce la vida que es Cristo </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">y no entra por la puerta en el redil”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(San Agustín)</span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="PT" style="mso-ansi-language: PT;"><shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><stroke joinstyle="miter"></stroke><formulas><f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></f><f eqn="sum @0 1 0"></f><f eqn="sum 0 0 @1"></f><f eqn="prod @2 1 2"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @0 0 1"></f><f eqn="prod @6 1 2"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></f><f eqn="sum @8 21600 0"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @10 21600 0"></f></formulas><path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"></path><lock aspectratio="t" v:ext="edit"></lock></shapetype></span></div><div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Llama a las ovejas por su nombre y las va sacando...</span></i></b></div><div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Las ovejas lo siguen, porque conocen su voz”</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES"><br />
“Dios todopoderoso y eterno,</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">condúcenos a las alegrías celestiales,</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">para que tu débil rebaño</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">pueda llegar al reino </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">donde lo precedió su poderoso Pastor,</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">Jesucristo nuestro Señor. Amén”</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">(Oración Colecta de este Domingo)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" /></span></b><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Introducción</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 18pt;">E</span></i></b><span lang="ES">n la pedagogía bíblico-espiritual de la Iglesia, la alegoría del Buen Pastor se proclama el cuarto domingo de Pascua porque quiere ayudarnos a tomar conciencia de que Jesús es el Pastor que dio su propia vida para darnos vida y ahora está en medio de nosotros conduciéndonos en la historia como Señor Resucitado.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Cuando los primeros cristianos comenzaron a representar a Jesús, la imagen más frecuente fue la del Buen Pastor, que encontramos en las pinturas parietales de las catacumbas. Allí se muestra a Jesús como aquel que ha venido para ocuparse de la humanidad perdida, como el que se preocupa de todo hombre y quiere llevarlo de nuevo a Dios.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esta bellísima imagen de Jesús “Buen Pastor” indica el cuidado incansable cómo él se la juega toda por nosotros y nos describe también el estilo de “Vida Nueva Pascual” que caracteriza a todo discípulo(a) de Jesús.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Y este estilo de vida, el de un amor incondicional y signado por la entrega de la Cruz, es la que debe caracterizar a todo discípulo de Jesús, particularmente a aquellos que –en nombre del Señor- guían las comunidades. Cómo no recordar aquí las palabras del Papa Benedicto XVI en su homilía en la solemne Eucaristía de inicio de su pontificado, el 24 de abril de hace ya tres años:</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 28pt 0pt 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt;">“Era costumbre en el antiguo Oriente que los reyes se llamaran a sí mismos pastores de su pueblo. Era una imagen de su poder, una imagen cínica: para ellos, los pueblos eran como ovejas de las que el pastor podía disponer a su agrado. Por el contrario, el pastor de todos los hombres, el Dios vivo, se ha hecho él mismo cordero, se ha puesto de la parte de los corderos, de los que son pisoteados y sacrificados. Precisamente así se revela Él como el verdadero pastor: “Yo soy el buen pastor [...]. Yo doy mi vida por las ovejas”, dice Jesús de sí mismo (<span style="mso-bidi-font-style: italic;">Jn</span> 10, 14s.). No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: Él mismo es amor”.</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></i></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Dispongámonos ahora para entrar en la lectio de Juan 10,1-10, ambientándonos primero con algunas líneas del contexto pastoril y luego observando las características del pastor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por excelencia, Jesús, y su relación con las ovejas. Tengamos presente que éste es un texto que habla a la Iglesia y a cada discípulo en particular. Para la Iglesia, es un “recorderis” de cómo los “pastores” deben parecerse a Jesús, motivados siempre por el amor y, como él también, haciéndose educadores de la libertad en el Espíritu Santo. A cada discípulo en particular le recuerda cuáles son los elementos distintivos que dinamizan el “seguimiento” del Señor.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES">1. Algunos puntos iniciales sobre el “Pastor”</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="mso-bidi-font-style: italic;">1.1. “Pastor” indica relacionalidad</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Para que entendamos la importancia que tiene en la Biblia el tema del Pastor, es bueno que refresquemos un poquito el contexto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los beduinos del desierto nos dan hoy una idea de los era en otro tiempo la vida cotidiana en las tribus de Israel: en esta sociedad, la relación entre pastor y rebaño no es únicamente de tipo económico, basada en el interés, en el provecho que el pastor le pueda sacar a sus ovejas para subsistir él y su familia: sacarla la lana, beber su leche, hacer deliciosos asados con su carne, venderlas cuando necesita dinero, etc. En otras palabras no es una relación de “propiedad”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En el mundo la Biblia, como sucede también hoy con los beduinos del desierto, entre el pastor y su rebaño se desarrolla una relación casi personal.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Día tras día se la pasan juntos en lugares solitarios mirándose el uno al otro, sin nadie más en el entorno.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El pastor termina conociendo todo sobre cada oveja y cada oveja reconoce y distingue, entre todas, la voz de su pastor, que habla con ella con frecuencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="mso-bidi-font-style: italic;">1.2. En la historia de la revelación aparece con frecuencia esta imagen</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Precisamente porque la relación entre el Pastor y sus ovejas representaba una de las relaciones más estrechas que se podían observar en la cotidianidad de un israelita, se explica por qué Dios utiliza este símbolo para expresar su relación con su pueblo elegido y con toda la humanidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Uno de los Salmos más bellos del salterio describe la seguridad que un orante tiene de que Dios es su Pastor: “<b><i>El Señor es mi pastor, nada me falta</i></b>” (23,1).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Pero esto vale también para las relaciones humanas, de ahí que en la Biblia el título de pastor también se le de, por extensión, también a todos aquellos que imitan la premura, la dedicación de Dios por el bienestar de su pueblo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso a los reyes en los tiempos bíblicos se les llama pastores, igualmente a los sacerdotes y en general a todos los líderes del pueblo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En este orden de ideas, cuando los profetas Jeremías y Ezequiel se refieren a los líderes del pueblo, los llaman pastores, pero ya no para referirse a la imagen que deberían proyectar, de seguridad, de protección, sino a lo que realmente son: líderes irresponsables que llegan incluso hasta la delincuencia para sacar ventaja de su posición mediante la explotación y la opresión (es clara también la cita de Jeremías 23,1: <b><i>“¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparramarse las ovejas de mis pastos!</i></b>”).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Al lado de la imagen del buen pastor aparece entonces la del mal pastor o del mercenario.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En el profeta Ezequiel, en el capítulo 34, encontramos un juicio tremendo contra los malos pastores que se apacientan solamente a sí mismos, lo cual lleva a que Dios decida ocuparse personalmente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de su rebaño: “<b><i>Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él</i></b>” (Ezequiel 34,11).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="mso-bidi-font-style: italic;">1.3. La gran responsabilidad de un pastor: la vida de la oveja</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El criterio para distinguir un buen y mal pastor era su sentido de la responsabilidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El Pastor en Palestina era totalmente responsable de las ovejas: si algo le pasaba a cualquiera de ellas, él tenía que demostrar que no había sido por culpa suya.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Observemos rápidamente algunas citas impresionantes:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Amós 3,12: “<b><i>Como salva el pastor de la boca del león dos patas o la punta de una oreja, así se salvarán los hijos de Israel</i></b>”. El pastor debe salvar todo lo que pueda de su oveja, ni que sean las patas o la punta de la oreja de su oveja.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Éxodo 22,9.13: “<b><i>Si un hombre entrega a otro una oveja o cualquier otro animal para su custodia, y éstos mueren o sufren daño o son robados sin que nadie lo vea... tendrá que restituir</i></b>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En este caso el pastor tendrá que jurar que no fue por culpa suya (v.10) y traer una prueba de que la oveja no había muerto por culpa suya y de que él no había podido evitarlo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En fin, el pastor se la juega toda por sus ovejas, aún combatiendo tenazmente contra las fieras salvajes, haciendo gala de todo su vigor e incluso exponiendo su vida, como vemos que hizo David de manera heroica con las suyas: “<b><i>Cuando tu siervo estaba guardando el rebaño de su padre y venía el león o el oso y se llevaba una oveja del rebaño, salía tras él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y se revolvía contra mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo</i></b>” (1 Samuel 17,34-35).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="mso-bidi-font-style: italic;">1.5. La premura del Pastor: un amor que vivifica</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Todo que vimos anteriormente es lo que Dios hace con los suyos. Los orantes bíblicos, como lo hace notar el Salmo 23, encontraban en la imagen de Dios-Pastor su verdadero rostro: su amor, su premura y su dedicación por ellos. En Dios encontraron su confianza para las pruebas de la vida. Ellos tenían en la mente y arraigada en el corazón esta convicción: "Sí, como un pastor bueno, Dios se la juega toda por mí”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Ellos tenían la certeza de que Dios siempre estaba cuidando de ellos y combatiendo por ellos. Así predicaba el profeta Isaías: “<b><i>Como ruge el león y el cachorro sobre su presa, y cuando se convoca contra él a todos los pastores, de sus voces no se intimida, ni de su tumulto se apoca; tal será el descenso de Yahveh de los ejércitos para guerrear sobre el monte Sión y sobre su colina</i></b>” (Isaías 31,4).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y en el texto de Ezequiel, que ya mencionamos, vemos que nada se le escapa al compromiso y al amor de Dios-Pastor: “<b><i>Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma</i></b>” (Ezequiel 34,16).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2. Lectura de Juan 10,1-10</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Leamos ahora con mucho cuidado el texto de Juan 10,1-10:<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"></b></span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES">En una ocasión dijo Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">1</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">2</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">3</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">6</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">7</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Entonces Jesús les dijo de nuevo: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">8</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">9</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">10 </span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.1. El contexto inmediato: la autosuficiencia de las autoridades y el ejemplo radiante de un seguir de Jesús</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Para comprender mejor la parábola (o alegoría) del Buen Pastor, hay que tomar como punto de partida la parte final del relato del ciego nacimiento en Juan 9,39-41. De hecho, si observamos bien, no hay ninguna solución de continuidad entre Jn 9,41 y 10,1.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los interlocutores de Jesús son los fariseos (9,40). Previamente Jesús, hablando de forma general, había dicho que había venido para un juicio a este mundo y que este juicio lleva a la visión a quien no ve y a quienes ven a la ceguera (9,39). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Estas palabras de Jesús son el mejor comentario del relato del ciego de nacimiento, en el cual se han notado dos actitudes: la del ciego curado, quien ha hecho un camino progresivo de apertura a la fe (ver las anotaciones para el 4to Domingo de Cuaresma pasado) y la también progresiva actitud de cerrazón ante Jesús por parte de las autoridades judías. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Dicho de otra manera, las autoridades religiosas judías creen conocer todo acerca de Dios y dictaminan sobre Jesús, en cambio el ciego curado cada vez vislumbra quién es él más en su búsqueda de fe. Esta es la “ceguera” y la “visión” de la que habla Jesús en Jn 9,39-41, esto es, la autosuficiencia que ciega ante la revelación del misterio -lo cual desencadena su propio juicio- y la apertura del creer:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que cree en él, no es juzgado; / pero el que no cree, ya está juzgado, / porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios</i></b>” (Juan 3,18)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Las palabras finales de Jesús, en 9,41, confirman lo anterior: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: ‘vemos’, vuestro pecado permanece</i></b>” (9,41). Es decir, si hubieran estado dispuestos a admitir la necesidad que tenían de luz (8,12) estarían aptos para dar el paso, pero puesto que creen sabérselas todas, no permiten la revelación de la luz que viene a través de Jesús: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">“La Palabra era la luz verdadera</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">En el mundo estaba…</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">Vino a su casa,</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">y los suyos no la recibieron.</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">Pero a todos los que la recibieron</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">les dio poder de hacerse hijos de Dios”</span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">(Juan 1,9-12)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.2. Primera parte: La parábola sobre la entrada en el redil (Jn 10,1-6)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“<sup>1</sup>En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador;</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">2</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">3</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús comienza indicando que va a decir algo de mucha importancia, para ello usa la fórmula solemne: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">En verdad, en verdad os digo</i></b>” (10,1ª).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Enseguida enuncia una parábola centrada en la descripción de la actividad del pastor. En ella se distinguen dos partes, cada una caracterizada por una contraposición:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(1) 10,1-3ª: Dos formas contrapuestas de acercarse a las ovejas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(2) 10,3b-5: La relación entre el pastor y las ovejas y la contrapuesta actitud ante los extraños.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.2.1. Dos formas contrapuestas de acercarse a las ovejas: la identidad del pastor (10,1-3ª)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“<sup>1</sup><u>El que no entra</u> por la puerta en el redil de las ovejas, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">sino que escala por otro lado, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">ése <u>es</u> un ladrón y un salteador;</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">2</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">pero <u>el que entra</u> por la puerta </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><u><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">es</span></u></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;"> pastor de las ovejas.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">3</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">A éste le abre el portero”</span></i></b><span lang="ES" style="font-size: 11pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Notemos el énfasis en el verbo “ser”: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ése es un ladrón y salteador</i></b>” / “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Es pastor de las ovejas</i></b>”. De esta manera, la primera parte de la parábola señala –mediante contraposición- el criterio por el cual se descubre la identidad del “pastor de las ovejas”: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que no entra por la puerta</i></b>” / “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que entra por la puerta</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Entonces, hay dos modos de entrar al rebaño que dependen de lo que se busque: cuidar del rebaño o, por el contrario, hacerle daño. Así queda establecida la diferencia entre el falso y el verdadero pastor de las ovejas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(a) El falso pastor: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que no entra por la puerta… escala por otro lado…</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Quien busca hacer daño no da la cara, entra a escondidas valiéndose de un subterfugio (10,1), porque quien tiene segundas o malas intenciones no gusta de ser reconocido, como bien había explicado Jesús: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras</i></b>” (Jn 3,20). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">A quien procede de esta manera se le dan los dos calificativos fuertes de “ladrón” y “salteador”, dos títulos que señalan rapacidad, deshonestidad y egoísmo. Ante todo priman sus propios intereses, el resto no le importa; su búsqueda de la oveja implica sometimiento, enajenación, aprovechamiento y, finalmente, muerte para ella.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(b) El verdadero pastor: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El que entra por la puerta… le abre el portero</i></b>”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El verdadero pastor da la cara al llegar a la puerta y dejarse convalidar por nuevo personaje en la parábola, el portero, quien dictamina sí es o no es pastor. Obviamente, cuando lo reconoce, éste no duda en dejar entrar al pastor. También había dicho Jesús: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios</i></b>” (Jn 3,21).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y no sólo le abre el portero sino que “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">las ovejas escuchan su voz</i></b>”, se entabla una relación estrecha y vivificante entre ellos, como vemos a continuación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.2.2. La relación entre el pastor y las ovejas y la contrapuesta actitud ante los extraños (Jn 10,3b-5)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“<sup>3</sup>…Y las ovejas <u>escuchan su voz</u>; </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">y a sus ovejas las llama una por una </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">y las saca fuera.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Cuando ha sacado todas las suyas, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">va delante de ellas, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">y las ovejas le siguen, porque <u>conocen su voz</u>.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Pero no seguirán a un extraño, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">sino que huirán de él, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">porque <u>no conocen la voz</u> de los extraños”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Una vez que se ha identificado al verdadero pastor, vemos cómo se entabla la relación de éste con sus ovejas. Podríamos decir también que esta segunda parte de la parábola igualmente se describe a la verdadera oveja con la contraposición: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Conocen su voz</i></b> (del pastor)” / “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">No conocen la voz de los extraños</i></b>”. La primera frase lo afirma claramente: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ovejas escuchan su voz</i></b>”, o sea, no dudan en atender la voz de quien los guía y, en consecuencia, “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">le siguen</i></b>” con docilidad. ¡Una excelente caracterización del discípulo del Señor!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Toda esta sección podría englobarse bajo el título “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ovejas escuchan su voz</i></b>”. Por cierto, más adelante, en el relato de la pasión, Jesús dirá: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo el que es de la verdad escucha mi voz</i></b>” (Jn 18,37). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y, ¿cómo sucede esto?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(a) El seguimiento del pastor: ser “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">llamado… sacado… precedido</i></b>” (10,3b-4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Se distinguen dos momentos: cuando la oveja es sacada del redil y cuando es conducida por las praderas. En ambas ocasiones la “voz” del pastor juega un papel fundamental.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El verbo “sacar” está repetido, es una acción importante. El término es conocido en el vocabulario del éxodo: “sacar fuera” es un acto de libertad; al respecto, algunos comentaristas han notado que nunca se habla de un traer de vuelta al viejo redil. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Pues bien, el “sacar” se realiza mediante un llamado: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">a sus ovejas las llama una por una</i></b>” (lit: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">por su nombre</i></b>”). Cada oveja sabe su propio nombre y responde enseguida a la voz del que la llama “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">por su nombre</i></b>”. El “nombre” señala la identidad de una persona, lo que la distingue y hace única, también su historia y sus características personales. La oveja es conocida así. Tenemos aquí una sobria pero elocuente descripción de la relación personal que el pastor entabla con cada oveja: él se interesa por ella llamándola desde la hondura de su identidad personal y ella, por su parte, reconoce su voz y le responde poniéndose en camino hacia él y junto con él.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Comienza, entonces, la segunda etapa: “<b><i>va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz</i></b>” (10,4). Una vez que han sido llamadas por su nombre, sacadas del redil y congregadas, las ovejas son encaminadas hacia los lugares de pastaje. La relación llamada/respuesta ahora progresa hacia la relación precedencia/seguimiento: el pastor camina delante de ellas, y éstas –ciertamente con gran alegría- siguen a aquel cuya voz les es familiar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El discipulado se describe claramente con el “ir delante” del Pastor/Maestro y el “seguir” de la Oveja/discípulo. El contenido del seguimiento de Jesús está presentado a lo largo de todo este evangelio, de punta a punta (si bien el término “seguir” es apenas uno de los términos usados por Juan para describir el seguimiento de Jesús, vale la pena observar: 1,37-38.40.43; 6,2; 10,27; 13,36-37; 18,15; 21,19.22). Pero aquí lo el evangelista nos invita a observar atentamente es qué es lo que dinamiza el seguimiento: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">le siguen porque conocen su voz</i></b>”. Sin el conocimiento de la voz de aquel que es la Palabra de Vida (1,4) no es posible el seguimiento de Jesús.<b><i></i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(b) La fuga ante los extraños (10,5)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La parábola termina señalando que las ovejas no sólo “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">siguen</i></b>” a Jesús sino que “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">no seguirán a un extraño</i></b>” (10,5a). Y el argumento es el mismo: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">porque no conocen la voz de los extraños</i></b>” (10,5c). Es la antítesis del versículo anterior.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">No sólo se afirma que no seguirán a los extraños sino que “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">huirán</i></b>” de ellos aterradas (10,5b). Una cosa es la indiferencia frente al extraño y otra es la fuga. Esta última actitud puede ser leída en dos planos: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><ul style="margin-top: 0cm;" type="square"><li class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Teniendo en cuenta que no se reconoce la voz de los extraños, se puede entender como capacidad discernimiento por parte del discípulo del Señor: el discípulo aprende a distinguir lo que proviene y lo que no del Señor.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Teniendo en cuenta la connotación del término fuga, como carrera en vía contraria, se puede entender como un apartarse decididamente o, mejor aún, como toma de decisión radical y profética frente a todo aquello que no va de acuerdo con el camino de vida. </span></li>
</ul><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Hay que tener presente que gracias a la familiarización con la voz de Jesús es que es posible detectar las voces seductoras que proponen caminos de muerte: ¡la escucha del Señor es la escuela de los auténticos profetas!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.3. Interludio: la incomprensión del auditorio (10,6)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“<sup>6</sup>Jesús les dijo esta parábola, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">pero ellos no comprendieron lo que les hablaba”</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El relato de la parábola parece darse por concluido (el P.Alonso-Schökel hablaría más bien de la “primera variación” de la parábola). En realidad se trata de una pausa en la que el reflector se proyecta sobre el auditorio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La comparación propuesta en Jn 10,1-5 es llamada aquí con término griego “Paroimía”, el cual puede significar en primer lugar: proverbio o acertijo; aunque según la terminología adoptada para los otros evangelios, bien cabe el término “parábola”. No entramos aquí en consideraciones sobre el género literario “parábola”, más bien llamamos la atención –como es evidente- sobre el hecho de que se trata de una enseñanza que requiere ejercicio de “conocimiento” (como aparece literalmente en griego): “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pero ellos no conocieron (o reconocieron) lo que les hablaba</i></b>” (10,6b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Situándonos sobre este plano del “conocimiento” el evangelista nos invita a una correlación entre la actitud de las autoridades religiosas judías, quienes son los interlocutores de Jesús (Jn 9,39-41), y los comportamientos descritos en la parábola (Jn 10,1-5).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En pocas palabras: las ovejas oyen la voz del pastor (v.3b-4), pero los fariseos no oyen su voz, no reconocen lo que les está diciendo. De esta manera el v.6 parece estar identificando a los fariseos (ver Jn 9,40) con los “ladrones y salteadores” de Jn 10,1.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esto se hace más evidente si observamos el comportamiento de Jesús, y al mismo tiempo el de las autoridades religiosas, en el relato del ciego de nacimiento: (1) Jesús se ha ocupado de la oveja, la ha curado (ver Jn 9,6-7) y luego la ha buscado (9,36); (2) los fariseos, por su parte, la han rechazado (9,34). En cuanto el ciego curado parecía cada vez más seducido por Jesús, los fariseos se mostraban más hostiles. El punto es claro cuando llegan a decirle al ciego curado: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés</i></b>” (9,28).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esta actitud de los adversarios de Jesús frente a su revelación y a su consecuente seguimiento, se devuelve como un boomerang hacia ellos: se han convertido en los “extraños” a los cuales no hay que reconocer.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Vale la pena traer a colación aquí el excelente comentario de la biblista Pheme Perkins, quien anota sobre Jn 10,6: “Para el lector que acaba de ser informado de la ceguera de los fariseos, resulta evidente que el autor le está aconsejando que no preste atención a las enseñanzas de los fariseos” (NCBSJ).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.4. Aplicación: una clara y directa auto-presentación de Jesús </span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Después de la parábola dirigida a los fariseos “ciegos” que habían expulsado al ciego curado por Jesús, comienza la segunda parte del texto seleccionado para hoy, en la cual Jesús se compara a sí mismo con la puerta: en contraposición con los otros que son ladrones y salteadores, él conduce a la vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esta segunda parte del pasaje comienza llamando la atención del lector con una fórmula solemne similar a del comienzo de la parábola: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">En verdad, en verdad os digo</i></b>” (10,7ª; ver 10,1ª; se traduce: “les aseguro que…”). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Enseguida, y sin más preámbulos, Jesús se revela como el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo soy</i></b>”. Se afirma así la identidad trascendente de Jesús, ya que el “Yo soy” es una alusión al nombre de Yahvéh en Éxodo 3,14. De ahí su importancia absoluta y determinante para la salvación:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo soy la puerta de las ovejas… Si uno entra por mí estará salvo</i></b>” (10,7b.9ab).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l1 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia</i></b>” (10,10).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Una importante revelación de Jesús (que sólo será completa con la lectura de Jn 10,11-18) está enmarcada entre estas dos afirmaciones.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Si observamos con cuidado el texto notaremos que en los vv.7-9 predomina el verbo “ser” (“yo soy”, v.7; ellos “son”, v.8; “yo soy”, v.9) y en el v.10 el verbo “venir” (“el ladrón no viene más que a…”, v.10ª; “Yo venido para…”, v.10b). Así como en la parábola de Jn 10,1-5, se distinguen también aquí dos partes en la que se juegan contraposiciones. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.4.1. “Yo soy la puerta…” (Jn 10,7-9)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">“En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">8</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">9</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES" style="font-size: 11pt;">Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La imagen de la puerta había aparecido antes en Jn 10,1-2, allí era el lugar de entrada correcto para acceder al redil. Ahora se da un paso adelante: Jesús es esta puerta. Un antecedente bíblico puede ser el Salmo 118, el cual quizás fue interpretado como profecía mesiánica –siempre bajo la luz de la Pascua- en el cristianismo de los orígenes, particularmente el v.20: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aquí está la puerta de Yahveh, por ella entran los justos</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esto quiere decir que solamente a través de Jesús se puede tener el acceso adecuado a las ovejas y que por medio de él las ovejas pueden salir hacia los espacios amplios de la vida representados en las verdes praderas, como se describe en Jn 10,9.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los que vinieron antes de Jesús son calificados de “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">ladrones y salteadores</i></b>”. Los que antes de Jesús han conducido al pueblo de Dios, específicamente estos dirigentes que tiene ante sus ojos y que lo rechazan a él así como a quienes comienzan a aceptar su revelación (por ejemplo, el ciego de nacimiento), ya no son reconocidos como sus dirigentes: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">las ovejas no les escucharon</i></b>”. Y puesto que no han entrado por la puerta, no tienen ningún derecho sobre las ovejas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Detrás del calificativo de “ladrones y salteadores” se dejan sentir la gravedad de la irresponsabilidad del líder religioso frente a su comunidad, como dice D. Moloney, se han convertido en “proveedores de una esperanza mesiánica para su propio beneficio”. Pero las ovejas ya han comenzado a no prestarles atención (ver Jn 9,24-33) y a seguir a Jesús (ver Jn 9,38).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">¿Qué está sucediendo ahora con Jesús? El v.9 retoma el v.7 para explicarlo: Jesús es el mediador (=“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">por medio de mi</i></b>”, v.9b; es el sentido de una puerta) que va a proveer a las ovejas con todo lo que necesitan para vivir y con quien el redil se encuentra protegido y seguro. Es decir, que quien “entra” se salva por medio de él y quien “sale” encuentra un ámbito de vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús es la mediación de la vida. Y todo esto gracias a la voz que es escuchada y seguida: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo se hizo <u>por medio de</u> ella </i></b>(la Palabra)<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">… En ella </i></b>(la Palabra)<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> estaba la vida / y la vida era la luz de los hombres… La gracia y la verdad nos han llegado <u>por medio de</u> Jesucristo</i></b>” (Jn 1,3.4.17).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El “entrar” y “salir” connota también la libertad de la que se habló en la parábola, en Jn 10,3b-4 (verbo “sacar”). La puerta permanece grande y abierta, las ovejas van y vienen, no son aprisionadas sino que se las hace salir y son siempre conducidas por aquel a quien escuchan. Entre libertad y vida se establece una estrecha relación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y el don de Dios se da con toda magnanimidad. Valga recordar que la imagen del “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">encontrará pastos</i></b>” (v.9d) parece retomar la promesa de Dios en Ezequiel 34,14 que se había convertido en anhelo del Pueblo de Dios: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las apacentará en buenos pastos, /y su majada estará en los montes de la excelsa Israel. /Allí reposarán en buena majada; /y pacerán pingües pastos por los montes de Israel</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Es al servicio de esto que debían ponerse todos los pastores de Israel. Y es aquí donde la manera de realizar la misión en función del pueblo se pone en cuestión.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.4.2. “Yo he venido para…” (Jn 10,10)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Lo que Jesús “es” se realiza en la misión para la cual ha “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">venido</i></b>”. Las frases contrapuestas “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El ladrón no viene más que a…</i></b>” / “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo he venido para…</i></b>” ponen ante nuestros ojos –en forma comparativa- dos maneras de presentarse ante las ovejas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los verbos “robar”, “matar” y “destruir” aplicados al ladrón, señalan que no hay nada vivificante en ellos. Correlacionemos con el v.8: los que habían venido antes de Jesús y se presentaban ante el pueblo como sus servidores no le ofrecían la vida que necesitaban sino que se valían de él para mantenerse en su posición de privilegio. Los fariseos y dirigentes del pueblo quedan definitivamente descalificados como pastores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los tres verbos de negación de vida de la oveja que tiene como sujeto al ladrón, se contraponen a uno solo que tiene como sujeto a Jesús: “Dar Vida”. Ahora se dice de forma explícita: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo he venido para tengan vida y la tengan en abundancia</i></b>” (10,10). Y no sólo un poquito sino en abundancia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esta será la pretensión inaudita de Jesús, la que será motivo de confrontación cada vez más fuerte con sus adversarios, la que le llevará finalmente hasta la muerte en la cruz, en la cual –paradójicamente- efundirá esa vida abundante sobre la humanidad entera, dando vida con su propia vida.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">3. Releamos el Evangelio con un Padre de la Iglesia</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 1pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Los fariseos dijeron que no eran ciegos; pero, para ver, tenían que convertirse en ovejas de Cristo. Y como pretendían tener la luz ellos se enfurecían contra el Día.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 1pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Fue precisamente para responder a su vana, soberbia e incurable arrogancia, que el Señor pronunció palabras que son para nosotros, si bien las consideramos una advertencia saludable. </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 1pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 1pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En verdad, hay muchos que, según un cierto ideal de vida, pasan por hombres de bien y honestos, por mujeres virtuosas e irreprensibles; son observantes de todo lo que la ley prescribe: respetan a sus padres, no son adúlteros, no matan, no roban, no dan falso testimonio contra nadie y parece que observan todos los otros preceptos; todavía no son cristianos. Y hasta llegan frecuentemente a vanagloriarse como los fariseos: ‘¿Por ventura también nosotros somos ciegos?’ (Juan 9,40).</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 1pt 0pt 0cm; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Teniendo en cuenta, con todo, que todas esas cosas no tienen valor, ya que ellos las realizan sin referencia al fin último, en la lectura de hoy el Señor presenta una parábola que se refiere al rebaño y a la puerta por donde entra en el redil. Los paganos tiene pues bellos discursos: ¡Nosotros vivimos honestamente! Pero, si no entran por la puerta, ¿de qué les sirve aquello de que se glorían? El vivir honesto debe garantizar la posibilidad de vivir siempre; pero si no sirve para vivir siempre, ¿entonces para qué sirve? Ni se puede decir que viven honestamente aquellos que por ceguera ignoran o por orgullo desprecian la finalidad del vivir honestamente. Y nadie puede tener la esperanza verdadera y cierta de vivir eternamente si no reconoce la vida que es Cristo y no entra por la puerta en el redil”</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(San Agustín, “In Ioan.” Tr. 45,2-3)</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">4. </span><b><span lang="ES-CO" style="mso-bidi-font-style: italic;">Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.1 ¿Qué pastores se han hecho cargo de mí? ¿Por qué les debo gratitud?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.2 ¿Qué caracteriza los cuidados que Jesús ofrece como “Buen Pastor”? </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.3. ¿Intento ordenarle a Jesús qué es lo que debe darme? ¿Me dejo guiar por Él?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.4. ¿Qué quiere decir la frase “Yo soy la Puerta”?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.5. ¿Cuáles son las lecciones del Evangelio de hoy para mi vida como responsable de una comunidad o de una familia?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">P. Fidel Oñoro, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Anexo 1</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pistas para las otras lecturas del Domingo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Sumario</span></u></b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">: Los libros de la primera alianza presentan a Dios como un buen pastor. “El Señor es mi Pastor, nada me falta”, canta el Salmo 23. En el Evangelio de Juan, Jesús se presenta, por su parte, como el Buen Pastor que vino al mundo para que todos tengamos vida y vida en abundancia. Esta imagen es retomada en la carta de Pedro: “Ustedes andaban errantes como las ovejas, pero en el presente han regresado al pastor que vela sobre ustedes”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En el discurso de Pentecostés, Pedro presenta la nueva figura de Jesús crucificado:”Dios lo constituyó Señor y Cristo”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Primera lectura: Hechos 2, 14ª.36-41</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Al final del discurso del día de Pentecostés, Pedro subraya dos puntos: (1) que ellos, sus oyentes, tienen que ver con la crucifixión de Jesús y (2) que Dios resucitó a Jesús.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pedro no quiere aplastar a su auditorio bajo el peso del remordimiento, sino poner en evidencia la obra realizada por Dios: aquél a quien crucificaron fue constituido “<b><i>Señor y Cristo</i></b>”. Dos títulos reales atribuidos al Jesús. El título “Señor” tiene una connotación divina: en el Antiguo Testamento se utiliza para referirse al Dios de Israel (traduce el nombre de Yahvé). El título “Cristo” afirma el mesianismo de Jesús, ahora plenamente realizado por su muerte y resurrección.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La afirmación del Señorío de Cristo es dicha con tal fuerza y convicción que los oyentes se sienten conmovidos. Ellos comprenden que la adhesión a la nueva fe supone un cambio en sus vidas. Creer en Jesús Señor sin que esto cambie algo en el comportamiento del creyente no tiene ningún sentido. Pedro pide a sus oyentes que le den un giro a sus vidas (este es el sentido etimológico de “convertirse”). Dar un giro (como si fuera media vuelta) sobre el camino del mal para ponerse de cara a Dios. Es así como se obtiene el perdón de los pecados y la reconciliación con Dios, pero igualmente el Espíritu Santo, el don supremo que hace participar al creyente en la misma vida de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La fe en Cristo Señor no lleva necesariamente a romper con la fe de Israel sino a meditar las lecciones de la Escritura. El término “gente perversa” describe el comportamiento de los hebreos cuando atravesaban el desierto guiados por Moisés: ellos se le rebelaron a Moisés. El Salmo 78,8: “<b><i>generación rebelde y revoltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Dios</i></b>”. Pedro invita a no repetir este comportamiento sino a poner la confianza en Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La predicación de Pedro tiene éxito: mucha gente adhiere al Señor Jesús mediante el bautismo, una vez que le preguntan: <b><i>“¿Qué tenemos que hacer?</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES">Salmo responsorial: Salmo 23</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Este Salmo es uno de los más célebres del salterio. Las tres primeras estrofas (vv.1-4) desarrollan la idea de un viaje guiado por la imagen de un Dios pastor de su pueblo. Esta imagen se aplica bien al Dios del éxodo, quien libera a su pueblo y lo conduce a través del desierto hasta una tierra que mana leche y miel. Tiene en cuenta en el camino todo lo que puede nutrir a su pueblo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En una relectura cristiana, este Salmo puede prestarse para una lectura más personal. Dios conduce a su fiel sobre los senderos de la vida, le indica el camino justo y, más allá de los límites de la muerte, lo conduce en los verdes prados de la bienaventuranza eterna.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Las dos últimas estrofas (vv.5-6) se apoyan en otra imagen: la del anfitrión que acoge a su invitado con los brazos abiertos. Según los ritos orientales, le ofrece exuberantemente perfume y vino. En su mesa, lo invita a sentarse con seguridad, sus enemigos no podrán contra él. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En la última estrofa, el lugar de acogida es preciso: el Templo. Allí el salmista desea terminar sus días. Con sus dos compañeras, “bondad” y “misericordia”, el orante consigue llegar a la presencia de Dios, donde no falta nada, donde alcanza la realización de todas sus búsquedas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En este domingo del Buen Pastor, aplicamos también este Salmo a Jesús, quien nos lleva por los caminos de la vida. Con Él, la bondad y la misericordia nos acompañan todos los días. Las fauces de la muerte no nos podrán engullir. Jesús nos conducirá hasta la casa del Padre, allí donde una copa desbordante nos espera.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES">Segunda lectura: 1 Pedro 2,20b-25</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Pedro se dirige a una comunidad perseguida. No les hace una apología del sufrimiento, más bien muestra su valor para aquellas personas que se sienten escandalizadas por esto. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Como idea central del pasaje, Pedro propone vivir el sufrimiento a la manera de Jesús: no hay que responder mal por mal, no se trata de aniquilar al adversario. En Cristo nada es “contra” nosotros sino que todo es “por nosotros”; el corazón purificado de toda venganza se llena de confianza en el Dios en quien apoya su vida. Esto es posible porque el Padre siempre ha hecho triunfar su misericordia y su salvación, que son los dos aspectos de la “justicia”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Observemos de cerca el texto: en los versículos 21-25 encontramos un himno cristiano antiguo en el que, después de una introducción (v.21), se hace una relectura del Isaías 53, aplicándole a Jesús la profecía del Siervo de Yahvé.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La razón por la cual se escoge esta lectura para hoy está en la última frase: “<b><i>Andaban extraviados como ovejas, pero ahora volvieron al pastor y guardián de su vida</i></b>” (v.25). Estas “ovejas”, que en otro tiempo estaban desgarradas (se refiere a los destinatarios de la carta: los oyentes de esta “homilía pascual”), ahora son el rebaño de Jesús , quien es el pastor y el guardián (literalmente en griego: “obispo” o “supervisor”).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES">(J.S. – F.O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES">Anexo 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES">Una base para homilía</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El Pastor de los pastores</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Después de habernos presentado durante tres domingos la resurrección del Señor, a través de los relatos de sus manifestaciones a los discípulos, la liturgia de hoy nos invita a contemplarlo viviente en calidad de pastor de la Iglesia, ‘Pastor de los pastores de las ovejas’ (Hebreos 13,20), que le indica al rebaño y a los pastores el camino a seguir.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Estamos en Jerusalén, y Jesús acaba de curar a un ciego, un día sábado, suscitando la indignación de los fariseos. Para revelar la autoridad que lo capacita para actuar de esta manera, Jesús pronuncia su discurso sobre el ‘Buen Pastor’. Israel conocía la vida de los pastores: por eso había llegado a dirigirse a Dios como ‘Pastor de Israel’ (Salmo 80,1), capaz de conducir a quien confía en él ‘sobre el sendero justo, por prados de hierba fresca y hacia aguas tranquilas’ (Salmo 23,1-3).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Para llevar a cabo su obra, Dios se sirvió también de pastores humanos, quienes debían ser mediadores de su amor, pero a que a veces terminaban ‘haciendo perecer y dispersar al rebaño’ (Jeremías 23,1). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La fórmula solemne, ‘en verdad, en verdad les digo’, con la cual Jesús abre su revelación, es una invitación para nuestras mentes y nuestros corazones. La primera parte de su discurso está centrada en la contraposición entre el verdadero pastor y quien, aún haciéndose llamar como tal, se comporta como un ladrón y mercenario. El pastor entra en el recinto de las ovejas a través de la única entrada legítima, la puerta, mientras que el ladrón entra furtivamente, por otro lado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Todo lo que sigue es consecuencia: el portero guardián -es decir, el Padre- le abre al pastor, el cual llama una por una las ovejas, las conduce fuera y camina delante de ellas. Ellas, en respuesta, lo siguen porque escuchan y conocen su voz. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">De esta manera aparece descrita nuestra relación con Jesús, el único pastor verdadero de nuestras vidas: una relación hecha de escucha, conocimiento y seguimiento confiado, imposible de instaurar con otra imagen: ‘En verdad, en verdad les digo: yo soy la puerta de las ovejas… Si uno entra a través de mí, será salvado; entrará y saldrá y encontrará pastos’. Las dos imágenes. la del pastor y la de la puerta, se yuxtaponen: Jesús es ‘el buen pastor que ofrece la vida por las ovejas’ (Jn 10,11) y es el camino que conduce hacia el Padre, el camino convertido en puerta para nosotros. Él es al mismo tiempo el mediador de la salvación y la salvación misma: el estilo con el cual vivió su existencia se ha convertido en el camino sobre el cual somos llamados para caminar nosotros los discípulos, si es queremos ver salvada nuestra vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Al contrario, dice Jesús, ‘todos los que han venido antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no los han escuchado’. Aquí Jesús no se refiere a los personajes de la primera alianza. De hecho, a través de él han pasado los pastores y los profetas fieles e Israel, desde Abraham hasta Juan Bautista, pero otros han venido con pretensiones injustificadas: los falsos mesías y profetas que buscaban su propia gloria. Los falsos pastores que fueron criticados duramente por Jeremías y Ezequiel.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero la mirada de Jesús está puesta ante todo en los pastores de su Iglesia: ‘El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir, yo he venido para tengan vida’. Aquellos que en la Iglesia ejercen el servicio de guiar la grey son advertidos: la alternativa es entre ser los pastores que se ocupan de las ovejas con amor y les dan la vida en abundancia, o ser ladrones y bandidos que se preocupan de apacentarse a sí mismos. Y el modelo que se pone ante sus ojos es uno solo: Jesús, ‘el Pastor de los pastores’ (1 Pedro 5,4), quien ‘sintió compasión cuando vio a las multitudes, porque andaban como ovejas sin pastor’ (Mc 6,34).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Enzo Bianchi, Comunidad de Bose)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span></i></b><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">Anexo 3</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES">Pistas para los animadores de la liturgia</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La figura de Cristo, considerado en su relación con cada creyente y con la Iglesia toda, domina toda la liturgia de este domingo. Jesús es la Puerta. Las puertas de nuestros templos nos recuerdan esta verdad. Pero, entre todas, la principal<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>debe ser para todos los fieles un llamado a entrar por Cristo, “Puerta” que nos conduce con seguridad al redil acogedor del Padre, para saborear la abundancia del alegre festín de la salvación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús “llama a las ovejas por su nombre”, dándole a cada uno una “vocación” singular. Por eso este día se celebra la Jornada Mundial de las Vocaciones, sobre todo aquellas para una consagración especial: no se trata únicamente del llamado para ministerio sacerdotal sino también de todas las vocaciones que el Pastor suscita para seguirlo con radicalidad. Leamos personalmente y en comunidad el Mensaje que nos ha dirigido este año el Papa Benedicto XVI con motivo de esta Jornada: “Las vocaciones al servicio de la Iglesia-Misión”</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La celebración litúrgica de la misa dominical no dejará ciertamente de dar expresión a la solicitud de Cristo y de la Iglesia por las vocaciones. Sobre todo la homilía, más que una disertación sobre el tema, debe celebrar a Cristo: es Él quien llama y es Él el modelo. Hay que valorar también la oración de los fieles, en un vaivén fecundo entre la Palabra proclamada y las necesidades sentidas del Pueblo de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">IV</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Para los lectores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Primera lectura: El texto tiene una variedad de voces y de tonos: el narrador, el discurso de Pedro, el diálogo de los oyentes con los apóstoles. El lector sabrá, sin exceso de teatralidad, modular su voz. Atención con algunas palabras: “crucificaron”, “traspasaron”, “los seguía urgiendo” (persuadía), etc.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Segunda lectura: Atención con la división del texto: Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro///// Queridos hermanos/// …paciencia/ …hacer el bien// (seguir distinguiendo las pausas hasta el final, no es un texto fácil).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(V.P. – F.O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">Anexo 4</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Oremos por las Vocaciones</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Este domingo le pedimos al Señor “pastores” para su Iglesia. Pero no sólo un gran número sino sobre todo pastores de calidad, personas que lleven en su corazón lo que Jesús tenía en el suyo: más amigos que maestros, más acompañantes que vigilantes, más educadores de la libertad que normativos, sobre todo personas respetuosas, afectuosas, que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>enseñan más por lo que son que por lo que dicen. En otras palabras, vocaciones santas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-indent: 35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">“Señor Jesucristo, Buen Pastor (Jn 10,1ss)…</span></i><span lang="ES"> <br style="mso-special-character: line-break;" /><br style="mso-special-character: line-break;" /></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">que dijiste ‘Rogad al Dueño de la mies, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">que mande obreros a su mies’ (Lc 10,2),<br />
te pedimos suplicantes, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">por intercesión de la bienaventurada Virgen María, tu Madre, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">y con todos los santos sacerdotes, <br />
que envíes a tu viña obreros fieles, <br />
que hagas a todos los sacerdotes dignos ministros </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">de los sagrados altares (Hb 8,2),<br />
y concede a tu Iglesia muchos otros sacerdotes </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">y pastores según tu Corazón (Jr 3,15),<br />
para que contigo y con ellos merezcamos ofrecer al eterno Padre </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 70.8pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">la hostia de la alabanza eterna (Sal 115,17; Ef 5,2; Hb 13,15).<br />
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES">(San Juan Eudes)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-15465190431754744492011-04-26T12:40:00.000-07:002011-04-26T12:40:36.614-07:00Tercer Domingo de Pascua<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Estudio bíblico de base para la Lectio Divina del Evangelio del Domingo</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Tercero de Pascua – Mayo 8 de 2011</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">EN EL CAMINO DE EMAÚS:</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Un itinerario de fe pascual que transforma el corazón</span></b></div><div class="MsoHeading7" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Lucas 24, 13-35</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Caminaban, muertos, junto a un viviente; </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">caminaban, muertos, junto a la vida. </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Junto a ellos caminaba la vida”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(San Agustín)</span></i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><stroke joinstyle="miter"></stroke><formulas><f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></f><f eqn="sum @0 1 0"></f><f eqn="sum 0 0 @1"></f><f eqn="prod @2 1 2"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @0 0 1"></f><f eqn="prod @6 1 2"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></f><f eqn="sum @8 21600 0"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @10 21600 0"></f></formulas><path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"></path><lock aspectratio="t" v:ext="edit"></lock></shapetype></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Y al punto se les abrieron a ellos los ojos y lo reconocieron”</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">Comencemos con esta maravillosa oración preparada por Frey Carlos Mesters:</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">“Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que nos ayude a leer la Escritura con los mismos ojos con que Tú se la leíste a los discípulos sobre el camino de Emaús.</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dramáticos de tu condena y muerte. Así, la Cruz que parecía ser el fin de toda esperanza, apareció ante ellos como fuente de vida y de resurrección.</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Que tu Palabra nos oriente de manera que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniarle a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Te lo pedimos a Ti, Jesús, hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.”</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><b><span lang="ES-CO" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span></b><br />
<div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-style: italic;">Introducción</span></b></div><div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">U</span></i></b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">no de los relatos de apariciones de Jesús Resucitado más leídos y amados es el de los discípulos de Emaús. Su lectura en este domingo marca un hito importante dentro del itinerario de fe y vida que estamos haciendo en la Pascua de este año.<b><i></i></b></span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El relato está construido sobre el tema del “camino”, en un itinerario de ida y vuelta, dos veces pasan por el mismo camino. El punto de referencia es la ciudad de Jerusalén, donde todavía está fresco el acontecimiento de la Pasión. La aldea de Emaús marca el punto de giro. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Inicialmente los dos discípulos, Cleofás (abreviación de Cleópatro) y su compañero, se alejan de Jerusalén profundamente desilusionados a causa de la crucifixión de Jesús: “<b><i>Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba once kilómetros de Jerusalén</i></b>” (24,13). Al final, en una narración cargada con breves y precisas pinceladas, se les describe regresando completamente felices como portadores del anuncio pascual en medio de la comunidad reunida en la Ciudad Santa: “<b><i>Levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén… Contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan</i></b>” (24,33.35).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Entre estos dos momentos se sitúa bellísimo itinerario de conversión pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús se une a ellos discretamente y los acompaña en el caminar, sin hacerse reconocer, hasta el momento de la cena en Emaús, en la cual los ojos de ellos descubren al Resucitado: “<b><i>Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron</i></b>” (24,31ª).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En esencia el relato da los siguientes pasos:</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Dos discípulos que se alejan de la comunidad y regresan al que quizás sea su lugar de origen, discuten amargadamente sobre los eventos de la Cruz.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Jesús, entrando en el camino sin dejarse reconocer, interviene inicialmente para hacerlos repetir la historia una vez más. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Luego toma la palabra para abrirles una nueva perspectiva. Les muestra, partiendo de las Escrituras, que el camino de sufrimiento recorrido por el Mesías era querido por Dios.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Después de larga caminata escuchándolo, y cuando llegan a su destino, los discípulos lo invitan a pasar la noche en su casa y a compartir su mesa. Allí él se les da a conocer en la “Fracción del Pan”. Al reconocer al Señor resucitado, ellos comprenden que el fin del camino recorrido por Jesús en su ministerio no era la muerte, sino la gloria.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Entonces regresan a Jerusalén y anuncian su experiencia: el encuentro con el Resucitado.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; font-size: 10pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En el mismo día están de nuevo en el punto de partida: no ya como sobrevivientes desilusionados, sin fuerza ni coraje, sino como mensajeros de la resurrección.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Vamos a leer el texto señalando algunos puntos fundamentales.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">1. Dos discípulos, bajo el escándalo de la Cruz, toman distancia de Jerusalén y de la comunidad (24,13-27)</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El evangelista sitúa a los discípulos inmediatamente en el escenario del camino: “<b><i>iban… a un pueblo llamado Emaús</i></b>” (24,13). La distancia no es excesiva, se encuentra en los alrededores de Jerusalén.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Tres pequeños cuadros nos presentan lo sucedido en el viaje hasta Emaús.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">1.1. Primer cuadro: Una acalorada discusión entre los dos durante el viaje (24,15-18)</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">La primera imagen que aparece es la de cómo a lo largo del camino los dos discípulos llevan como tema de conversación la suerte de Jesús: “<b><i>Conversaban y discutían entre sí sobre todo lo que había pasado</i></b>” (24,14).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Con la entrada de Jesús en ese camino, también nosotros resultamos involucrados en el asunto y podemos conocer de cerca lo que le sucede a los dos peregrinos de Emaús.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">La actitud ante la Cruz</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Su lectura de los acontecimientos en principio es negativa. Tres detalles nos permiten ver su estado de ánimo: </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">(a) “<b><i>Conversaban y discutían</i></b>” (24,15ª), donde el término “discutir” describe un debate acalorado entre ellos (el mismo término aparece en Hechos 15,2: una agitación en la comunidad). </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">(b) “<b><i>Pararon con aire entristecido</i></b>” (24,17): la tristeza se les notaba en el rostro.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">(c) Su primera reacción poco amable ante la pregunta de Jesús: <b><i>“¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?</i></b>” (24,20b). Es de tan vital importancia el asunto para ellos que les parece extraño que haya alguno que aparentemente no lo sepa.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Lo que reiterativamente hablan entre sí se lo repetirán al viajero que se ha unido a ellos, siguiendo su mismo paso, pero sin revelar su identidad (24,15). La mirada todavía fija en una Cruz que no logran comprender no les permite captar al Resucitado (24,16). </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">¿Qué hay detrás de esta actitud?</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Ellos están viendo la Cruz desde su lado oscuro. Están en la misma línea de la comunidad cuando escuchaba los anuncios de la Pasión: “<b><i>les estaba velado de modo que no lo comprendían… las palabras les quedaban ocultas</i></b>” (9,45; 18,34). </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">De hecho, ellos siguen viendo la pasión de Jesús desde su perspectiva, es decir, a partir de sus expectativas desilusionadas. Estos dos discípulos se habían quedado en Jerusalén esperando hasta el tercer día después de la crucifixión (24,21). Al no suceder lo que esperaban, pierden toda esperanza y se van. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">1.2. Segundo cuadro: una lectura retrospectiva de los hechos (24,19-24)</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Con todo, no consiguen sacarse de la cabeza lo que les ha pasado en los días anteriores. La pregunta de Jesús los lleva a exteriorizar todo: hacen una síntesis del tiempo transcurrido, de las experiencias compartidas con Él, de las esperanzas puestas en Él.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El gran profeta…</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Lo habían conocido como gran “<b><i>profeta poderoso en obras y palabras</i></b>” (24,19), como aquel que podía guiarlos y ayudarlos. Es decir, lo habían visto como un Mesías que habría liberado a Israel de todos los enemigos y había establecido abiertamente y definitivamente el Reino de Dios: “<b><i>Nosotros esperábamos que sería el que iba a librar a Israel…</i></b>” (24,21).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Crucificado…</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En cambio Jesús, después de ser juzgado por las autoridades, fue crucificado (24,20). Lo curioso es que a pesar de eso, continúan creyendo que fue un gran profeta enviado por Dios. Al fin y al cabo, ¡Él sufrió la suerte de tantos profetas! </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Pero el asunto es más de fondo y es que si se trata de reconocerlo como Mesías, al respecto ya no hay nada de qué hablar. ¡Un hombre que ha sido crucificado y matado no puede ser el Mesías! ¡De Él no se puede esperar plenitud de vida por medio del poder de Dios!</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Los extraños eventos de la mañana…</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El anuncio que las mujeres trajeron de la tumba vacía y de la aparición de un ángel volvió a encenderles la esperanza: “Él vivía” (24,22-23). Pero esto no los ayuda a seguir adelante. Los discípulos que fueron a comprobar este mensaje encontraron la tumba vacía; pero “ver” a Jesús en persona fue imposible (24,24).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En pocas palabras, esta mirada retrospectiva refiere la historia de una gran esperanza y de una desilusión aún mayor que se concentra en estos dos hechos: (1) Jesús murió en una cruz, y (2) ya no es posible verlo en ninguna parte. La muerte de Jesús en la cruz y su aparente ausencia permanecen para siempre como piedra de escándalo.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Los dos discípulos están convencidos de que Jesús no puede ser el Mesías y que deben esperar otro. Pero, hay que notarlo, todo su pensamiento y su conversación continúa concentrado sobre él. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">1.3. Tercer cuadro: una nueva luz sobre la Cruz presentada por Jesús (24,25-27) </span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Ahora Jesús toma la palabra. Él les presenta su punto de vista apoyándose en una lectura de las Escrituras. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Para ello primero los sacude para que dejen de lado a dureza de corazón y se abran a la manera como Dios se revela generosamente en la Escritura.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Enseguida el Resucitado en persona los introduce a la comprensión de su camino que ellos vieron terminar en la Cruz. Les hace entender que la Cruz hay que verla desde la lógica salvífica de Dios revelada en las Escrituras: “<b><i>Empezando por Moisés y continuando por todos los profetas</i></b>” (26,26). A la luz de los sufrientes servidores de los propósitos salvíficos de Dios en la historia de Israel, se comprende que su muerte en una cruz no es un fracaso, sino la expresión de su fidelidad incondicionada hacia Dios. De consecuencia, su camino no termina con la muerte, sino que a través de ella Él “<b><i>entra en la gloria</i></b>”, en la comunión eterna con Dios (25,26).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Jesús es verdaderamente el “<b><i>Mesías</i></b>” (el “<b><i>Cristo</i></b>”), y lo es precisamente en cuanto Crucificado. Por medio de Él, que ha renunciado a todo, incluso a su vida, y se ha atenido únicamente a la voluntad del Padre, se manifiesta la plenitud de la potencia de Dios, que les ha hecho el don de la vida eterna.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El camino del sufrimiento muestra que Él no es el Mesías del reino y del bienestar terreno. Su perspectiva es más profunda: por medio de él la potencia de Dios le da plenitud de vida más allá de la muerte, en la comunión eterna y gloriosa con Él. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Jesús les enseña qué es lo que se puede esperar de él con la mayor confianza y cuáles son las expectativas que hay que dejar de lado.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">2. La cena en Emaús: el momento cumbre del proceso de desvelamiento del sentido de la Cruz (24,28-32)</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En la encrucijada</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Hasta ahora Jesús siempre ha tomado la iniciativa, cuando están cerca de su lugar de destino Él deja que sean los dos discípulos los que le pidan que se quede con ellos. Por eso “<b><i>hizo las veces de quien sigue adelante</i></b>” (24,28).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús no quiere imponerles nada; su presencia y su cercanía deben ser solicitadas. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En la mesa</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">A la hora comer juntos, Jesús ocupa el lugar de la presidencia en la mesa y hace el rito del partir el pan: “<b><i>Tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando</i></b>” (24,30). La repetición de los gestos de la última cena (22,19), asociados con el contexto mesiánico en el que los hizo cuando la multiplicación de los panes y los peces (9,16), revelan el sentido positivo de la Pasión: la “entrega por” los demás. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Entonces lo reconocen (“<b><i>entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron</i></b>”, 24,31), pero Él desaparece de su presencia, porque ya logró su finalidad. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">¡Los dos discípulos lo han visto personalmente y saben que está vivo! Saben que el Resucitado les explicó su destino de sufrimiento y las Escrituras. Saben que su camino es querido por Dios, y conduce a la vida. Saben que en la cena los ha atraído de nuevo a la comunión con Él. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Una nueva conversación entre los dos discípulos</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Su diálogo, su compartir estrecho escrutando las Escrituras, la mesa compartida, toda esta experiencia los ha transformado. Su mente, su corazón, su vida entera –antes incapaz de percibir su nueva forma de presencia- ha estado en contacto con Él. Sobre esta vivencia los discípulos fundarán su porvenir.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El camino del Crucificado –ahora visto de manera completa- les ha permitido ver al Resucitado. Y al mismo tiempo, el Resucitado les ha permitido ver el sentido del Crucificado. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Si la relación de los discípulos con Jesús se caracterizó hasta su muerte, por su presencia visible, ahora comprenden que el Resucitado ya no estará presente de manera visible junto a ellos pero que esto no quiere decir que no esté. Al estar caminando junto con ellos, el mismo Jesús los introdujo en una nueva forma de comunión con Él, caracterizada por la certeza de que su vida perfectamente realizada: “¡El Señor ha resucitado verdaderamente!”. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El resucitado ha desaparecido de la percepción de sus ojos físicos, pero permanece junto a ellos a través de la lectura comprensiva de las Escrituras, de lo cual les hizo su don, y de la “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fracción del Pan</i></b>”. Por medio de esta mediación no sólo tienen acceso a la persona de Jesús sino al sentido de vida y de su misión entera: ese paradójico camino querido por Dios.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En consecuencia, los discípulos deben continuamente dejarse conducir por Él, no pueden ser “<b><i>insensatos y tardos de corazón</i></b>” (24,25ª). Si la Escritura los llevó a Jesús, también Jesús los llevó a entender la Escritura en su sentido más profundo. Las Escrituras, que revelan el camino de Dios, culminan en la Cruz del Mesías, cuyo sentido está consignado en los gestos y las palabras que Jesús realizó sobre la mesa, esta mesa en la cual gestualmente puso el don de su vida en sus manos. Cada vez que se reúnan para la cena común y especialmente cuando repitan el gesto de la “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fracción del Pan</i></b>”, comprenderán cuán permanente es su amor y su presencia.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Una excelente síntesis</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">La vivencia queda recogida en la inolvidable expresión que recoge la transformación interna obrada en ellos gracias a la comprensión del camino de la Cruz y de la acogida gozosa de su don: <b><i>“¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?</i></b>” (24,32).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">3. El camino de regreso: el gozoso anuncio del mensaje pascual (24,33-35)</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">“<b><i>Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén</i></b>” (24,33). Los discípulos de Emaús vuelven a la comunidad que habían abandonado como portadores del mensaje pascual.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El camino no ha terminado</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">La síntesis final que el evangelista hace nos muestra momento central y más importante del largo camino de los dos discípulos en este inmenso día de Pascua fue aquel en el cual tuvieron a Jesús a su lado. Pero la manera como se elabora esta conclusión nos permite ir más lejos: es interesante notar que llega un momento en el que ellos toman conciencia de lo que significa estar con Jesús antes, durante y después.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Lo vivido en el camino los llevó a ver con nuevos ojos lo que había pasado en el camino precedente con el Maestro hasta el momento de la Cruz. Ahora, después del encuentro en el camino y en la mesa, son capaces de mirar el camino que sigue a continuación: la gozosa comunicación del mensaje pascual. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En el coloquio sobre el camino de Jesús se engloba también la visión de nuestro destino de hombres mortales. Con el anuncio pascual se presenta de manera gozosa la finalidad del camino de Jesús y de nuestro camino como hombres. Esto quiere decir que recorriendo este mismo camino, iluminando cada paso con la luz de la Palabra –comprendida desde el camino mesiánico de Jesús- y haciéndolo expresión de una entrega generosa a la manera del Crucificado, también nosotros compartiremos su destino de “gloria”. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">En fin…</span></i></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Es así como la memoria de lo vivido en el camino se convierte en el programa de un proceso de conversión pascual para todos nosotros: “<b><i>Contaron lo que había pasado en el camino, y cómo le habían conocido en la fracción del pan</i></b>” (24,35).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Todo esto se hace posible a partir del encuentro con el Señor resucitado. Efectivamente así lo hizo también con Simón: <b><i>“¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!</i></b>” (24,34).</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">El Resucitado sigue insertándose en camino de cada persona. El mensaje pascual anunciado de esta manera tan original, como un camino que transforma, nos permite comprender cómo el camino de Jesús en el evangelio y su prolongación en el día de Pascua resplandece como el fin de todos los caminos de Dios. El camino de Jesús se hace luz para todos nuestros caminos. </span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt;">Ahora mismo nosotros no vemos físicamente a Jesús, pero estamos seguros de su presencia y de su compañía. Lo comprenderemos mejor si dejamos que la Escritura y la Fracción del pan nos abran los ojos.</span></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-style: italic;">4. Releamos el Evangelio con un Padre de la Iglesia</span></b></div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“</span></b><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús está presente en la fracción del pan”</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Pues bien, hermanos, ¿cuándo se dejó reconocer el Señor? En la fracción del pan. En nosotros no hay ninguna sorpresa: partimos el pan y reconocemos al Señor. (...) </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Tú, que crees en El, que no llevas en vano el nombre de cristiano; tú, que no entras en <personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</personname> por azar; tú, que escuchas la palabra de Dios con temor y esperanza, hallas consuelo en la fracción del pan.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La ausencia de Dios no es una ausencia. Ten fe, y Él estará contigo, aunque no lo veas. Estos discípulos durante su conversación con el Señor no tenían fe. No creían que hubiese resucitado y no sabían que podía resucitar. Caminaban, muertos, junto a un viviente; caminaban, muertos, junto a la vida. Junto a ellos caminaba la vida. Pero en sus corazones no había renacido vida alguna. Si tú quieres la vida, imita a los discípulos y reconocerás al Señor. </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Le ofrecieron su hospitalidad. El Señor parecía decidido a seguir camino, pero lo retuvieron. Cuando llegaron al término de su viaje, le dijeron: ‘Quédate con nosotros, porque es tarde y el día se acaba’. Retened con vosotros al extranjero, si queréis reconocer al Señor. La hospitalidad les devolvió lo que la duda les había quitado. El Señor se manifestó en la fracción del pan. Aprended a buscar al Señor, a poseerlo, a reconocerlo cuando coméis. Instruidos en esta verdad, los fieles entienden el sentido de este texto mejor que aquéllos que no son iniciados”.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(San Agustín, Sermón 235,3)</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-style: italic;">5. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5.1. ¿Qué caracteriza los diversos trechos del camino de los dos discípulos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5.2. ¿Cómo va evolucionando la relación de los discípulos y Jesús a lo largo de este evangelio?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5.3. ¿Qué significado tiene el reconocimiento del Resucitado para el futuro de la vida de los discípulos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5.4. ¿Cuál es la historia de mi relación con Jesús? ¿De qué experiencias, esperanzas y desilusiones está caracterizada?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5.5. ¿Cómo comprendo de nuevo acerca del Misterio de la Eucaristía, en cuanto sacramento del Crucificado-Resucitado, a partir del pasaje de los discípulos de Emaús?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">P. Fidel Oñoro, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Anexo 1</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pistas para las otras lecturas del domingo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Sumario: </span></b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">El día de Pascua, Jesús resucitado nutrió dos de sus discípulos con su Palabra y con su Pan. Su corazón comienza arder. Ellos regresan por el mismo camino donde sus compañeros que habían abandonado. “Tú nos enseñas el camino de la vida”, dice el Salmo, una expresión que retoma Pedro en su discurso de Pentecostés.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 2,14.22-33</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pedro pronuncia un gran discurso ante los habitantes de Jerusalén. En la primera parte (no presentada en la liturgia de este domingo) explica por qué cada judío de la diáspora, presente en la ciudad con ocasión de su peregrinación de Pentecostés, puede escuchar las maravillas de Dios en su propia lengua. Puesto que es todavía de mañana, no están llenos de vino sino de Espíritu Santo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Sin solución de continuidad, Pedro enseguida aborda el anuncio de Jesús de Nazareth. Resume lo esencial de su vida y pasa enseguida al corazón del anuncio de la nueva fe: la muerte y resurrección de Cristo. Sin detenerse en los detalles, ni precisando el rol de cada uno, dejando de lado el tema de la fuga de los discípulos, Pedro le recuerda a los habitantes de Jerusalén la responsabilidad que tienen en el crimen que se cometió: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ustedes lo entregaron y le quitaron la vida clavándolo en la cruz por mano de paganos…</i></b>”. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Después de una acusación tan grave, se esperaría que Pedro sacase conclusiones en términos de castigo. Pero no va en esa línea. Algo nuevo ha ocurrido: en lugar de punir a los criminales, Dios venció la muerte: “Dios lo resucitó poniendo fin al suplicio de la muerte”. Efectivamente eso es lo que importa: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poniendo fin al suplicio de la muerte</i></b>”, arrancó a Jesús de sus garras y nos ha mostrado “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">el sendero de la vi</i></b>da” para saciarnos “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">de gozo en su presencia</i></b>”. Todo esto lo ha hecho Dios conforme a las Escrituras.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En la última parte del discurso, introducida por la palabra “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">hermano</i></b>s”, Pedro se coloca del lago de sus oyentes. No busca juzgarlos ni condenarlos sino que les anuncia el don de Dios: el Resucitado ha enviado sobre sus discípulos el Espíritu Santo prometido. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Les corresponde a los oyentes del mensaje hacerse también discípulos, al abrir su corazón escuchando a los testigos del Resucitado y al recibir el mismo Espíritu Santo, ellos entrarán en este camino.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ese día tres mil personas se hicieron miembros de la comunidad de los discípulos y se hicieron bautizar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Salmo responsorial: 16,1-2.5.7-11</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Este Salmo de confianza en Dios es citado por Pedro en su discurso de Pentecostés. El primer versículo describe el doble movimiento de Dios hacia el creyente y del creyente hacia Dios. El salmista hace suya la oración de los levitas. Después que fue repartida la tierra entre las tribus de Israel, ello no tuvieron tierra sino el encargo de ocuparse del Templo; le correspondía a las otras tribus alimentarlos y sostenerlos. Su porción de herencia es el mismo Señor.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La segunda estrofa comienza con una bendición. El Señor es la vez el consejero y el compañero de armas del salmista. Camina a su derecha, del lado que no está protegido, el Señor es un compañero seguro. Esta certeza de estar protegido por el Señor le permite al salmista vivir una vida bella. Gracias a la asistencia del Señor, no morirá de una muerte prematura.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En la última estrofa, el Salmo alcanza cumbres místicas. Acompañado por el Señor sobre el camino de la vida, el salmista vive la bienaventuranza perfecta al estar en unión con Él. Parece tener en mira un encuentro con el Señor después de la muerte (si bien sabemos que en el tiempo de la composición de este Salmo todavía no existía en Israel la idea de la Resurrección como la entendemos hoy). El orante visualiza la verdad última de las relaciones entre Dios y los hombres.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">A la luz de la Pascua, el Salmo alcanza su sentido pleno. Lo que el salmista buscaba confusamente aparece ahora claramente luminoso. Dios no ha querido que Jesús conociese la corrupción de la muerte. Con Él, nosotros aprendemos “el sendero de la vida” que nos lleva a vivir junto a nuestro amado Señor “la alegría perpetua” (o “rebosamiento de alegría”).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Segunda lectura: 1ª Pedro 1,17-21</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Esta carta se redacta en torno a los años 70-80 dC y se dirige a cristianos diseminados en Asia Menor que están siendo perseguidos y, cuando menos, marginados y discriminados por su sociedad. El texto conserva elementos importantes de una primitiva catequesis bautismal (quizás una “homilía”).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Pedro comienza la carta con una larga bendición (¡en griego es una sola frase!). Esta bendición es la exclamación de un corazón maravillado y agradecido por la magnífica gesta de salvación realizada en nosotros por Dios Padre, mediante la resurrección de su Hijo Jesucristo: nos hizo renacer (alusión al Bautismo) y nos capacitó para una herencia gloriosa de salvación plena y definitiva.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">De ahí se deriva la actitud permanente de los fieles: la alegría de la esperanza. No una alegría superficial o histérica, mucho menos ingenua, distraída o alienada, sino una alegría serena, profunda e intensa, una alegría victoriosa en medio de las adversidades y probaciones de un día a día duro y difícil.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">¿Cuál es la fuente y su secreto? El fundamento sólido de la fe, generadora de la unión con Cristo resucitado. De hecho, la comunión de amor con Cristo no es impedida por ninguna frontera de tiempo o de espacio. La vida teologal –la fe, la esperanza y la caridad- es el secreto de la alegría y la fuente de la salvación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(J. S. – F. O.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Anexo 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Para los animadores de la liturgia</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Todos los Domingos, desde el Triduo pascual hasta Pentecostés, son “Domingos de Pascua” que hay que vivir en un continuo clima de fiesta: luz, color y música en un clima de jubilosa exultación… La Pascua es una ocasión para proporcionar a los fieles una celebración más bella, en la que todos se sientan bien y participantes. En este “continuo”, los tres primeros Domingos están caracterizados por la lectura de los evangelios de las apariciones de Cristo resucitado. Esta es, por tanto, una ocasión privilegiada para profundizar y renovar en los fieles la conciencia de la presencia de Cristo resucitado en la vida de la Iglesia (ver las primeras lecturas), particularmente en las celebraciones litúrgicas: es el “tiempo de la mistagogia”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">Sería bueno que todas las Eucaristías de estos domingos comenzaran con el rito de la aspersión del agua bendita, siguiendo la fórmula propia del tiempo pascual (ver el Misal). Sugerimos también que se concluya la celebración con la bendición solemne prevista en el Misal, ojalá cantada.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt;">En algunas comunidades se aprovecha este tiempo para hacerle a las familias la “visita pascual”. En otras partes se tiene la costumbre de llevar la comunión pascual a los enfermos y adultos mayores que no se han podido desplazar hasta el Templo para participar de las fiestas pascuales. Sería bueno que se solemnizara dicha visita y comunión durante todos los domingos de Pascua, aprovechando para manifestarles a los enfermos, a través de algún gesto, que la comunidad no los olvida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">(V. P. – F. O)</span></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-70106907032844434392011-04-26T12:35:00.001-07:002011-04-26T12:41:21.998-07:00Segundo Domingo de Pascua<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="mso-ansi-language: ES-MX;">Estudio Bíblico de base para <personname productid="la Lectio Divina" w:st="on">la Lectio Divina</personname> del Evangelio del Domingo </span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="mso-ansi-language: ES-MX;">Segundo de Pascua – Mayo 1° de 2011</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; mso-ansi-language: ES-CO;">UNA HERMOSA PEDAGOGÍA DE <personname productid="LA FE PASCUAL" w:st="on">LA FE PASCUAL</personname>:</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 16pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El itinerario de la fe pascual</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Juan 20, 19 –31</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Toca a Cristo quien cree en Cristo”</span></i></b></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">(San Agustín)</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="PT" style="mso-ansi-language: PT;"><shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"><stroke joinstyle="miter"></stroke><formulas><f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></f><f eqn="sum @0 1 0"></f><f eqn="sum 0 0 @1"></f><f eqn="prod @2 1 2"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @0 0 1"></f><f eqn="prod @6 1 2"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></f><f eqn="sum @8 21600 0"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @10 21600 0"></f></formulas><path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"></path><lock aspectratio="t" v:ext="edit"></lock></shapetype><shape id="_x0000_i1025" style="height: 311pt; width: 329.5pt;" type="#_x0000_t75"><imagedata o:title="pasc2a" src="file:///C:\Users\SUSANA\AppData\Local\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image001.png"></imagedata></shape></span><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Dichosos los que no han visto y han creído”</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Oremos apropiándonos la conclusión de la homilía pascual de Melitón de Sardes:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Soy Yo, en efecto, vuestra remisión;</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Soy Yo, la Pascua de la salvación;</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo el cordero inmolado por vosotros,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestro rescate,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestra vida,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestra luz,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestra salvación,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestra resurrección,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Yo vuestro rey...</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Él es el Alfa y la Omega,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Él es el principio y el fin.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Él es el Cristo. Él es el rey. Él es Jesús,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">el caudillo, el Señor,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Aquel que ha resucitado de entre los muertos,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Aquel que está sentado a la derecha del Padre...”</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 18pt;">E</span></i></b><span lang="ES">ste octavo día de celebración de la Resurrección se une al domingo anterior para seguir proclamando que Cristo ha vencido la muerte y ha recobrado la vida que le había sido arrebatada por sus enemigos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Durante una semana de nueva creación </span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">hemos revivido una serie de encuentros con el Verbo de Dios, el hombre perfecto resucitado de entre los muertos, quien es el centro del género humano, la alegría de cada corazón y la plenitud de sus aspiraciones, como nos enseña el Concilio Vaticano II (GS 45).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Para culminar esta serie de encuentros, e</span><span lang="ES">l evangelio de este domingo nos presenta un itinerario de fe pascual bien elaborado. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Tomemos contacto inmediatamente con las tres partes del evangelio para que captemos su enfoque:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES" style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES">En la primera parte, en <u>Jn 20,19-23</u>, Jesús resucitado se le aparece por primera vez a la comunidad reunida en el cenáculo y les hace vivir la experiencia pascual. Esta primera parte responde a la pregunta: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué dones trae para mí el Resucitado?</i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES" style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES">En la segunda parte, en <u>Jn 20,24-29</u>, Jesús resucitado se aparece a la comunidad “ocho días después”, esta vez estando presente Tomás, quien pone en duda la veracidad de la resurrección de Jesús. El mismo Jesús lo conduce a la fe pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Surge entonces la pregunta: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Cómo pueden llegar a creer en Jesús las personas que no han visto directamente a Jesús resucitado como lo vieron los apóstoles?</i></b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES" style="font-family: Symbol; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES">El texto termina con una anotación conclusiva del evangelista Juan, en <u>Jn 30-31</u>. En estos dos versículos el cuarto evangelio se presenta todo él como un camino de fe pascual. Al condensar en sus pasos fundamentales el camino vivido y proyectarlo como modelo hacia el futuro, se plantea la pregunta: <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Qué pretende suscitar la proclamación del Evangelio, en cuanto anuncio de los signos del Resucitado para las personas y comunidades de todos los tiempos?</i></b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Primera parte: Primer encuentro con la comunidad reunida (20,19-23)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Ese mismo día –el primero de la semana- por la mañana, María Magdalena les había comunicado que “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hemos visto al Señor</i></b>” (20,18).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora, al atardecer (20,19ª), es el mismo Jesús quien viene donde los discípulos y ellos lo ven. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús los encuentra con la puerta cerrada. Todavía están en el sepulcro del miedo y no están participando de su nueva vida (20,19b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Notemos lo que va sucediendo en la medida en que Jesús se manifiesta en medio de la comunidad:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">1.1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Primer momento: los discípulos experimentan la presencia del Señor (20,19c-21)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Detengámonos en las frases y procuremos sentir la fuerza de sus afirmaciones:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(1)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Jesús se pone en medio</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se presentó en medio de ellos</i>” (20,19c)</b>. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Lo primero que hace Jesús es mostrarles que lo tienen a él, vivo, en medio de ellos, y su presencia los llena de paz y alegría.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En un mundo que les infunde miedo, ellos tienen en medio al vencedor del mundo. Recordemos que la última palabra de su enseñanza cuando se despidió de ellos fue: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación, pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo</i></b>” (16,33).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(2)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Jesús les da la paz</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Y les dijo: La paz con vosotros</i>” (20,19d)</b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El don primero y fundamental del Resucitado es la paz. Tres veces en este pasaje del evangelio se repite el saludo: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paz a vosotros</i></b>” (20,19.21.26).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús les había prometido esa paz que el mundo no puede dar (ver 14,27).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora, en el tiempo pascual, cumple su palabra porque está en el Padre y porque ha vencido al mundo (16,33).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esta victoria de Jesús es el fundamento de la paz que él ofrece. Y, si bien Jesús no pretende eximir a sus discípulos de las aflicciones del mundo (ver 16,33), ciertamente su intención es darles seguridad, serenidad y confianza en medio de ellas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES">(3)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Jesús les muestra las llagas de sus manos</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dicho esto, les mostró las manos...</i>” (20,20ª)</b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El Resucitado no sólo habla de paz, sino que se legitima delante de sus discípulos, dándole un fundamento sólido a su palabra. Para ello les muestra sus llagas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los discípulos aprenden entonces que el que está vivo delante de ellos es el mismo Jesús que murió en la Cruz: el Resucitado es el Crucificado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Mostrar las llagas tiene un doble significado: (1) es una expresión de su victoria sobre la muerte; es como si nos dijera: “Mira he vencido”. (2) Es un signo de su inmenso amor, un amor que no retrocedió a la hora de dar la vida por los amigos; y es como si nos dijera: “Mira cuánto te he amado, hasta dónde he ido por ti”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El Resucitado estará siempre lleno de esta victoria y de este amor de la Cruz.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En otras palabras, en el Resucitado permanece para siempre el increíble amor del Crucificado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(4)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Jesús les muestra la herida del pecho</u>: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“...y el costado</i>” (20,20b)</b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús le muestra a su comunidad las llagas de los clavos y también su pecho traspasado por la lanza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De esa herida había fluido sangre y agua cuando estuvo en la Cruz. Por lo tanto el gesto nos remite a lo que observó el Discípulo Amado cuando estuvo al pie de la Cruz: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua</i></b>” (19,34).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La herida del costado de Jesús permanece para siempre en el cuerpo del Resucitado como una prueba de que él es la fuente de la vida (ver 7,38-39), esa vida nos hace nacer de nuevo en el Espíritu Santo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES">(5)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Los discípulos, finalmente, reaccionan con una inmensa alegría</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los discípulos se alegraron de ver al Señor</i>”</b> (<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">20,20c)</b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La alegría pascual había sido una promesa de Jesús antes de su muerte: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo... Vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar</i></b>” (16,20.22). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Ahora, cuando los discípulos “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">ven</i></b>” a Jesús, la promesa se convierte en realidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús resucitado es el fundamento indestructible de la paz y la fuente inagotable de la alegría.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES">En fin</span></i></b><span lang="ES">, el Resucitado viene y se deja ver. Contemplar al Resucitado es experimentar el amor sin límite ni medida del Crucificado, participar de su victoria sobre la muerte y recibir plenamente el don de su vida.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entre más comprendan esto los discípulos, mucho más se llenarán de paz y de alegría.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús Resucitado es el fundamento de la paz y la fuente de la alegría.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">1.2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Segundo momento: Jesús envía al mundo a la comunidad compartiéndole su misión, su vida y su autoridad (20,22-23)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La experiencia del Resucitado que lleva a la comunidad a hacer propia la victoria de Jesús sobre la Cruz, tiene enseguida consecuencias: ella es enviada con la misma misión, vida y autoridad de Jesús resucitado. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">De esta manera Jesús les abre las puertas a los discípulos encerrados por el miedo y los lanza al mundo con una nueva identidad y como portadores de sus dones. Veamos:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES">(1)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Los discípulos reciben la misma misión de Jesús</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Como el Padre me envió, también yo os envío</i>” (20,21)</b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús les da la paz a sus discípulos por segunda vez y conecta este don con la misión que les confía. Quien participa de la misión de Jesús, también participa de su destino de Cruz, por eso los misioneros pascuales deben estar arraigados en la paz de Jesús.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús envía a sus discípulos al mundo con plena autoridad (“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo os envío</i></b>”), así como el Padre lo envió a Él (ver también 17,18).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la pascua se participa de la vida del Verbo encarnado y una forma concreta de participar de su vida es continuar su misión en el mundo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como se ve enseguida, el Espíritu Santo es también el principio creador de la misión.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES">(2)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Los discípulos reciben la misma vida de Jesús</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dicho esto, sopló sobre ellos</i></b> <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo’</i>” (20,22ª)</b></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Para que la misión sea posible, los discípulos deben estar revestidos del Espíritu Santo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando Jesús sopla el Espíritu Santo sobre ellos los hace “hombres nuevos”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El mismo Jesús de cuyo costado herido por la lanza brotó el agua que es símbolo del Espíritu Santo (ver 7,39), él mismo –como en el día de la creación-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>infunde en los discípulos el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ruah</i></b>”, esto es, el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Soplo vital</i></b>” de Dios.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Jesús les da una vida nueva que no pasará nunca, su misma vida de resucitado, esa vida que tiene en común con el Padre. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES">(3)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Los discípulos reciben la misma autoridad de Jesús</u>: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">A quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados...</i>” (20,23)</b><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Finalmente el Resucitado envía a los discípulos con plena autoridad para perdonar pecados.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El perdón de los pecados es acción del Espíritu, porque ser perdonado es dejarse crear por Dios. Es así como en la Pascua se realizan plenamente las palabras que Juan Bautista dijo acerca de Jesús: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo</i></b>” (1,29).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Quien acoge a Jesús resucitado, experimenta su salvación, sus pecados son perdonados y entra en la comunión con Dios.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los discípulos, testigos de la salvación pascual, prosiguen esta obra de Jesús en la obra de la evangelización.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De ahí que toda acción evangelizadora debe llevar a una verdadera transformación de la persona, mediante la superación de sus contradicciones internas y la apertura a una vida nueva de comunión con Dios y con los hermanos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los discípulos pueden ser rechazados en la misión. En realidad, el rechazo del evangelizador no es un rechazo de él sino de Jesús que fue quien lo envió (ver 20,21b). Y el rechazo de Jesús es el rechazo de su obra pascual, el negarse una vida en paz y alegría, porque el pecado es conflicto interno y tristeza continua.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso, cuando hay “obstinación” ante el mensaje pascual de los discípulos, ellos pueden “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">retener los pecados</i></b>”, que en realidad es “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">retener el perdón</i></b>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esta frase, que suena dura, en realidad no se refiere a una condenación, sino a un renovado llamado a la conversión. Según el evangelio, “retener” es poner en “cuarentena” e inducir una pedagogía del perdón.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La comunidad de los seguidores de Jesús queda consagrada para la misión. Por eso la Iglesia es por su naturaleza propia: misionera.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Todo discípulo debe llevar por todo el mundo la Palabra de Jesús y su persona divina, para hacerlo conocer y acoger por todos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Segunda parte: el drama del nacimiento de la fe en el corazón del incrédulo Tomás (20,24-29)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">La segunda parte del evangelio de este domingo nos presenta la pedagogía de la fe pascual para todos aquellos cuyo “creer” tiene como punto de partida la “predicación-testimonio” de la Iglesia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El apóstol Tomás, ausente en el primer encuentro con el Resucitado, rechaza el testimonio de los otros discípulos (“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hemos visto al Señor</i></b>”, 20,24), no confía en ellos, porque los considera víctimas de una alucinación colectiva. Él exige ver a Jesús personalmente para constatar que se trata del mismo Jesús que conoció terrenalmente, con las cicatrices de los clavos y la herida de lanza (ver 20,24-25).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y el Señor acepta el desafío de Tomás. Jesús no rechaza su solicitud sino que, contrariamente a lo que se podría esperar, le concede lo pedido.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero si bien mediante el contacto con sus llagas lo conduce a la fe, una fe nunca antes vista, Jesús recalca que la verdadera fe que merece bienaventuranza es de los que creen sin haber visto, es decir, la fe que no depende de las condiciones puestas por este apóstol. Veamos el itinerario.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">De nuevo es el primer día de la semana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los discípulos están reunidos, como lo hicieron ocho días antes, y Tomás ahora está entre ellos (20,26ª).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Entonces, Jesús irrumpe en medio de la comunidad como lo hizo también en la primera aparición: les desea la paz (20,26b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Y comienza la pedagogía de la fe con Tomás:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(1)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Por propia iniciativa se va hasta donde está Tomás</u></b>, se le pone al frente y habla con él. Jesús retoma las mismas palabras que Tomás dijo cuando se cerró ante el testimonio de los discípulos, cuando no conseguía ver el camino hacia la fe, la paz y la alegría pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El gesto de Jesús hace salir a Tomás de su aislamiento, de manera que junto con él, toda la comunidad sea una en el gozo pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús no quiere que nadie quede excluido de la paz y del gozo pascual.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(2)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Jesús le muestra las marcas de su muerte y de su amor</u> (20,27)</b>, es decir, le hace sentir que lo ama y que al dar la vida por él, Jesús es la fuente de su salvación. Al mostrarle las llagas responde plenamente a la pregunta que Tomás le hizo en el ambiente de la última cena: esas llagas son el camino de la resurrección, la verdad de un Dios que lo ama y lo Salva, y la fuente de la vida nueva.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">(3)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u>Tomás reacciona con una altísima confesión de fe</u></b>, como ninguno antes que él: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Señor mío y Dios mío!”</i></b> (20,28).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tomás se demoró más que todos los demás para llegar a la fe, pero cuando llegó los sobrepasó a todos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Cuando dice “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mi Señor</i></b>”, Tomás está reconociendo que con su resurrección Jesús ha mostrado que es verdadero Dios, ya que “Señor” es la forma como la Biblia griega lee el nombre de “Yahveh”. Por tanto Jesús es Dios así como Dios Padre: con la resurrección Él ha entrado en la posesión de la gloria divina, la gloria que tenía en el Padre antes de la creación del mundo (ver 17,5.24). Cuando dice “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mío</i></b>”, Tomás se somete a su voluntad y se abre a la acción de su mano poderosa.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Esta relación con Jesús, basada en su Señorío, tiene validez porque Jesús es Dios. Por eso lo acepta como “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡Mi Dios!</i></b>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tomás reconoce a Jesús como el mismo Dios en persona que se acerca a cada hombre en su realidad histórica para salvarlo dándole vida en abundancia.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para Tomás, todo lo que Jesús obra como Señor, en realidad es lo que Dios obra.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">En el corazón del discípulo incrédulo se enciende entonces la llama de una fe profunda que supera la de los demás. Tomás comprende que al resucitar de entre los muertos, el Maestro ha demostrado de forma clara y convincente que Él es el Señor Dios, como Yahvéh, soberano de la vida y de la muerte.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Pero las cosas no terminan aquí. Es verdad que la fe de Tomás es auténtica y sincera, pero ella tuvo necesidad de la prueba concreta: ver con los propios ojos y tocar con las propias manos al Resucitado.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando llega a este punto, el evangelista plantea el problema de cómo llegarán a la fe los que no han podido ver al Señor Jesús: ¿éstos podrán creer?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La respuesta es: ¡Claro que sí!<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No sólo será posible su fe, sino que ésta será superior y más meritoria que la de los primeros discípulos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Es por eso que al final el diálogo de Jesús con Tomas nos involucra también a nosotros. De repente, vemos cómo Jesús da media vuelta y nos hace un guiño de ojo a nosotros los lectores de este evangelio hoy diciendo: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dichosos los que no han visto y han creído</i></b>” (20,29).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jesús mira y felicita con una bienaventuranza a todos los que creerán en el futuro.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El camino de Tomás no se repetirá de nuevo, lo que queda vigente para nosotros es el testimonio apostólico que con la fuerza del Espíritu Santo proclama: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hemos visto al Señor</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Conclusión: el evangelio como signo permanente que invita a la fe pascual (20,30-31)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Veamos finalmente la conclusión. La voz pasa de Jesús a la del evangelista Juan quien dialoga directamente con nosotros.</span><i><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Si leemos estos versículos en conexión con Jn 20,29, notaremos enseguida la continuidad. Jesús pronunció la bienaventuranza del “creer”, pero no dejó claro con base en qué se daría este “creer”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora Juan nos dice que el “creer” está basado en el “testimonio pascual”, y dicho testimonio llega a nosotros por medio del evangelio escrito y por la predicación de la Iglesia que le da viva voz y la actualiza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Los signos “escritos” (20,30-31) hacen referencia al itinerario de la fe propio del evangelio de Juan: sus siete signos reveladores transversales, las tres pascuas de Jesús y sobre todo el relato de la Pasión-gloriosa del Maestro. Juan no considera inútiles los signos que Jesús obró, con relación a la fe ellos puede favorecer el nacimiento y la profundización de su fe. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Por esta razón termina diciendo que redactó su evangelio precisamente con este fin: que los lectores de su libro crean que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios (20,30-31).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La fe en el mesianismo divino de Jesús se alimenta de la meditación de los signos realizados por el Señor, entre los cuales el más estrepitoso consiste en su resurrección de entre los muertos al tercer día (ver Jn 2,18ss), precisamente allí donde nos comunicó su misma vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Resulta entonces el siguiente esquema:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center"><table border="1" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoNormalTable" style="border-bottom: medium none; border-collapse: collapse; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-insideh: .5pt solid windowtext; mso-border-insidev: .5pt solid windowtext; mso-padding-alt: 0cm 3.5pt 0cm 3.5pt;"><tbody>
<tr style="mso-yfti-firstrow: yes; mso-yfti-irow: 0;"><td style="background-color: transparent; border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: windowtext 1pt solid; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: windowtext 1pt solid; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 135.5pt;" valign="top" width="271"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">PROCLAMACIÓN ESCRITA</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">de los “signos” de <u>Jesús</u></span></div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: #f0f0f0; border-right: #f0f0f0; border-top: #f0f0f0; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 163.8pt;" valign="top" width="328"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: #f0f0f0; border-left: #f0f0f0; border-right: #f0f0f0; border-top: #f0f0f0; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 149.7pt;" valign="top" width="299"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td></tr>
<tr style="mso-yfti-irow: 1;"><td style="background-color: transparent; border-bottom: #f0f0f0; border-left: #f0f0f0; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: #f0f0f0; mso-border-right-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 135.5pt;" valign="top" width="271"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: #f0f0f0; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: #f0f0f0; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 163.8pt;" valign="top" width="328"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 18pt;">→</span></b><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> CREER</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">en <u>Jesús</u> como Cristo e Hijo de Dios</span></div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: #f0f0f0; border-right: #f0f0f0; border-top: #f0f0f0; mso-border-bottom-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 149.7pt;" valign="top" width="299"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td></tr>
<tr style="mso-yfti-irow: 2; mso-yfti-lastrow: yes;"><td style="background-color: transparent; border-bottom: #f0f0f0; border-left: #f0f0f0; border-right: #f0f0f0; border-top: #f0f0f0; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 135.5pt;" valign="top" width="271"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: #f0f0f0; border-left: #f0f0f0; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: #f0f0f0; mso-border-right-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 163.8pt;" valign="top" width="328"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div></td><td style="background-color: transparent; border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: #f0f0f0; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: #f0f0f0; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-left-alt: solid windowtext .5pt; mso-border-top-alt: solid windowtext .5pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 3.5pt; padding-right: 3.5pt; padding-top: 0cm; width: 149.7pt;" valign="top" width="299"><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 18pt;">→</span></b><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> TENER VIDA</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 10pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">en el nombre de <u>Jesús</u></span></div></td></tr>
</tbody></table></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">El evangelio está diseñado para enseñarnos a leer los signos del Resucitado en la historia y nos conduce por itinerarios de fe que desembocan en la rica experiencia de la vida nueva de Cristo Resucitado, y en esa vida nueva nos sumergimos en la amorosa comunión, profunda y total con Dios, fuente, origen y meta de nuestra existencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Releamos el Evangelio con los Padres de <personname productid="la Iglesia" w:st="on">la Iglesia</personname></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">4.1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>San Gregorio Magno: Incorruptible, pero palpable</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">“Debemos considerar a la luz de toda la obra del Redentor, aquellas acciones que por sí mismas no se pueden comprender, a fin de que los maravillosos hechos de su vida nos den argumentos de fe en orden a aquello que nos parece más sorprendente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">De hecho, el cuerpo del Señor, que entró en el cenáculo estando las puertas cerradas era el mismo que en el momento de su nacimiento salió a los ojos de los hombres del vientre intacto de la Virgen. ¿Porque, entonces, nos habríamos de admirar que después de la resurrección, Él, vencedor para siempre, entre (donde están los discípulos) con las puertas cerradas, si Él, cuando vino para morir, salió intacto del vientre de la Virgen?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Pero porque la fe de aquellos que contemplaban su cuerpo estaba dudando, les mostró las manos y el costado, e hizo tocar aquella carne que pasó a través de las puertas cerradas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">De modo maravilloso e incomparable, nuestro Redentor mostró después de la resurrección su cuerpo incorruptible pero palpable, para que la incorruptibilidad convidara a conquistar el premio, y la posibilidad de tocarlo fuera una confirmación de la fe. Se mostró incorruptible y palpable también para demostrar que su cuerpo después de la resurrección tenía la misma naturaleza, pero una diversa gloria”.</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES">(Homilía 26,1)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES">4.2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>San Agustín: Toquemos a Cristo</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">“¿Por qué razón se le permite a Tomás que toque el cuerpo del Señor, mientras que a María se le dice: ‘¿No me toques?’. En el mismo lugar se dice el motivo: ‘Todavía no he subido al Padre’ (Juan 20,17). ¿Cómo así? ¿Estás aquí en la tierra y me prohíbes tocarte? ¿Quién te tocará cuando subas? ¿Estando en la tierra rechazas la mano que está cerca? (…).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">‘No me toques’. ¿Por qué? ‘Porque todavía no he subido a mi Padre’: toca al que sube al Padre. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">¿Qué quiere decir: ‘toca al que sube al Padre’? Toca a Aquel que es igual al Padre, toca a Dios, esto es, cree en Dios. Lo que ves es fácil… no es gran cosa ver la carne… Por eso, ‘no me toques’, esto es, no te contentes con eso, no se detenga ahí tu mirar, no se acaba ahí tu fe. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES">Toquemos a Cristo, toquemos. Creer es tocar. No quieras extender la mano apenas hacia el hombre, di lo que Pedro dijo: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Que Cristo no sea para ti apenas un hombre… Insisto en que no prescindas de Cristo hombre, pero te quedes con eso: no llega a la posada quien quiere quedarse en el camino. Levántate y camina: Cristo hombre es tu camino, Cristo-Dios es tu patria”</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES">(Sermón 375C, 4.5)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO">5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Para cultivar la semilla de <personname productid="la Palabra" w:st="on">la Palabra</personname> en el corazón:</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Quien cree realmente en el Señor resucitado, no puede vivir dominado por un estado de tristeza permanente, de miedo y de angustia, porque el sol fulgurante de la pascua aclara todo su cielo y le da confianza, paz y gozo. ¿Cuánto ha crecido en estos ocho días mi fe, mi paz y mi alegría? ¿He tomado en serio los itinerarios pascuales?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué consecuencias tuvo para la comunidad reunida en Jerusalén la primera aparición del Resucitado? ¿Cómo se vivencia hoy?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué pasos dieron los apóstoles y Tomás para llegar al reconocimiento de Jesús resucitado en medio de ellos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuando en oración repito la confesión de fe de Tomás, “Señor mío y Dios mío”, ¿qué estoy queriendo decir? ¿Qué consecuencias tiene para mi estilo de vida?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué pistas nos sigue dando el Resucitado hoy para que lo reconozcamos?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">P. Fidel Oñoro, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-1768838344112898082011-04-23T09:38:00.000-07:002011-04-23T09:38:08.573-07:00Tarjeta de Pascua<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm-NSS7YgLPtv6Xy8_5Bk68eKXQbyzvmGK0mAmlLLdExV2Kb_ugGozKN_x0BbueubzDCFmLRhtCY1OCKz-ljQzNBjUKZkDZulDUAqhfz9TyT1NAQK_xMt32B-wDlsDDDn-HI-wMp5aujk/s1600/tarjeta+pascua+2011.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="173" i8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm-NSS7YgLPtv6Xy8_5Bk68eKXQbyzvmGK0mAmlLLdExV2Kb_ugGozKN_x0BbueubzDCFmLRhtCY1OCKz-ljQzNBjUKZkDZulDUAqhfz9TyT1NAQK_xMt32B-wDlsDDDn-HI-wMp5aujk/s320/tarjeta+pascua+2011.JPG" width="320" /></a></div><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><b><span style="color: maroon;">::: Para ver la tarjeta virtual haz click <a href="http://discipulosymisioneros.org/pascua2011.html"><span style="color: purple;">aquí</span></a> :::</span></b></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><b><span style="color: maroon;">CEBIPAL 2011</span></b></span><em><span style="color: #0000bf; font-family: "Arial", "sans-serif";"> </span></em></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><em><span style="color: #0000bf; font-family: "Arial", "sans-serif";">"La Palabra de Vida es lo que anunciamos" (1 Jn 1, 1)</span></em></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><span style="color: #c00000;">Todos en sintonía con la "Verbum Domini" y Aparecida</span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><span style="color: #0000bf;">"El fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva </span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><span style="color: #0000bf;">es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia" (VD 121</span><span style="color: #c00000;">)</span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><span style="color: #c00000;"><a href="mailto:lectiodivina@padrefidelonoro.com">lectiodivina@padrefidelonoro.com</a></span></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span class="apple-style-span"><span style="color: #c00000;"></span></span><span style="color: purple; font-family: Comic Sans MS; font-size: xx-small;"><a href="https://sites.google.com/a/padrefidelonoro.com/lectio-divina-padre-fidel-onoro/">https://sites.google.com/a/padrefidelonoro.com/lectio-divina-padre-fidel-onoro/</a></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: purple; font-family: Comic Sans MS; font-size: xx-small;"><a href="http://padrefidelonoro.blogspot.com/">http://padrefidelonoro.blogspot.com/</a></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-83104737667301308422011-04-22T19:50:00.000-07:002011-04-22T19:50:44.498-07:00Domingo de Pascua<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Domingo de Pascua – 24 de abril de 2011</span><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"></span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">EN EL GLORIOSO DÍA DE LA RESURRECCIÓN: </span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Los gestos contagiosos de un amor gozoso y perenne</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Lectio de Juan 20, 1-9</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Si el Cordero es Cristo y Cristo es la Pascua,</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">las carnes de las palabras divinas</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">sólo pueden ser las divinas Escrituras”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Orígenes)</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHLWPMSburM8D5-vlcBjp0gxcq6_PcjaCppJL6E2wrcJqMDHdI0RIL7BfIzFklUY39apnhXyhQ-wAA7LuN-DPQhjSyzmju3BwF_EcVfpsmPAtXQufBQ19AVc41RT9ndpWc1wUYUxTgA9c/s1600/pascua.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="231" i8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHLWPMSburM8D5-vlcBjp0gxcq6_PcjaCppJL6E2wrcJqMDHdI0RIL7BfIzFklUY39apnhXyhQ-wAA7LuN-DPQhjSyzmju3BwF_EcVfpsmPAtXQufBQ19AVc41RT9ndpWc1wUYUxTgA9c/s320/pascua.JPG" width="320" /></a></div><div align="center" class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span lang="ES-CO"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><shapetype coordsize="21600,21600" filled="f" id="_x0000_t75" o:preferrelative="t" o:spt="75" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" stroked="f"> <stroke joinstyle="miter"></stroke><formulas><f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"></f><f eqn="sum @0 1 0"></f><f eqn="sum 0 0 @1"></f><f eqn="prod @2 1 2"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"></f><f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @0 0 1"></f><f eqn="prod @6 1 2"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"></f><f eqn="sum @8 21600 0"></f><f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"></f><f eqn="sum @10 21600 0"></f></formulas><path gradientshapeok="t" o:connecttype="rect" o:extrusionok="f"></path><lock aspectratio="t" v:ext="edit"></lock></shapetype><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Día de la Resurrección.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Resplandezcamos de gozo en esta fiesta.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Abracémonos, hermanos, mutuamente.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Llamemos hermanos nuestros incluso a los que nos odian.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Perdonemos todo por la Resurrección</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">y cantemos así nuestra alegría:</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Cristo ha resucitado de entre los muertos</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">con su muerte ha vencido la muerte</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">y a los que estaban en los sepulcros</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">les ha dado la vida”</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Del Tropario).</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><span lang="ES-CO" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Introducción</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Saludemos con júbilo este nuevo día</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En este Domingo de Pascua gritamos con todas nuestras fuerzas y desde lo más profundo de nuestro corazón: <b><span style="mso-bidi-font-style: italic;">“¡Cristo ha resucitado de entre los muertos dándonos a todos la vida!”</span></b>.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Este es el Domingo que le da sentido a todos los domingos en el que, con la ayuda del Espíritu Santo, queremos hacer una proclamación de júbilo y de victoria que sea capaz asumir nuestros dolores y los transforme en esperanza, que nos convenza de una vez por todas que la muerte no es la última palabra en nuestra existencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">A la luz de esta certeza hoy brota lo mejor de nosotros mismos e irradia con todo su esplendor nuestra fe como discípulos de Jesús.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Efectivamente, somos cristianos porque creemos que Jesús ha resucitado de la muerte, está vivo, está en medio de nosotros, está presente en nuestro caminar histórico, es manantial de vida nueva y primicia de nuestra participación en la naturaleza divina, de nuestro fundirnos como una pequeña gota de agua en el inmenso mar del corazón de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Y nos levantamos con una nueva mirada sobre el mundo porque <span style="mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">la resurrección de Jesús tiene un significado y una fuerza que vale para toda la humanidad, para el cosmos entero y, de manera particular, para los dolorosos acontecimientos que afligen a la humanidad.<b><i> </i></b></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La Buena Nueva de la Resurrección de Jesús es palabra poderosa que impulsa nuestra vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Por eso en este Tiempo de Pascua que estamos comenzando tenemos que abrirle un surco en nuestro corazón a la Palabra, para que la fuerza de vida que ella contiene sea savia que corra por todas la dimensiones de nuestra existencia y se transforme en frutos de vida nueva.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Es así como la Buena Noticia de que Cristo ha resucitado cala hondo: se entreteje con nuestras dudas, con nuestro ensimismamiento en la tristeza, delatando nuestra pobre visión de la vida y mostrándonos el gran horizonte de Dios desde donde podemos comprender el sentido y el valor de todas las cosas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cristo resucitado se hunde en nuestro corazón y desata una gran batalla interior entre la vida y la muerte, entre la esperanza y la desesperación, entre la resignación y la consolación. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">San Gregorio Nacianceno, predicando en un día como hoy decía: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ha aparecido otra generación, otra vida, otra manera de vivir, un cambio en nuestra misma naturaleza</i>”. ¡Esa es hoy nuestra seguridad!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Buscadores de los signos del Resucitado </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La experiencia pascual desata una dinámica de vida hecha de búsquedas y encuentros, de conversión y de fe, que se delinea con gran riqueza en los relatos pascuales de los evangelios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En Juan 20,1-10, leemos hoy el pasaje que describe el sensacional descubrimiento de la tumba vacía por parte de María Magdalena y de los dos más autorizados discípulos de Jesús, desatándose así una serie de reacciones. El relato contiene elementos muy valiosos que nos ayudan a dinamizar nuestro propio camino pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Esta vez vamos a hacer anotaciones breves sobre las frases más importantes del relato, como una invitación para saborear el texto entero.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">1. María Magdalena descubre que la tumba está vacía (20,1-2)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Notemos los movimientos de María Magdalena:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">María madruga: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Va de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro</i></b>” (20,1).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Esta acción es signo evidente de que su corazón latía fuertemente por Jesús. El amor no da espera. Pero también es cierto que la hora de la mañana y los nuevos acontecimientos tienen correspondencia: de madrugada muchos detalles anuncian un gran y radical cambio, la noche se aleja, el horizonte se aclara y bajo la luz todas las cosas van dando poco a poco su forma.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Así sucederá con la fe en el Resucitado: habrá signos que anuncian algo grande, pero sólo en el encuentro personal y comunitario con el Resucitado todo será claro, el nuevo sol se habrá levantado e irradiará la gloria de su vida inmortal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">María “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">corre</i></b>” enseguida y va a informarle a los discípulos más autorizados, apenas se percata que el sepulcro del Maestro está vacío (20,2a).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Esta carrera insinúa el amor de María por el Señor. Lo seguirá demostrando en su llanto junto a la tumba vacía (20,11ss). Así María se presenta ante Pedro y el Discípulo Amado como símbolo y modelo del auténtico discípulo del Señor Jesús, que debe ser siempre movido por un amor vivo por el Hijo de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">María confiesa a Jesús como “Señor”: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto</i></b>” (20,2b).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">A pesar de no haberlo descubierto vivo, para ella Jesús es el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Señor</i></b>” (Kýrios), el Dios de la gloria y por lo tanto inmortal (lo seguirá diciendo: 20,13.10). Ella está animada por una fe vivísima en el Señor Jesús y personifica así a todos los discípulos de Cristo, que reconocen en el Crucificado al Hijo de Dios y viven para Él.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">He aquí un ejemplo para emular en las diversas circunstancias y expresiones de la existencia, sobre todo en los momentos de dificultad y aún en las tragedias de la vida. Para la fe y el corazón de esta mujer la muerte en Cruz de Jesús y su sepultura, con todo su amor por el Señor se ha revelado “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">más fuerte que la muerte</i></b>” (Cantar 8,6).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">2. Los dos discípulos corren a la tumba (20,3-10)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Según Juan los dos seguidores más cercanos a Jesús se impresionan con la noticia e inmediatamente se ponen en movimiento, ellos no permanecen indiferentes ni inertes sino que toman en serio un anuncio (que tiene sujeto comunitario: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">no sabemos</i></b>”, v.2). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Notemos cómo las acciones de los dos discípulos se entrecruzan entre sí y superan cada vez más las primeras observaciones de María Magdalena.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se encaminaron al sepulcro</i></b>” (20,3)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La mención de los dos discípulos no es casual, ambos gozan de amplio prestigio en la comunidad y la representan. Se distingue en primer lugar a Pedro, a quien Jesús llamó “Kefas” (Roca; 1,42), quien confiesa la fe en nombre de todos (Jn 6,68-69), dialoga con Jesús en la cena (13,6-10.36-38) y al final del evangelio recibe el encargo de pastorear a sus hermanos (Jn 21,15-17).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por su parte el Discípulo Amado es el modelo del “amado” por el Señor, pero también del que “ama” al Señor (13,23; 19,26; 21,7.20). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El otro discípulo llegó primero al sepulcro</i></b>” (20,4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El Discípulo Amado corre más rápido que Pedro (v.4). Esto parece aludir a su juventud, pero también a un amor mayor. ¿No es verdad que correr es propio de quien ama?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Se inclinó, vio las vendas en el suelo, pero no entró</i></b>” (20,5)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El discípulo amado llega primero a la tumba, pero no entra, respeta el rol de Pedro. Se limita a inclinarse y ver las vendas tiradas en la tierra. Él ve un poco más que María, quien sólo vio la piedra quitada del sepulcro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Simón Pedro entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte</i></b>” (20,6-7).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Al principio Pedro ve lo mismo que vio el Discipulado Amado, pero luego ve un poco más: ve que también el sudario que estaba sobre la cabeza de Jesús, estaba doblado aparte en un solo lugar (v.7).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Este detalle quiere indicar que el cadáver del Maestro no ha sido robado, ya que lo más probable es que los ladrones no se hubieran tomado tanto trabajo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por lo tanto Jesús se ha liberado a sí mismo de los lienzos y del sudario que lo envolvían, a diferencia de Lázaro, que debió ser desenvuelto por otros (ver 11,44). Las ataduras de la muerte han sido rotas por Jesús.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La tumba vacía y las vendas no son una prueba, son simplemente un signo de que Jesús ha vencido la muerte. Sin embargo Pedro no comprende el signo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 18pt; mso-list: l0 level1 lfo1; tab-stops: list 18.0pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: Symbol; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entonces entró también el otro discípulo... vio y creyó</i></b>” (20,8) <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">“...que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos</i></b>” (20,9)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">El Discípulo Amado ahora entra en la tumba, ve todo lo que vio Pedro y da el nuevo paso que éste no dio: cree en la resurrección de Jesús.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La constatación de simples detalles despierta la fe del Discípulo Amado en la resurrección de Jesús, el orden que reinaba dentro de la tumba para él fue suficiente. No necesitó más para creer, como sí necesitó Tomás. A él se le aplica el dicho de Jesús: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">dichosos los que no han visto y han creído</i></b>” (v.29).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pero ¡atención! El Discípulo Amado “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">vio</i></b>” y “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">creyó</i></b>” en la Escritura que anunciaba la resurrección de Jesús (v.9). Esto ya se había anunciado en Juan 2,22.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquí el evangelista no cita ningún pasaje particular del Antiguo Testamento, tampoco ningún anuncio por parte de Jesús.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero queda claro que la ignorancia de la Escritura por parte de los discípulos implica una cierta dosis de incredulidad (ver también 1,26; 7,28; 8,14).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La asociación entre el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">ver</i></b>” y el “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">creer</i></b>” (v.8) formará en adelante uno de los temas centrales del resto del capítulo, donde se describen las apariciones del resucitado a los discípulos, para terminar diciendo: “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído</i></b>” (v.29). Nosotros los lectores, hacemos el camino del Discípulo Amado mediante de los “<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">signos</i></b>” testimoniados por él en el Evangelio (20,30-31).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">3. En la pascua Jesús se convierte en el centro de la vida y de todos los intereses del discípulo</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En la mañana del Domingo la única preocupación de los tres discípulos del Señor –María, Pedro y el Discípulo Amado- es buscar al Señor, a Jesús muerto sobre la Cruz por amor pero resultado de entre los muertos para la salvación de toda la humanidad. El amor los mueve a buscar al Resucitado en ese estupor que sabe entrever en los signos el cumplimiento de las promesas de Dios y de las expectativas humanas. Entre todos, cada uno con su aporte, van delineando un camino de fe pascual.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La búsqueda amorosa del Señor se convierte luego en impulso misionero.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como lo muestra el relato, se trata de una experiencia contagiosa la que los envuelve a todos, uno tras otro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Es así como este pasaje nos enseña que el evento histórico de la resurrección de Jesús no se conoce solamente con áridas especulaciones sino con gestos contagiosos de amor gozoso y apasionado. El acto de fe brota de uno que se siente amado y que ama, como dice San Agustín: “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Puede conocer perfectamente solamente aquél que se siente perfectamente amado</i>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">¡Así todos nosotros, discípulos de Jesús, debiéramos amar intensamente a Jesús y buscar los signos de su presencia resucitada en esta nueva Pascua!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4. Para cultivar la semilla de la Palabra en el corazón</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué proceso de fe pascual se va delineando en las sucesivas intervenciones de María, Pedro y el Discípulos Amado en el texto de hoy?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Por qué el Discípulo Amado espera a Pedro? ¿Qué me dice este comportamiento para la vivencia eclesial de la Pascua?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué primeros frutos puedo recoger hoy del camino preparatorio de la Cuaresma, de esta Semana Santa y del Triduo Pascual que hoy culmina?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿De que manera me invita a vivir el Evangelio la alegría Pascual y cómo voy a “cultivar” la vida nueva en la cincuentena celebrativa que hoy comienza?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">4.5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Con qué signos externos concretos voy a celebrar la Resurrección de Jesús en mi casa y en mi comunidad?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><personname w:st="on"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">P. Fidel Oñoro</span></personname><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Centro Bíblico del CELAM</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: windowtext 1pt solid; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: windowtext 1pt solid; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-element: para-border-div; padding-bottom: 1pt; padding-left: 4pt; padding-right: 4pt; padding-top: 1pt;"><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">“Hoy el cielo y la tierra cantan ‘el nombre’ inefable y sublime del Crucificado resucitado.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Todo parece como antes, pero, en realidad, nada es ya como antes. </span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Él, la Vida que no muere, ha redimido y vuelto a abrir a la esperanza a toda existencia humana.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">‘Pasó lo viejo, todo es nuevo’ (2 Co 5,17).</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Todo proyecto y designio del ser humano, esta noble y frágil criatura, tiene hoy un nuevo ‘nombre’ en Cristo resucitado de entre los muertos, </span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">porque ‘en Él hemos resucitado todos’”.</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">(Juan Pablo II, Mensaje de Pascua para el Nuevo Milenio)</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="PT"><shape id="_x0000_i1026" style="height: 117pt; width: 85.2pt;" type="#_x0000_t75"><imagedata o:title="27" src="file:///C:\DOCUME~1\VIDA\LOCALS~1\Temp\msohtmlclip1\02\clip_image003.png"></imagedata></shape></span></div><span lang="ES-CO" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">ANEXO 1</span></i></b><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pistas para las otras lecturas del Domingo</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 10,34-43</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La resurrección de Jesús es anunciada en contexto pagano. Hasta el momento los apóstoles no se dirigían sino a aquellos que creían en el Dios de la Biblia. En Pentecostés, Pedro anunció la Buena Nueva a los creyentes que vivían en Israel y a los de la diáspora. Felipe evangelizó a los samaritanos y a un funcionario de la reina de Candace, un simpatizante de la fe de Israel. Pero nunca nadie había ido donde un pagano.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Aceptando la hospitalidad del centurión Cornelio, Pedro dio un paso decisivo. Le explicó a su anfitrión: “Vosotros sabéis que no le está permitido a un judío juntarse con un extranjero ni entrar en su casa; pero a mí me ha mostrado Dios que no hay que llamar profano o impuro a ningún hombre” (10,28). Pedro se refiere a una visión que tuvo tres días antes, en la cual Dios le pidió que comiera de cualquier animal, cosa imposible en la religión judía. Pedro concluye que, si a los ojos de Dios no había ningún animal impuro, tampoco había hombres impuros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La primera lectura de este día de Pascua nos propone extractos del discurso de Pedro. En la casa del pagano, su discurso es de un tenor distinto al de Jerusalén ante multitudes judías. Pedro no invoca más “al Dios de los Padres” ni tampoco hace citas bíblicas, sino que se apoya en la vida de Jesús de Nazaret, un hombre “pasó haciendo el bien” porque “Dios estaba con Él”. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Esta presentación de un hombre de Dios está bien adaptada al mundo pagano. Los apóstoles son los testigos de lo que Jesús de Nazaret hizo. También de lo que hizo con Él: Dios lo resucitó de entre los muertos. Por su resurrección, Cristo fue constituido en el Viviente por excelencia y en el juez del fin de los tiempos. Por Él, Dios se reconcilió definitivamente con los hombres ofreciéndoles su perdón.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Salmo responsorial: 118</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">No es imposible que este Salmo haya sido compuesto a partir de una fiesta, marcando el fin de la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén después del exilio. Después de la destrucción de la ciudad por el enemigo, algunos decían que el Señor estaba vencido y que no había sabido proteger a su pueblo. Por eso el salmista dirá con mucha fuerza que el Señor es vencedor y que Él viene a habitar en su Templo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Este Salmo era cantado en las grandes peregrinaciones, entre ellas en la fiesta de las Tiendas en el otoño, pero sobre todo en la fiesta de la Pascua. Allí era entonado al fin de la cena pascual.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cantado en la Santa Cena, constituye la última oración común de Jesús con sus discípulos: “Después de haber cantado los Salmos, partieron para el monte de los Olivos” (Mc 14,26). </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La comunidad cristiana naciente vio en el Salmo un anuncio de la muerte y resurrección de Jesús. Él es la piedra rechazada por los constructores, pero que Dios convirtió en la piedra angular de la Iglesia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Segunda lectura: Colosenses 3,1-4</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En la nueva comunidad cristiana de Colosas, pequeña ciudad situada a <metricconverter productid="200 km" w:st="on">200 km</metricconverter> al oriente de Éfeso, circulaban ideas seductoras (“vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas”, 2,8), slogans: “no tomes”, “no gustes”, “no toques” (2,21), consejos sobre “un culto voluntario” (según la traducción de Ósty de 2,23), sobre “la devoción” y “la ascesis”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pablo reacciona: el cristiano no se hace sin religión, el cristiano vive con Cristo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Vale destacar en el pasaje seleccionado para la liturgia, el orden: (1) Vosotros habéis resucitado con Cristo; (2) Vosotros habéis muerto con Cristo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es la Resurrección de Cristo lo que acontece en cada uno de nosotros. No de manera ostentosa, sino “escondida”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(J. S.)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">ANEXO 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Pistas para los animadores de la Liturgia</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Hoy comienza el “tiempo pascual”, un tiempo prolongado que irradia los temas de la noche santa. En verdad un día no es suficiente para comprender y vivir el misterio de este acontecimiento que modificó el sentido de la historia: la muerte y la resurrección de Jesús. Por eso le dedicamos 50 días completos que son como que un único día: el día de la vida, el día de la resurrección, “el día que hizo el Señor” para que nos alegremos y en él exultemos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Todos los recursos expresivos aptos para crear e intensificar un clima de alegría y fiesta,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hoy están llamados a dar su máxima contribución a la celebración de la Iglesia: la música (especialmente el canto del Gloria y del Aleluya), la iluminación, la decoración floral, los ornamentos… En el presbiterio –en el mejor candelabro que haya- deberá sobresalir el Cirio Pascual, junto al ambón o al altar. Ojalá sea actual y de buenas dimensiones. El Cirio Pascual es el signo de Cristo que resucita glorioso, disipando las tinieblas del corazón y de la mente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">La tradición litúrgica privilegia la celebración de las Vísperas de la Resurrección, eventualmente con una procesión al Bautisterio durante el cántico evangélico. Puesto que estamos en el Ciclo A, no se aconseja la lectura de la aparición a los discípulos de Emaús, propuesta facultativamente para las Misas de la tarde, ya que éste será el Evangelio del Tercer Domingo de Pascua.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">IV</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">En la medida de lo posible, acójase la sugerencia de la Iglesia que hoy nos propone sustituir el Acto Penitencial de la Misa por el rito de aspersión con agua bendecida en la Vigilia, al tiempo que se canta una antífona o himno apropiado. Con la misma agua deberán llenarse las pilas tradicionalmente colocadas en las entradas de las Iglesias. Donde no se haya celebrado al Vigilia se procederá también a la bendición del agua (ver la rúbrica).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">V</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Para la preparación de lectores:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">1ª Lectura</span></u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">: El lector que le dará voz al pregón pascual de Pedro deberá vibrar con la convicción de una experiencia arrebatadora. La dificultad reside en las frases largas que exigen un entrenamiento de la respiración y de la puntuación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">2ª Lectura</span></u><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">: También aquí el entusiasmo de la fe es el presupuesto de una buena lectura. En la primera frase, téngase cuidado de no dejar caer la voz antes del punto final. Lea despacio. Entone las frases con la debida elevación, evitando la recitación monocórdica. Sin comerse las sílabas, saboree las palabras respetando el vigor propio de cada una.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(V. P. – F.O.)</span></div><span lang="ES-CO" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: EN-US;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: ES-CO;">ANEXO 3</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Para prolongar la meditación y la oración</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús ha transformado mi vida (Juan 20,1-9)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="PT"><shape alt="" id="_x0000_i1027" style="height: 199.2pt; width: 154.8pt;" type="#_x0000_t75"><imagedata o:href="http://www.spiritualite2000.com/Art/Angelico2/images/100c_jpg.jpg" src="file:///C:\DOCUME~1\VIDA\LOCALS~1\Temp\msohtmlclip1\02\clip_image005.jpg"></imagedata></shape></span><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Jesús resucitado”, del Beato Fra Angelico (Florencia)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">“Mi fe</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">en <personname productid="la Resurrecci�n" w:st="on">la Resurrección</personname></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">ha transfigurado mi vida;</span></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 8pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">he recibido</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">la fuerza que da</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">el Amor de Jesucristo;</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">mi corazón se ha abierto</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">al conocimiento</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">y a la caridad;</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">mis conversiones me hacen crecer</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">en sabiduría</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">y santidad”</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 141.6pt; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="mso-ansi-language: ES-CO;">(Franck Widro)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-44933768033802651192011-02-28T15:53:00.000-08:002011-02-28T15:53:34.191-08:00<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Estudio Bíblico de base para <personname productid="la Lectio Divina" w:st="on"><personname productid="la Lectio" w:st="on">la Lectio</personname> Divina</personname> del Evangelio del Domingo</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-weight: bold;">Primero de Cuaresma (A) – 13 de marzo de 2011</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span style="font-size: 13.5pt;">LAS TENTACIONES DE JESÚS:</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><span style="font-size: 13.5pt;">¡Nuestras luchas y nuestra victoria!</span></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 11.5pt;">Mateo 4,1-11</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span style="font-size: 11.5pt;">“Cristo fue tentado por el diablo, pero en Cristo también tú eras tentado. </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span style="font-size: 11.5pt;">Porque Cristo tomó de ti su carne, pero de sí tu salvación, </span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><i><span style="font-size: 11.5pt;">de ti su tentación y de sí tu victoria”</span></i></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-size: 11.5pt;">(San Agustín)</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;"></span><b><i><span style="font-size: 11.5pt;"></span></i></b></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b><i><span style="font-size: 11.5pt;">“¡Apártate, Satanás!”</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11pt;">Oremos…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><i><span style="font-size: 11pt;">“Por él (Cristo) nos concedes a tus hijos anhelar, año tras años, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><i><span style="font-size: 11pt;">con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de <personname productid="la Pascua" w:st="on">la Pascua</personname>, </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><i><span style="font-size: 11pt;">para que, dedicados con mayor entrega a la alabanza divina </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><i><span style="font-size: 11pt;">y al amor fraterno, por la celebración de los misterio </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><i><span style="font-size: 11pt;">que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios”.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 11pt; mso-bidi-font-style: italic;">(Del Prefacio I de Cuaresma)</span><span style="font-size: 11pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><br />
</div><span style="color: black; font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: black; font-size: 13.5pt;">Introducción</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-size: 17.5pt;">A</span></i></b><span style="font-size: 11.5pt;"> partir de hoy entramos en el itinerario dominical de <personname productid="la Cuaresma" w:st="on">la Cuaresma</personname>, el cual, en este año, está pensado como un camino de renovación bautismal. Nuestro recorrido de 40 días nos llevará hasta <personname productid="la Pascua" w:st="on">la Pascua</personname> del Señor, en la cual, apoyados en la victoria de Jesús sobre la muerte y el pecado diremos junto con la comunidad: “no” a Satanás y “sí” a Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">El primer domingo de Cuaresma es conocido como “de las Tentaciones”. Nos encontramos con un rostro de Jesús poco habitual, pero de todas maneras, verdadero. Jesús acaba de ser bautizado en el Jordán, donde –contemplando el cielo abierto- ha escuchado la voz del Padre: “<b><i>Este es mi Hijo amado, en quien me complazco</i></b>” (Mateo 3,17).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Después esta declaración de amor del Padre por Él, Jesús es conducido por el Espíritu Santo al desierto donde le responderá con una triple declaración de fidelidad. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús sabe bien que el desierto, en la Biblia, es el lugar de la soledad, del hambre, donde hay una sensación de pérdida, en contraposición con aquel mundo maravilloso que Dios quería como un jardín, como un lugar de encuentro y de diálogo con el hombre. Y Jesús es el jardín del Padre, la humanidad nueva para un mundo renovado, y desea realizarlo a través de los 40 días de desierto invitándonos a cada uno de nosotros a seguirlo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-size: 11.5pt;">Un programa</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Precisamente porque está al comienzo de la misión y porque está estrechamente conectado con el bautismo, el relato de las tentaciones de Jesús se nos presenta como un “programa”. Para nosotros también es la propuesta de un programa, simple y extraordinario al mismo tiempo, de vida espiritual y comunitaria y, sin duda, de compromiso pastoral. Lo realizaremos en lo profundo de nuestros corazones y junto con nuestras comunidades cristianas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">El texto nos presenta a Jesús en el desierto dando una prueba inequívoca de que quiere vivir en coherencia, con todo su ser, su ser “<b><i>Hijo Amado, predilecto del Padre</i></b>”. Él quiere vivir con su obediencia libre y amorosa –la que es propia de un Hijo- la voluntad de Dios realizando su misión según el camino fijado por el Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En las tres tentaciones, Satanás trata de inducir a Jesús para vivir según una lógica de vida distinta y no la del Padre. Le propone ser un Mesías que se somete a las expectativas que provienen de los intereses y de los impulsos humanos. Le propone ser un Mesías que resuelve el grave problema del hambre, que sorprenda a las multitudes con ilusionismos mágicos, que realice su obra a partir de la acumulación de poder y de bienes.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Jesús responderá con prontitud y con firmeza que Él, como Hijo, obedece al Padre para realizar el plan de salvación que pasa por el sufrimiento y el vaciamiento de sí mismo hasta la muerte. La roca que mantiene a Jesús inconmovible en esta lucha es la Palabra de Dios, a la cual Jesús se va remitiendo una y otra vez hasta que logra la victoria: “<b><i>Apártate, Satanás</i></b>” (4,10).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Las tentaciones de Jesús nos implican profundamente porque también las nuestras, las que emergen cada día en nuestra vida de bautizados, esfuerzo por ser fieles al seguimiento, en la ruta del proyecto del Padre. Por eso, con mayor razón, las leeremos con atención.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-size: 11.5pt;">Algunas características del texto</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Comencemos tomando en nuestras manos el texto y leyéndolo por nosotros mismos. Enseguida notamos algunas particularidades notables:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Hay tres tentaciones (4,3-4.5-6.7-10): la iniciativa proviene siempre del diablo, Jesús las rebate una por una.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Las tentaciones se van dando en tres lugares: el desierto, el Templo y la Montaña.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Hay una especie de “crescendo” a lo largo de este recorrido geográfico: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 63.8pt; mso-list: l4 level2 lfo1; text-align: justify; text-indent: -1cm;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 11.5pt; mso-fareast-font-family: "Courier New";"><span style="mso-list: Ignore;">o<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">La primera tentación es a ras del suelo: se trata de comer.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 63.8pt; mso-list: l4 level2 lfo1; text-align: justify; text-indent: -1cm;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 11.5pt; mso-fareast-font-family: "Courier New";"><span style="mso-list: Ignore;">o<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">En la segunda tentación se llega al pináculo del Templo: se trata de verificar si funciona o no la promesa de la Palabra de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 63.8pt; mso-list: l4 level2 lfo1; text-align: justify; text-indent: -1cm;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 11.5pt; mso-fareast-font-family: "Courier New";"><span style="mso-list: Ignore;">o<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">La tercera tentación es aún más alta: la cima de una montaña. Allí paradójicamente el diablo le pide a Jesús que se “abaje” (sentido de adorar) ante él.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">La citación de la Sagrada Escritura le va dando ritmo a los diálogos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">La Escritura es citada cuatro veces por Jesús (4,4.6.7.10) y una vez por el diablo (4,6).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Las dos primeras tentaciones parten de la misma frase: “<b><i>Si eres Hijo de Dios…</i></b>” (4,3.6). En la tercera es Satán quien se le ofrece como su Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l4 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">El relato reposa sobre doble declaración de victoria que encontramos al final: la primera es el imperativo: “<b><i>Apártate (vete), Satanás</i></b>” (4,10); luego la verificación de ello en la comunión con personajes celestiales.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;">El esquema del texto es lógico y sencillo:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(1)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Introducción: el lugar, los personajes, el tiempo, la circunstancia (4,1-2)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(2)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Primera tentación: el pan (4,3-4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(3)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Segunda tentación: el espectáculo en el Templo (4,5-6)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(4)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Tercera tentación: el fastuoso poder del mundo (4,7-10)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; mso-list: l1 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span style="font-size: 11.5pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(5)<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 11.5pt;">Conclusión: la victoria de Jesús (4,11)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Leamos el texto de Mateo 4,1-11:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span style="font-size: 11.5pt;">1</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. <sup>2</sup>Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. <sup>3</sup>Y acercándose el tentador, le dijo:</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">4</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Mas él respondió: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><sup>6</sup>y le dice: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">A sus ángeles te encomendará, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">y en sus manos te llevarán,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para que no tropiece tu pie en piedra alguna.» </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">7</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús le dijo: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.» </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">8</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, <sup>9</sup>y le dice: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«Todo esto te daré si postrándote me adoras.» </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Dícele entonces Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">«Apártate, Satanás, porque está escrito: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.»</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">11</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.</span></i></b><span style="font-size: 11.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">1. La introducción del relato (4,1-2)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Comienza el relato diciendo: “</span><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre</span></i></b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">” (4,1-2).</span><span style="font-size: 11.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La primera línea ya es significativa: el mismo Espíritu que descendió sobre Jesús en el bautismo lo conduce luego en el desierto. Es el Espíritu Santo quien guía en el desierto para afrontar las pruebas de nuestra fidelidad. Esto no nos debe extrañar, sabemos, por ejemplo, la prueba de la fidelidad del patriarca fue inducida por el mismo Dios (ver Génesis 22,1); si bien en este relato hay una diferencia: quien prueba es el diablo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Mateo nos coloca enseguida en el escenario, nos presenta los personajes, delimita el tiempo y describe la circunstancia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(1) El escenario: el desierto</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La tradición ha creído ver el sitio en el altiplano que se encuentra sobre el actual “monte de la cuarentena”, justo al occidente de Jericó. Pero esto no es más que una hipótesis.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">El desierto es obviamente es un lugar geográfico pero, particularmente en la Biblia, es también un espacio cargado de simbología (que hemos desglosado ya en diversas ocasiones). En este caso se nos remite al caminar del pueblo de Israel por el “<b><i>desierto</i></b>” en la pascua. Allí el pueblo fue tentado (ver Éxodo 17,1-7).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(2) Los personajes</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En primer lugar, Jesús. Como lo hemos señalado antes, aquí aparece en la condición de “Hijo de Dios”. Las tentaciones ponen a prueba su “obediencia” de hijo, de la misma manera como fue probado Israel en el desierto para verificar si estaría en condiciones de observar o no los mandamientos de Dios (ver Deuteronomio 8,2).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Además de Jesús, tenemos al “<b><i>diablo</i></b>”. El término diablo es griego y significa separar, dividir. También es llamado “<b><i>tentador</i></b>”. Este segundo término destaca su rol de seductor: busca apartar de la comunión con Dios. Así lo hizo con Job y ahora también con Jesús: ataca a quien viven en unión con Dios y a quien Dios ha elegido.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Pues bien, el mismo Jesús que poco antes ha visto el cielo abierto también tiene ahora ante sí al poder del mal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(3) El tiempo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Jesús permanece en el desierto “<b><i>cuarenta días y cuarenta noches</i></b>” (4,2ª). Se trata de días completos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">El número cuarenta es el clásico para designar la generación israelita del desierto: “<b><i>Acuérdate de todo el camino que Yahvé tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto…</i></b>” (Deuteronomio 8,2).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">También hay aquí un valor simbólico que está conectado con lo que sigue.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(4) La circunstancia</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En este tiempo Jesús “<b><i>ayuna</i></b>”. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Jesús revive la experiencia de Moisés en el desierto: “<b><i>Permanecí en el monte cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua</i></b>” (Deuteronomio 9,9; ver el relato en Éxodo 34,28). Para Moisés éste fue el preludio la recepción y la proclamación de la Ley de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En el mundo bíblico el ayuno está conectado con la oración (ver Mateo 6,16-18; 9,14-15). El hecho de que se mencionen las “noches” (cuarenta noches) sugiere “vigilias”. En su ayuno, Jesús “velaba” y “oraba”. Esto mismo es lo que les pedirá a sus discípulos que hagan para hacerle frente a la tentación: “<b><i>Velad y orad para que no caigáis en tentación</i></b>” (26,41).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Es tanto el ayuno, que Jesús “<b><i>al fin sintió hambre</i></b>” (4,2c). Esta constatación de la debilidad física es la antesala de la tentación que viene enseguida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">2. Primera tentación: el pan (4,3-4)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Cuando el hambre aprieta, entra al ataque el tentador:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Y acercándose el tentador, le dijo:</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes’. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Mas él respondió: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’.” </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El diablo se dirige a Jesús llamándolo “<b><i>Hijo de Dios</i></b>” pero en forma condicional: “<b><i>Si eres…</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Sabemos que en Palestina las piedras se parecen –en su aspecto exterior- a los panes. Sin embargo la cuestión es de fondo. Con la propuesta de transformar las piedras en panes, el diablo le pide a Jesús que utilice el poder que le viene de su altísima dignidad, de su comunión con Dios. Lo invita a rebelarse contra Dios y a separarse de Él.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Ya en un pasaje del Antiguo Testamento, mientras el pueblo permanecía en Quibrot Hattavá, añoraba los viejos tiempos de la abundancia en Egipto: <b><i>“¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, y de los pepinos, puerros, cebollas y ajos!</i></b>” (Números 11,5). Allí la insatisfacción se volvió lamento: “<b><i>En cambio ahora tenemos el alma seca. No hay de nada</i></b>” (11,6).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Así como Israel, también Jesús fue expuesto a la tentación de los alimentos (ver Éxodo 16,4 y Deuteronomio 8,2-5) e invitado a usar su poder en beneficio personal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La respuesta</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús no sólo rechaza la propuesta del diablo sino que le da los argumentos de su negativa: no es beneficio propio que él realiza su misión sino en función de la realización de la voluntad de Dios, expresada esta en la Santa Escritura. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Para decirlo, Jesús acude a la misma Palabra de Dios, a la manera como lo hacían los grandes Maestros en Israel.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Sus palabras están tomadas de Deuteronomio 8,3: “<b><i>No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios</i></b>”. Jesús señala que más importante que el pan para el hombre es la Palabra de Dios y su puesta en práctica (=obediencia).<b><i> </i></b>¡Cuán importante es acudir a la Palabra y vivir de ella!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En el pensamiento bíblico sapiencial, la palabra de Dios era –en cuanto guía para el proyecto de vida- considera vida verdadera: “<b><i>Es árbol de vida para los que a ella están asidos… Porque (las palabras de Dios) son vida para los que la encuentran y curación para toda carne</i></b>” (Proverbios 3,18 y 4,22). Conocemos un antiguo dicho rabínico que decía: “<i>La Toráh es grande, de hecho da vida a aquellos que la ponen en práctica tanto en este mundo como en el futuro</i>” (Ab. 6,7).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Lo que Jesús hace ahora, apoyarse en la Palabra y vivir de ella, es lo que le pedirá luego a sus discípulos: “<b><i>El que haga la voluntad del Padre celestial entrará en el Reino de los Cielos… Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica…</i></b>” (7,21.24).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">3. Segunda tentación:</span></b><b><span style="font-size: 11.5pt;"> el espectáculo en el Templo (4,5-6)</span></b><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Viene ahora el primer desplazamiento:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y le dice: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">A sus ángeles te encomendará, </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">y en sus manos te llevarán,</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para que no tropiece tu pie en piedra alguna’. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús le dijo: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios’. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La tentación</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El diablo se acerca a Jesús y lo “<b><i>lleva consigo</i></b>” (también se puede leer como “invitar”). El nuevo lugar de la tentación es la “<b><i>ciudad santa</i></b>”, o sea, Jerusalén, y dentro de ella el Templo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“<b><i>Lo pone sobre el alero del Templo</i></b>”, quizás se trate del punto más alto del Templo. Podría pensarse en la esquina sur de la muralla del Templo que da hacia el torrente Cedrón, donde<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cae un abismo vertiginoso.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Ahora es el diablo quien toma la iniciativa para citar la Santa Escritura: un pasaje del Salmo 91,2-3. El diablo le recuerda a Jesús que, en su calidad de Hijo de Dios, goza del privilegio de una extraordinaria protección de Dios, así como lo promete el Salmo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Le dice: “<b><i>Tírate abajo</i></b>”. Arrojarse de tal altura, desde donde sin el auxilio extraordinario de Dos le espera una muerte segura, suponía una gran audacia. Se esperaría de Jesús un vuelo espectacular o un ejército de ángeles viniendo enseguida en su auxilio, como dice el Salmo: “<b><i>en sus manos (los ángeles) te llevarán</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El hecho que Jesús esté en el Templo es todavía más significativo: el orante espera en recibir una protección especial de Dios cuando está en este espacio sagrado. ¿Cómo entender luego que Jesús ore en la Cruz y aparentemente no sea escuchado por el Padre, quien permite su muerte violenta?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La respuesta</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">De repente la discusión se pone áspera. Ahora es Jesús quien entra al ataque. El diablo jugó a ser teólogo citando la santa Escritura y distorsionando su sentido de sus palabras. Jesús entonces le dije tajantemente la frase de Deuteronomio 6,16: “<b><i>¡No tentarás al Señor tu Dios!</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Precisamente en la diferencia que hay entre la letra y el sentido está el núcleo de esta tentación. Es verdad que Dios es bondadoso y asegura su protección, pero esto no quiere decir que haya que tomar al pie de la letra sus palabras y poner a prueba dicha bondad y protección mediante actos suicidas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Si esto llega a suceder, Dios quedaría reducido a un simple objeto de mercado al que se le utiliza según el antojo. No sería el hombre el que se sometería a Dios sino al revés. No se reconocería dócilmente su querer sino que lo domesticaríamos a nuestro antojo. Entrar en la lógica que el diablo le propone a Jesús, Dios ya no sería Dios, perdería su señorío, se le rebaja a un ídolo manipulable. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">A lo largo de su ministerio Jesús escuchará de nuevo propuestas similares a las que el diablo le hace aquí. Le pedirán una señal del cielo (ver Mateo 12,38) pero no habrá otra diferente de la señal de Jonás. En la cruz le pedirán que se baje mediante un acto espectacular que demostraría que efectivamente Dios está de su parte, pero Jesús irá hasta las últimas consecuencias en su Pasión.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús está siempre sometido al querer del Padre y esto es lo que debe aprender el discípulo. Cuando llegue la hora de la Pasión, Jesús le dirá a Pedro: <b><i>“¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de doce legiones de ángeles? Más, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?</i></b>” (26,54).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">4. Tercera tentación: </span></b><b><span style="font-size: 11.5pt;">el fastuoso poder del mundo (4,7-10)</span></b><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La última tentación es la más intensa, cuando ha cuestionado la “divinidad” de Dios que Jesús llama su Padre, el diablo enseguida se propone a sí mismo como tal:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, <sup>9</sup>y le dice: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘Todo esto te daré si postrándote me adoras’. </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><sup><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10</span></sup></i></b><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Dícele entonces Jesús: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">‘Apártate, Satanás, porque está escrito: </span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto’”.</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La tentación</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">De nuevo el diablo “<b><i>lleva consigo</i></b>” a Jesús. Llegan a un altísimo monte. A diferencia del monte de la transfiguración (17,1) y del monte del final del evangelio (28,16), este monte no sabemos por donde se encuentra. Sabemos simplemente que es “<b><i>muy alto</i></b>”. La intención es ofrecerle a Jesús una vista panorámica del planeta (obviamente en tiempos en que se creía que era plano).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Le muestra “<b><i>los reinos del mundo y su gloria</i></b>”. La “gloria” aquí indica la apariencia, el esplendor engañoso, la inestabilidad propia de su dominio. La propuesta entonces es la adquisición de todo ese poder con el cual se consigue dinero (o viceversa) y dominio. Pero el precio es la adoración del diablo: “<b><i>Todo esto te daré si postrándote me adoras</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Como Israel (ver Deuteronomio 6,12-15; Éxodo 23,20-33; 34,11-14), también Jesús vino para tomar “como herencia las naciones” que estaban bajo el poder del “príncipe de este mundo”. Pero no es bajo el apoyo de Satán –con intriga, egoísmo, acumulación de bienes, aprovechamiento del trabajo de otros, coaliciones políticas- como él lo va a lograr, sino sometiéndose incondicionalmente al Dios de la Alianza, quien le propone vida y prosperidad a “su” pueblo mediante la vivencia de la justicia y la fraternidad (tal como lo enseña el Deuteronomio).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Detrás de esta tentación está, entonces, la idolatría del mundo consumista, centrado en ideales económicos y en la expansión del poder político mediante el aparato militar. En los tiempos de Jesús, el movimiento político “zelota” soñaba con un Mesías que encajara dentro de estos ideales: “<b><i>En aquel tiempo uno de la región judía<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>obtendría el dominio sobre toda la tierra</i></b>” (Flavio Josefo, “Guerra Judía” 6,312-313.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La tentación es clara: ser esclavos de un mundo que le da las espaldas a Dios entrando en el juego sucio de las alianzas políticas y económicas que exaltan a unos y someten a otros, que enriquecen a unos y empobrecen a otros, que concentran todos en las manos de unos pocos y marginan a los demás. Esto es diabólico.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La respuesta</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Jesús se pone de parte de Dios. El diablo no consigue separarlo de su Padre y de su proyecto de un pueblo igualitario de hermanos. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La declaración en la que Jesús opta por el Señorío de Dios está basada en Deuteronomio 6,13 (si bien es posible que se trate de una combinación de Deuteronomio 5,9 –“<b><i>temerás al Señor tu Dios</i></b>”- y 10,20 –“<b><i>le servirás</i></b>”). En todo caso el referente es la oración llamada “Shemá Israel” (“<b><i>Escucha Israel…</i></b>”, de Dt 6,5).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El supuesto dominio universal del diablo es engañoso, porque como dice Deuteronomio 10,14: “<b><i>Mira, a Yahvé, tu Dios, le pertenece el cielo… la tierra y cuanto hay en ella</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La declaración de sometimiento total de Jesús a Dios, aparta a aquél que no lo pudo apartar de Dios: “<b><i>¡Apártate, Satanás!</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Más adelante en este mismo evangelio, en 16,23, se escuchará algo similar: <b><i>“¡Quítate de mi vista, Satanás!</i></b>”. Sólo que le aplica a Pedro. En esa escena la opción de Jesús por el Padre es tan radical que ni siquiera el “sufrimiento” que tanto escandaliza a Pedro apartan a Jesús de su camino. Así de radical es la entrega y la obediencia de Jesús en las manos del Padre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">5. Conclusión: la victoria de Jesús (4,11)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían”</span></i></b><span style="font-size: 11.5pt;"></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El evangelio termina positivamente con la victoria de Jesús sobre la tentación y el rechazo del tentador. Ésta se presenta de dos maneras: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">(1) El diablo abandona a Jesús: “<b><i>Entonces el diablo le deja</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">(2) Jesús es rodeado de seres celestiales: “<b><i>Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El diablo se va, pero no hay que pensar que ha sido definitivamente vencido. Se retira por efecto de la orden de Jesús, pero él volverá al ataque.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La imagen final de los ángeles que se acercan y sirven a Jesús describe subraya la fuerte relación que éste tiene con Dios. El verbo “<b><i>servir</i></b>” va en dos vías: el “servir” con el significado de prepararle la mesa después de largo ayuno. Pero también la de la obediencia de los ángeles al Padre (4,6b), quien los pone a su servicio. El Padre también está del lado de Jesús. ¡Esta es la certeza que Jesús tiene de Dios!.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">En fin…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En Jesús Dios mismo que querido sufrir las tentaciones que continuamente nos asaltan: </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La de un mesianismo puramente terreno: “<b><i>Si eres hijo de Dios, convierte estas piedras en panes</i></b>”. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La de un mesianismo exhibicionista: “<b><i>Si eres el hijo de Dios, tírate del pináculo del Templo</i></b>”… “y tu Padre te salvará”. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La de la terrible idolatría del poder y del mundo de la economía: “<b><i>Si tu me adoras, yo te daré todos los reinos del mundo</i></b>”.</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En estas tres tentaciones –que repiten las del antiguo Israel en el desierto (como las relee el Deuteronomio) y que son símbolo de todas las tentaciones de la humanidad- está representado el pecado que se anida en cada uno de nosotros: </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Robarle el don a Dios, querer poseerlo como si fuera una conquista nuestra…</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Manipular a Dios dándole el rostro que nos parece más cómodo…</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l2 level1 lfo3; tab-stops: list -42.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Poner nuestras necesidades por encima de todo y de todos…</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">En pocas palabras, poner a Dios al servicio de lo que queremos y deseamos. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús vive en sintonía con el querer del Padre. Ante el rol de un Mesías triunfalista y escoge más bien permanecer clavado a la fidelidad plena a la Palabra, la cual es expresión de la voluntad del Padre. Ante la propuesta de poner a Dios al servicio suyo, Jesús escoge ser siervo del Señor, vivir las bienaventuranzas y aceptar la cruz. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Jesús no cede por tanto a las lisonjas del maligno, del tentador, así como tampoco cederá a los elogios del pueblo que quiere hacerlo rey después de la multiplicación de los panes y a la pretensión de quienes se burlan de él al pie de la Cruz, quienes le piden que se baje de la cruz.</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Al final no transforma piedras en pan, no se tira de lo alto del Templo, no se arrodilla ante el diablo para recibir gloria y poder mundano. Jesús escoge el camino más difícil: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l3 level1 lfo4; tab-stops: list -24.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">escoge vivir las penurias de todo hombre…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l3 level1 lfo4; tab-stops: list -24.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">escoge el camino oscuro de la fe, del llegar a probar incluso el silencio de Dios…</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; mso-list: l3 level1 lfo4; tab-stops: list -24.0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">escoge la adoración del único señorío de Dios, haciendo de él y de su propuesta de construir un pueblo suyo en la fraternidad y la justicia, el empeño que merece todo sacrificio. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La proximidad al hombre y la encarnación del “Dios-con-nosotros”, cuyo nombre significa “salvador” de los pecados, no puede ser más real.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">6. El Jesús de las tentaciones</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">¿Qué alcance tiene este relato de las tentaciones? ¿Qué nos enseña acerca de Jesús? Podríamos hacer tres afirmaciones:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(1) Jesús fue tentado como Mesías</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En los tiempos de Jesús había diversos conceptos equivocados del Mesías que podían llevar a malinterpretar a Jesús (también sucede hoy). El relato deja en claro que Jesús no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vino para legitimarse a través de milagros espectaculares o a revelarse de manera inequívoca como Salvador sin que se tenga que pasar por la oscuridad de la fe. Jesús vive su camino mesiánico según los criterios de Dios, así éstos en muchas ocasiones desbaraten los esquemas y las expectativas que nos hemos hecho de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(2) Jesús fue tentado como justo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Las tentaciones de Jesús son “modelo” para todos de obediente sumisión de la voluntad humana a Dios. El peligro del ceder ante los deseos materiales, el recurso desconsiderado a la ayuda divina, el querer resolver los problemas mediante la fuerza brutal. Todo eso, en la práctica, lleva a renegar de la fe. Un discípulo encuentra todo esto en su camino: Jesús, tentado inmediatamente después del bautismo, es el modelo de todo bautizado cristiano que enfrenta y supera estas pruebas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">(3) Jesús fue tentado como Hijo</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Lo hemos notado una y otra vez a lo largo del relato. También, gracias a la Alianza, el pueblo de Israel gozaba de una relación estrecha con Dios (pero nunca como la de Jesús). El hecho de que Jesús sea conducido al desierto durante una cuarentena y haya vencido allí, nos remite a las tentaciones del pueblo de Israel. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">El mensaje es: donde Israel fracasa, Jesús vence gracias a su obediencia de Hijo: ¡el Hijo de Dios vence! Por medio de Jesús aprendemos a vivir bajo el señorío de Dios: <b><i>“¡Al Señor tu Dios adorarás!</i></b>”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">7. Las tentaciones de Jesús y las nuestras</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Al comenzar el camino cuaresmal tratemos de captar mejor cuál es el desafío ante el que estamos y cuáles son los medios que nos ayudan a salir victoriosos. Retengamos estas dos lecciones que nos deja Mateo:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">(1) La referencia constante a la Palabra de Dios como luz y guía de nuestra vida</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Cuando acogemos, meditamos y oramos la Palabra con fe, ella nos pone ante lo que el amado Señor quiere de cada uno de nosotros en las diversas circunstancias de nuestra vida. No sólo contemplaremos su belleza sino que resurgirá entonces en nosotros una disponibilidad concreta para vivir en comunión con Él, en un solo amor y un solo querer.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">¡Qué bueno que incrementemos el ejercicio de la Lectio Divina en esta Cuaresma!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">(2) La certeza de la victoria: ¡El Hijo vence!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">El evangelio de hoy nos devuelve la esperanza: vivimos abrumados por la tentación, pero –si nos unimos a Jesús- podemos vencer. Jesús nos comparte su victoria.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La contemplación de la Eucaristía nos pone siempre ante la victoria de la Cruz. Allí, dándose completamente por amor llevó a cumplimiento su camino mesiánico según los criterios del Padre. En la Cruz Jesús derrotó completa y definitivamente al tentador. ¡La Eucaristía nos invita a la comunión con su victoria!</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Entonces el misterio de la Eucaristía también es parte de la Buena Nueva de hoy. Ponernos al servicio de la gloria de Dios y dar la vida amorosamente por los hermanos es el sentido de la Cruz, el sentido de la Eucaristía y el sentido de la Cuaresma. Junto con la escucha de la Palabra, podríamos vivir esta Cuaresma a los pies de la Eucaristía.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">8. Tres sugerencias prácticas para este tiempo de Cuaresma</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">De lo anterior deducimos tres mensajes fundamentales que nos permiten permanecer con Jesús en estos cuarenta días.</span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(1) En el desierto Jesús hace una gran vigilia en la que ora constantemente. </span></div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="omelia" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ante todo se nos propone una intensa vida de oración como primera y última condición para la conversión cuaresmal, en el progreso espiritual de la santidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Convertirse significa buscar siempre y de nuevo el perdón del Padre, quiere decir orar ininterrumpidamente sin cansarse. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; mso-list: l0 level1 lfo5; tab-stops: list -30.0pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es la oración intensa la que nos hace crecer en la gracia de la vocación bautismal, que nos ayuda a poner siempre ante el Señor nuestra fidelidad y nuestras negligencias, a entregarle nuestra pereza, nuestra poca fe y poca esperanza. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; mso-list: l0 level1 lfo5; tab-stops: list -30.0pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Symbol; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Symbol; mso-fareast-font-family: Symbol;"><span style="mso-list: Ignore;">·<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Es la oración la que, día tras día, nos va familiarizando con el modo de pensar y de actuar de Dios, dándonos valentía y fuerza interior para que tomemos distancia de criterios de vida que hacen daño. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Hagamos por eso el propósito de orar un poco más: por la mañana y en la tarde regularmente, no faltar a la eucaristía dominical y, ojalá alguno que otro día de entre semana; dediquémosle diez minutos al día a la lectura de una página del evangelio, preferiblemente el evangelio del día, y sintamos la consolación que proviene de esta lectura perseverante. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Los tiempos de la oración serán claves para nuestra apertura al gozo de la santa Vigilia Pascual, orando con Jesús y en Jesús.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(2) En el combate con Satán, Jesús muestra que se toma en serio la Palabra de Dios. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Por eso estrechamente conectado con el ejercicio de la oración se nos propone la escucha de la Palabra de Dios; escucharla y tomarla en serio. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La Palabra es lámpara que ilumina los pasos de nuestro camino, alimenta nuestra oración y, junto con la comunión eucarística, nos sostiene y nos da fuerza. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La palabra nos enseña a amar, a perdonar, a reconciliarnos, a llevar a cabos gestos de solidaridad, a acordarnos de los más pobres y todos los que sufren.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(3)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Finalmente se nos propone un primer alto sincero ante Dios y nosotros mismos para que revisemos con lucidez cómo va nuestra vida. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La página de las tentaciones y la victoria de Jesús nos estimula para que hagamos un examen de conciencia personal y comunitaria: ¿cuáles son los factores que arruinan la comunión, que generan dolosas separaciones y distanciamientos con Dios, con las personas que amamos y con nuestros hermanos de comunidad? </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Este ejercicio de discernimiento de dónde están nuestras tentaciones nos ayuda por una parte a desenmascarar las falsas seguridades que nos impiden la conversión interior; y por otra, nos asegura que podemos vender cualquier tentación si permanecemos unidos a Jesús y en la escucha de la Palabra de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Todos tenemos tentaciones, es importante que tomemos conciencia de cómo funcionan. Pero la buena noticia de este domingo no está en el hecho de que sepamos que tenemos tentaciones sino que podemos vencerlas, que estamos llamados a ser victoriosos en Cristo Jesús. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Hay que poner la mirada en Jesús: ¡Él es nuestra victoria! Jesús escoge el camino de la humildad y por tanto de la Cruz, aparece como el Hijo del Padre, imagen perfecta de Dios y figura del hombre que llega a la plenitud de la madurez y de la santidad, punto de referencia de todo crecimiento humano auténtico.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La finalidad de nuestro camino cuaresmal es que nos hagamos cada vez más hijos en este Hijo perfecto del Padre, que nos realicemos en él, que pongamos nuestros ojos en él para contemplarlo, imitarlo y seguirlo hasta el final.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">9. Releamos el Evangelio del domingo con los Padres de la Iglesia</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Las tentaciones de Jesús y, de manera especial, su victoria, son para nosotros un don que nos ofrece y un llamado a la responsabilidad que exige nuestro compromiso.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Veamos dos textos, uno de San Agustín y del Padre capadocio San Gregorio Nacianceno, que nos invitan a vivir de esta manera –apoyados en Jesús- el combate espiritual que le incumbe a todo bautizado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">9.1. San Agustín: ¡Jesús es nuestra victoria!</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span style="font-size: 11pt;">“Cristo nos ha como que transfigurado en sí mismo, cuando quiso ser tentado por Satanás… </span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span style="font-size: 11pt;">Cristo fue tentado por el diablo, pero en Cristo también tú eras tentado. Porque Cristo tomó de ti su carne, pero de sí tu salvación, de ti su tentación y de sí tu victoria.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span style="font-size: 11pt;">Si somos tentados en Él, será en Él que venceremos al diablo…</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span style="font-size: 11pt;">Fuiste tú quien fue tentado en Él, pero reconoce también que en Él tú eres vencedor.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span style="font-size: 11pt;">Él habría podido mantener lejano de sí al diablo, pero sino no se hubiera dejado tentar, no te habría enseña</span></i><span style="font-size: 11pt;">do a vencer cuando eres tentado”</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 11.5pt;">(Del Comentario al Salmo 60)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">9.2. San Gregorio Nacianceno: Sabes cómo vencer: ¡No temas la lucha!</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Si después del bautismo, el tentador, perseguidor de la luz, te asalta –y claro que lo hará, puesto que también tentó al Verbo, mi Dios, escondido en la carne, o sea, intentó asaltar la propia luz escondida bajo el velo de su humanidad- tú sabes cómo vencerlo: no temas la lucha.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Oponle el agua, oponle el Espíritu en el cual serán anulados todos los dardos encendidos del maligno.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Si te saca en cara tu pobreza –y no dudó en hacerlo con Cristo, recordándole su hambre para que transformase las piedras en pan- recuerda sus respuestas.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Enséñale lo que él no sabe. Oponle esta palabra viva de vida que es el pan bajado del cielo y da vida al mundo.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Si te insidia con vanagloria –como hizo con Él cuando lo llevó al pináculo del Templo y le dijo ‘Tírate abajo’ para que muestres tu divinidad- no te dejes arrastrar por la soberbia.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Si te vence en esto, no dejará las cosas así. Es insaciable (…).</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Si te asalta la codicia, haciendo brillar por un instante ante tus ojos todos los reinos como si le pertenecieran y exigiendo tu adoración, desprécialo como un miserable.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Defendido por la señal de la Cruz, dile: ‘También yo soy imagen de Dios; no fui expulsado como tú de la gloria celestial; estoy revestido de Cristo; con el Bautismo Cristo pasó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a ser mi herencia: ¡eres tú quien me debe adorar!’.</span></i></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><i><span lang="ES-CO" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Cree en lo que te digo: vencido y avergonzado por estas palabras, se retirará de todos aquellos que están iluminados, tal como se apartó de Cristo, principio de la luz”</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">(Del Discurso 40,10)</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10. Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida:</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.45pt; text-align: justify; text-indent: -35.45pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Qué características tiene el relato de las tentaciones de Jesús?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Con qué finalidad fue escrito este relato? ¿Cuál es la “Buena Nueva”?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Cuál es la relación entre “bautismo” y “tentaciones”?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>A la luz del relato, ¿cuáles son mis tentaciones?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El diablo es “divisor”: separa de Dios y de los hermanos. ¿Qué percibo en mi familia y en mi comunidad? ¿Cómo quiere el Señor que llegue hasta la Pascua?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.6.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Cuáles son los medios para vencer las tentaciones?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt 35.4pt; text-align: justify; text-indent: -35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">10.7.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>¿Cuál va a ser mi programa cuaresmal de este año? ¿Qué voy a trabajar en mi mismo/a de manera especial para que se manifieste en mí la victoria pascual de Cristo?</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">P. Fidel Oñoro, cjm</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-CO" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Centro Bíblico del Celam</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="border-bottom: windowtext 1pt solid; border-left: windowtext 1pt solid; border-right: windowtext 1pt solid; border-top: windowtext 1pt solid; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-element: para-border-div; padding-bottom: 1pt; padding-left: 4pt; padding-right: 4pt; padding-top: 1pt;"><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Contemplemos a Jesús</span></b></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">“En la escena de las tentaciones vemos a Jesús reaccionando lo mismo que a lo largo de toda su vida: aferrado y adherido afectivamente a lo que va descubriendo como el querer de su Padre: la vida abundante de los que ha venido a buscar y a salvar.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">No ha venido a preocuparse de su propio pan, sino de preparar una mesa en la que todos puedan sentarse a comer.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">No ha venido a que le lleven en volandas los ángeles, a acaparar fama y “hacerse un nombre”, sino a dar a conocer el nombre del Padre y a llevar sobre sus hombros a los perdidos, como un pastor la oveja extraviada.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">No ha venido a poseer, a dominar o a ser el centro, sino a servir y dar la vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Lo que ‘salva’ a Jesús de caer en los engaños del tentador es su excentricidad, su estar referido al Padre y a su Palabra, y desde ese Centro recibirá el impulso de abandonar el desierto, y se dejará llevar por la corriente de aproximación de Dios comenzada en la encarnación”. </span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: 11.5pt;">Dolores Aleixandre</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: 11.5pt;">(De “Esa ‘escuela de danzantes’ que llamamos Cuaresma”) </span></div><div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-border-alt: solid windowtext .5pt; mso-padding-alt: 1.0pt 4.0pt 1.0pt 4.0pt; padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; text-align: justify;"><br />
</div></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-size: 13.5pt;">Anexo 1</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Pistas para las otras lecturas del domingo</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><u><span style="font-size: 11.5pt;">Sumario</span></u></b><span style="font-size: 11.5pt;">: La liturgia de este primer domingo de Cuaresma une la figura de Cristo con la de Adán. Somos solidarios el uno con el otro, escribe san Pablo en la carta a los Romanos. Solidarios en el pecado en Adán y solidarios en la salvación y la gracia en Cristo Jesús. En la primera lectura, nuestros antepasados hebreos sucumbieron en el desierto ante los ataques de la serpiente; en el Evangelio, Jesús triunfa sobre el demonio. Al principio de este tiempo de Cuaresma, reconocemos nuestro pecado. Con el Salmo, le pedimos a Dios que los borre y nos conceda la alegría de ser salvos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Primera lectura: Génesis 2,7-9 y 3,1-7</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La primera lectura de este domingo está compuesta de dos extractos del libro del Génesis, ambos sacados del relato de la creación. En el primer relato, Dios había creado el mundo seis días y reposó el séptimo. Le dio al hombre la misión de poblar la tierra y de dominar los animales, pero un sometimiento dulce, no violento.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En el segundo relato, del cual leemos el comienzo hoy, Dios comienza la creación moldeando al hombre y colocándolo enseguida en el jardín que creó. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En el jardín, hay dos árboles misteriosos. El primero, que se encuentra en los relatos mitológicos de muchas civilizaciones, está colocado en medio del jardín. Le da inmortalidad. El segundo, “<b><i>el árbol del conocimiento del bien y del mal</i></b>”, es propio de la Biblia. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Por “bien y mal” hay que entender lo que lleva a la felicidad o al malestar en la vida humana. La gente de la Biblia no está haciendo aquí especulaciones abstractas sobre el bien y el mal. El conocimiento concierne aspectos concretos, prácticos: la manera más adecuada de conducir la vida de manera que se alcance la plenitud. Dios le ofrece al hombre todos los árboles del jardín, pero coloca una restricción sobre el del conocimiento del bien y del mal. Si el hombre lo come, y de esta manera decide por sí mismo lo que es bueno o malo para él, perderá su condición de inmortal para convertirse en mortal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Enseguida viene una parte que el leccionario omite: Después de haber creado los animales, Dios esculpe una mujer a partir de la costilla o del lado o mitad (ambas traducciones son posibles) del hombre. El hombre reconoce en la mujer su doble: “<b><i>hueso de mis huesos y carne de mi carne</i></b>”. Siendo el uno reflejo del otro, viven desnudos, “sin avergonzarse mutuamente”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Con la entrada en escena de la serpiente comienza la segunda parte de este domingo. Diabólicamente –es el más rudo de los animales de la creación- la serpiente señala el árbol prohibido. En lugar de ver que todos los árboles son permitidos excepto uno, la mujer no ve más que el que está prohibido. Se le confunde la cabeza. Ella no sabe bien cuál es cuál. El que está en medio del jardín no es el árbol del conocimiento, sino el árbol de la vida.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Más grave que esto, la serpiente consigue alterar en su corazón la imagen de Dios. El Dios bueno que le da todo al hombre y que lo invita a no decidir por sí mismo sobre lo que es bueno o mal, se convierte en un Dios de prohibiciones y de amenazas. La humanidad entra en la lógica de la serpiente y el árbol cumple su función. En lugar de dominar al animal, la humanidad se deja dominar por el y entra en su lógica. Decide hacer su propia ley y se apropia de lo que no le pertenece.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Pero Dios no le ha mentido al hombre. El árbol del conocimiento da un verdadero conocimiento. El hombre y la mujer descubren que están desnudos. Descubren por una parte su debilidad de seres humanos de cara a la existencia. Descubren, por otra, que ellos no son el doble el uno del otro, sino dos seres diferentes, iguales y complementarios. Esconden sus diferencias, lo cual será objeto don recíproco en la relación amorosa. El amor y la muerte (Eros y Thánatos, como decían los griegos) han entrado en este mundo. La vida humana puede comenzar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Salmo responsorial: Salmo 51 (50 en la versión litúrgica)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">Este es uno de los Salmos cumbre del salterio del Antiguo Testamento. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En la primera estrofa se puede admirar la riqueza de vocabulario. Tres palabras para describir el corazón de Dios: “Piedad, ternura, misericordia”. Tres palabras para designar el comportamiento humano: “delito, culpa, pecado”. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La segunda estrofa es una confesión sincera de faltas, sin justificaciones vanas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La tercera estrofa es un llamado dirigido a Dios para que recomience su acto creador comunicándole su soplo vital al hombre, como lo hizo con Adán. Pero contrariamente a Adán, con el deseo de que el hombre no sea expulsado del jardín donde se contempla su rostro. Esta última súplica está respondida plenamente en Jesucristo. En él podemos contemplar el rostro de Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La última estrofa muestra el resultado de la acción salvífica: la alegría y acción de la gracia que se expresa en un canto de alabanza a Dios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Segunda lectura: Romanos 5,12-19</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">“<b><i>El pecado entró en el mundo, y por el pecado vino la muerte</i></b>”. Era de la muere que Dios quería proteger a Adán y a Eva. La prohibición no estaba ligada al hecho de tener o no el conocimiento sino al hecho de que la desobediencia conduce a la muerte. “<b><i>Y la muerte ha pasado a todos los hombres por el hecho de que todos han pecado</i></b>”, agrega Pablo. “<b><i>Todos</i></b>”, es decir, según las categorías de Pablo, los judíos y los paganas. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En los capítulos precedentes, Pablo habla del pecado de los paganos que no han sabido reconocer al Dios creador en la belleza de sus obras (1,18ss). En cuanto a los judíos, ellos ponen su orgullo en la Ley mientras al mismo tiempo que la incumplen (2,17-24). Es así como para Pablo, tanto judíos como paganos están bajo las garras del pecado (3,9). Pero si en Adán, la multitud está tocada por el pecado, la muerte y la condenación, en Jesús, el don sin medida de Dios, esa misma multitud recibe la gracia, la vida, la justificación. Pablo pone en evidencia la solidaridad humana de la cual hablará en otros términos en 1ª Corintios 12,12ss: la unidad del cuerpo y la diversidad de los miembros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">En fin, en el versículo 19, Pablo nombra el pecado que ha traído la muerte: la desobediencia, a fin de poner en evidencia la obediencia del Hijo de Dios por la cual ha sido salvado el mundo y él ha sido glorificado (ver Filipenses 2,7-8).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-size: 11.5pt;">(J. S. – F.O.)</span></div><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-size: 13.5pt;">Anexo 2</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="font-size: 11.5pt;">Sugerencias para animadores de la liturgia dominical</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Nuestra Cuaresma es inaugurada por Cristo con su desierto de austeridad y de lucha (véase el prefacio propio de hoy). Al nivel de la Liturgia, es importante significar este “desierto” con el ayuno de los ojos y de los oídos: da ahí el despojo de la ornamentación y la mayor severidad en la música litúrgica. El canto es uno de los elementos importantes de la cuaresma y tiende a ser el único elemento musical (las viejas costumbres aconsejan que los instrumentos se callen y apenas el órgano, discretamente, acompañe y sostenga los cantos). Se omite el canto del Aleluya, reemplazándolo por un estribillo alternativo en la aclamación del Evangelio. También se omite el Gloria, excepto cuando ocurren solemnidades y fiestas litúrgicas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">La cuaresma es, por excelencia, un TIEMPO DE ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS, alimento y fuerza de los cristianos. Sugerimos que se haga la procesión de entrada con el Evangeliario (o a falta de él, una buena edición de la Biblia o el Leccionario bien encuadernado): que se note la dignidad de la Palabra. Fuera de la celebración, el Leccionario (o la Biblia), abierto en las lecturas del día, podría permanecer en un lugar bien visible. Hay que introducir y exhortar a las comunidades para que lean frecuentemente la Biblia, sobre todo con el método de la LECTIO DIVINA (o lectura orante de la Biblia), ojalá siguiendo el orden de lecturas que propone el leccionario. Para quien está en un nivel mayor de compromiso (sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos comprometidos) sugerimos vivamente el Oficio de Lecturas del breviario.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Además de la riqueza extraordinaria de los textos litúrgicos “propios” de cada día (lecturas y oraciones) valoremos otros textos “comunes”. Entre ellos, la tradición privilegió durante la Cuaresma las “oraciones sobre el pueblo”, en el momento de la bendición final (ver las indicaciones del Misal).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">IV</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Para la preparación de los lectores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><u><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Primera Lectura.</span></u></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Se necesita un buen lector que tenga suficiente dominio de las técnicas de dicción. En la preparación, el lector procurará dividir bien las frases y sus partes, marcando las elevaciones de voz y las pausas adecuadas. Por ejemplo: “Después, / el Señor Dios plantó un jardín en el Edén, al oriente, // y en él colocó al hombre que había formado ///”. El texto tiene apenas tres voces: el narrador, la serpiente y la mujer. Suena falso si se colocan otras voces (Dios, por ejemplo). “¿Es verdad que Dios os dijo: // ‘No podéis comer del fruto de ningún árbol del Jardín’?’ ///”.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Segunda Lectura.</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">No es menos difícil. Las frases largas y la densidad de contenido exigen una preparación cuidadosa. El lector deberá comenzar por comprender el texto, apoyándose, en lo posible, de algún comentario (arriba le ofrecemos uno breve). También el lector procurará interiorizar las ideas que están ahí contenidas (un buen ejercicio es que, durante la preparación, intente transmitir el contenido del texto a alguien con sus propias palabras). Sólo después, marcará el texto. Un ejemplo, para la última frase: “De hecho, / como por la desobediencia de un solo hombre, muchos pecaron, // así también, / por la obediencia de un solo, // muchos se hicieron justos”. (Con una respiración bien sostenida, leyendo despacio y a buen ritmo).</span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: ES-TRAD;">(V. P.)</span></div><span lang="FR" style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="page-break-before: always;" /></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: FR;">Anexo 3</span></i></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">Para prolongar la meditación y la oración</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 11.5pt;">Las tentaciones y <personname productid="la Palabra" w:st="on">la Palabra</personname> (Mateo 4,1-11)</span></b></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;"><shape id="_x0000_i1026" style="height: 101.4pt; width: 96pt;" type="#_x0000_t75"><imagedata o:title="Tentaziones-DucciodiBoninsegna" src="file:///C:\DOCUME~1\VIDA\LOCALS~1\Temp\msohtmlclip1\01\clip_image003.jpg"></imagedata></shape></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span lang="FR" style="font-size: 5pt; mso-ansi-language: FR;">Las tentaciones. Obra de Duccio di Boninsegna</span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">A la hora de las tentaciones</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">debidas a mis fragilidades,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><personname productid="la Palabra" w:st="on"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">la Palabra</span></i></personname><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;"> de Dios</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">está ahí,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">de ella soy depositario ;</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">Me vienen ganas de encarnarla,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">desde esta humanidad,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">a imagen de mi hermano Jesús,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">en mi vida,</span></i></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">en mi carne.</span></i><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;"></span></div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span lang="FR" style="font-size: 11.5pt; mso-ansi-language: FR;">(Franck Widro)</span></div>Padre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5666772321792811894.post-39729140080783664372011-02-28T15:48:00.001-08:002011-02-28T15:48:41.711-08:00Lectio Divina del Mes de MarzoPadre Fidel Oñorohttp://www.blogger.com/profile/09735534148021895027noreply@blogger.com0